ROGER FEDERER le puso punto final a su carrera hace un año, cuando disputó la Laver Cup en dupla con el español Rafael Nadal, en el O2 Arena, con 17 mil espectadores que aguardaron con ansias el cuarto partido del célebre torneo de exhibición para ver la última función de la leyenda suiza.
La derrota por 6-4, 6-7 y 9-11 ante los estadounidense Jack Sock y Frances Tifoe resultó una anécdota, en una noche cargada de emoción y nostalgia. Uno de los tenistas más grandes de la historia, a los 41 años, dijo adiós en una cancha.
Cuando el match finalizó, Federer no pudo contener las lágrimas, abrazó a cada uno de los integrantes de su equipo, conducido por el mítico Björn Borg, con el serbio Novak Djokovic, el griego Stefanos Tsitsipas, el noruego Casper Ruud, el británico Andy Murray y el italiano Matteo Berrettini, y continuó con la delegación del Resto del Mundo, incluido el argentino Diego Schwartzman.
El ganador de 20 Grand Slams lloró de manera desconsolada durante varios minutos y saludó a la multitud en el estadio con el brazo en alto.
Luego de un video emitido por la organización de la Laver Cup, Federer tomó el micrófono para sus primeras declaraciones: "Fue un día increíble, estoy feliz, no triste y fue un placer estar aquí. Disfruté este momento, con familia, amigos y fans. Estoy feliz de haberlo hecho y el partido fue genial".
El tenista campeón olímpico en Beijing 2008, en dobles junto a Stanislas Wawrinka, interrumpió su discurso en distintas ocasiones embargado por la emoción: "Vivir esto fue exactamente como quería, gracias. Fui feliz jugando al tenis, lo volvería a hacer todo igual. Gracias a todos. Mucha gente me apoyó. La pasé muy bien en estos 30 años. Todos están aquí, mis hijos, mi esposa".
Y finalizó: "Mis padres fueron increíbles, sin ellos no estaría aquí. Viví una noche fantástica y gracias a cada uno".
La palabra de Federer también generó el llanto de Nadal, captado por las cámaras de televisión, y de su esposa, la ex tenista suiza Mirka Vavrinec.
Federer tuvo destellos de su calidad durante el partido de dobles, acompañado de un Nadal que no llegó en su mejor condición física, pero se preparó para acompañar a su amigo.
Una de las jugadas más comentadas del primer set tuvo a Federer como protagonista. El suizo impactó la pelota con la raqueta y ésta se disparó hacia el único agujero disponible entre la red y uno de los palos que la sostiene. El tanto fue anulado, pero generó asombro.
Federer se retiró ovacionado, en su última función, acaparó el cariño de los amantes del tenis, quienes le agradecieron por los años de un tenis de nivel superlativo, dotado de una técnica superior que resultó una marca registrada hasta el final.
FOTO DE PORTADA: LAVER CUP