BOCA necesitó de los penales para asegurar el pase a la semifinal de la Copa Argentina que disputará con Vélez y no sólo eso: lo logró gracias a una actuación consagratoria y con un récord absoluto que alguien obtuvo en un momento de quiebre.
Sergio Romero, otrora alabado por las virtudes que le valieron al Xeneize varios triunfos en definiciones por la vía de los doce pasos, venía cuesta abajo en la consideración por rendimientos cuestionados y el incidente en el que quiso pelearse con un hincha tras la derrota en el Superclásico en la Bombonera.
Ese escándalo le valió una sanción de dos partidos aplicada por el mismo club y le tocó al nuevo entrenador, Fernando Gago, resolver, una vez cumplida, su vuelta o no al primer equipo. En su debut, el DT lo bancó frente a Tigre, pero su performance por la derrota en Victoria volvió a generar malas críticas.
Después fue el propio Gago quien manifestó que la competencia es "día a día" y que el puesto de Chiquito no estaba asegurado, lo que ratificó al disponer que Leandro Brey fuera el dueño del arco en un partido definitorio como el de este miércoles en Rosario por la Copa Argentina.
No fue fácil la parada porque tras el 1-0 con el que Boca controlaba las acciones llegó el empate del Lobo en una desafortunada acción del pibe de 22 años, quien salió a destiempo y facilitó la conquista. Sin embargo, inmediatamente se levantó para arengar a sus compañeros, darse fuerzas él mismo y solidificar de ahí en más su actuación, que llegó al punto cúlmine con los 4 penales que detuvo en la definición, algo nunca antes visto en la historia boquense.
Además de reflejar la alegría inmensa del pibe, las cámaras se encargaron de retratar el rostro de Romero desde detrás de la línea de cal. Su semblante era el de una sonrisa sin euforia que acompañó con aplausos para su entusiasta competidor, sin que ello vaya a significar que le desee el mal a su emergente colega. De hecho, se acercó en el final para abrazarlo y felicitarlo por su hazaña.
Pero es hasta natural que en el fondo haya un resabio de bronca por ver que la noche rosarina pudo significar un verdadero antes y un después en su historia con Boca, que podría acompañar de ahora en más desde la perspectiva del banco de relevos.
"No hablé con Sergio, creía que hoy era un partido para Leandro, para que juegue él. Doy el equipo dos horas antes del partido. Esto es partido a partido", fue el mensaje de Gago en conferencia de prensa con el pasaporte a la semi en el bolsillo.
Parece un hecho consumado, más allá de esa reflexión del DT, que el partido del domingo con Riestra, su primera experiencia al frente del equipo en la Bombonera, será también el marco ideal para que Brey sienta latir por su hazaña al templo Xeneize y que ese clamor termine de ungirlo como el nuevo dueño de un puesto.
Por su lado, Chiquito, enorme defensor de arcos como el de la Selección Argentina, por la que disputó más partidos que ningún otro, no tirará fácilmente la toalla con un año más de contrato por delante tras su renovación en junio pasado, aunque bajo la lupa de la tribuna por el altercado con el plateísta que podría haber bajado el martillo de su historia en el elenco de la Ribera.