En una extensa entrevista en TyC Sports, el centrodelantero de Boca analizó su nivel y el nivel del equipo desde la llegada de Russo. Repasamos lo más importante.

“No considero que a Boca le haya faltado gol. Soy muy autocrítico, sé que tuve opciones de gol que no pude concretar, es mi responsabilidad, pero tampoco tuve tres o cuatro situaciones por partido porque la forma de jugar del equipo me pedía otra cosa”.

“Tengo 26 años, me considero un jugador todavía joven y estoy en pleno aprendizaje, todas estas cosas me hacen crecer. Somos 11 jugadores y no creo que nos haya ido mal en lo colectivo para cambiar muchas cosas. Traté de apoyarme en la confianza y el trabajo que venía haciendo, me enseñaron a pensar en para quién juega uno y juego para mis compañeros y el entrenador, y si mi trabajo era redituable para ellos iba a hacerlo”. 

“Mi forma de juego siempre fue igual, me parece cómico tener que aclararlo. No llegué a Boca y cambié mi forma de jugar, y me parecería raro cambiarla porque es la manera en la que llegué. Hay cosas de delantero que las tengo que corregir, como atacar más a los rebotes del arquero… Pero después hay jugadas que como delantero hago movimientos para liberar espacios”.

“Hay pocas jugadas que se me ven bien de centrodelantero, no es una característica mía. Para mí ninguno de los jugadores de River son centro de área, los dos se mueven por afuera, Barcelona juega sin nueve… Se va variando y modificando mucho, y en el plantel tenemos la opción de que si Miguel Russo quiere un nueve de área está Wanchope Abila.

“Cuando llegué a Boca era el tercer delantero, a la semana jugué con Aldosivi y después el primer clásico. No sé si estaba preparado, pero tuve que hacer el click. Es una responsabilidad enorme vestir la camiseta del club más grande de Argentina. No tuve charla con nadie, me siento respaldado por mis compañeros y el cuerpo técnico, me siento querido”.

“Me voy feliz cuando ganamos y me toca la chance de hacer un gol, y me voy recaliente cuando tengo una chance y no puedo marcar”.

“La comparación con Palermo siempre va a estar, pero Palermo no va a haber otro, es único. Benedetto fue goleador de Boca y no era Palermo, y Wanchope es goleador y no es ni Palermo ni Benedetto. Son características diferentes”.

“Yo tengo características distintas, los delanteros que conformamos el plantel somos distintos y eso permite al técnico tener variantes. Para un defensor rival es preferible marcarme a mí estático y es mucho más difícil que los encare Carlos Tevez, Seba Villa o Toto Salvio en velocidad. Muchísimos goles los hicimos de esa manera”.

“Palermo era único y no va a haber otro igual. Era el definidor del equipo, el equipo le generaba situaciones a él y las tenía que terminar de la mejor manera como compromiso a sus compañeros”.