A MEDIADOS DE 2009, Pitbull, cantante y rapero estadounidense de origen cubano, arrasaba en todo el mundo desde su base en Miami con su tema "I know you want me". Justamente en el mismo momento en que otro Pitbull pero de origen chileno, comenzaba a desplegar su propio éxito menos rítmico pero igual de efectivo, asentado en medio de la pintoresca escenografía de Caminito.

Es que Boca Y Gary Medel parecen hechos tal para cual. La enjundia, ferocidad y sacrificio del experimentado chileno es un cóctel que en las lides Xeneizes se saborea como un elixir y que 14 años después de haberlo probado, quieren volver a beber.

Todo fue muy rápido: la noticia se esparció en el mediodía del martes y para este miércoles se espera su llegada para formalizar el vínculo luego del paso del futbolista por Vasco da Gama, donde estuvo bajo las órdenes de Ramón Díaz y se salvó del descenso.

En Río de Janeiro no tuvo la continuidad esperada, algo que quiere revertir en Buenos Aires en un plantel que con su presencia sumará un elemento más de experiencia y profundizará la conjunción con la creciente cantidad de chicos de la cantera que toman protagonismo en el primer equipo.

Sergio Romero, Marcos Rojo, Edinson Cavani y ahora Medel serán los patriarcas de un plantel que necesita de su liderazgo positivo para encarar con templanza las batallas que Boca necesita pelear y, sobre todo, ganar.

Casi medio centenar de partidos le bastaron para asimilar el ADN bostero traducido también en 7 goles, dos de ellos nada menos que ante River en la Bombonera. La marca Azul y Amarilla quedó perenne en su piel como un tatuaje cuyos colores volverán a brillar.

Ese romance entre Gary y el mundo boquense se produjo en 2009 y 2010, y también sentó las bases de una amistad con Juan Román Riquelme que, ahora como presidente, anhelaba traerlo desde hacía tiempo. 

En marzo pasado, Riquelme había manifestado: "Yo con Gary Medel tengo muy buena relación de toda la vida, pero le dije que no teníamos la posibilidad de que se abra un cupo. Él se muere por volver a jugar acá, pero no teníamos la posibilidad".

Ahora esa chance se abrió con la liberación de la plaza que deja el paraguayo Bruno Valdez, por lo que sólo restan formalidades para que el Pitbull vuelva a ser el guardián del área Xeneize y sus inmediaciones. Volante devenido en defensor, será una carta importante en una zona castigada por las lesiones y las ausencias de Nicolás Valentini por temas contractuales y Rojo por suspensión.

Aunque este último ítem, el de las rojas, es el talón de Aquiles del trasandino, que en 48 presentaciones con la camiseta de Boca sumó tres expulsiones. Sin ir más lejos, Rojo recibió muchas críticas por haber acumulado con la del choque ante Platense 4 en 85 juegos.

"Hablo bastante con Riquelme, por lo menos una vez a la semana. Me ha propuesto volver. Cuando fui era muy chico y no vi la dimensión de lo que era Boca. Sería un sueño", había sostenido el protagonista sobre ese deseo que a los 36 años se convertirá en realidad.