BOCA disputará el domingo su primer partido tras la salida de Diego Martínez de la dirección técnica y con Mariano Herrón a cargo de un nuevo interinato mientras se resuelve la llegada de Fernando Gago, el principal candidato a quedarse con el puesto.

El Xeneize viene de tres derrotas consecutivas: Racing, River y Belgrano, y necesita como el agua un triunfo para enderezar una nave semihundida en la Liga Profesional y que aún conserva la esperanza de la Copa Argentina como último recurso para asegurarse el ingreso a la Copa Libertadores 2025.

Hay dos fuertes bajas en la lista de convocados de Herrón: nada menos que Marcos Rojo, de quien se cuestiona su nivel y que convive con las molestias musculares, y Guillermo Pol Fernández, que por decisión del Consejo de Fútbol y ante su determinación de no renovar contrato sería marginado definitivamente, a pesar de que había sido sostenido por Martínez por su gravitación en el esquema del equipo.

A ellos se suma Sergio Romero, quien purgará la segunda fecha de sanción que le aplicó el club por su incidente con un hincha tras la derrota en el Superclásico, aunque es una incógnita qué pasará a partir del próximo partido y si el hecho le marcó un antes y un después en la relación con el público y en la consideración para el equipo.

Tampoco forman parte de la nómina de futbolistas Nicolás Figal, en otro momento titular indiscutible, pero por llegar a las cinco amarillas, y el experimentado Gary Medel, a quien le costó mucho hacer pie para encontrar su lugar.

Cristian Medina, debido a la distensión del gemelo derecho sufrida ante Belgrano, será una sensible y obligada falta en el conjunto.