Brasil sacó pecho en Montevideo. Se quedó con claridad un partido que, a priori, pintaba muy complicado. Fue eficaz, contundente y tuvo la fortuna de su lado también. Porque a los 4 minutos Darwin Núñez (el reemplazante de Luis Suárez, afuera por coronavirus) le rompió el travesaño al arco de Ederson, tras un pase de Nicolás De la Cruz, y un enganche ante Danilo.

Sin embargo, en la primera de cambio, Brasil facturó. Iban 33 minutos cuando Artur probó suerte de afuera del área y tras un desvío en Josema Giménez, el balón superó a Campaña. El Scratch tuvo el segundo un puñado de minutos luego, pero el zurdazo débil de Firmino fue contenido por Campaña.

En tiempo cumplido, llegaría el segundo. Jugada preparada, centro con rosca al corazón del área de Renan Lodi, y cabezazo perfecto, de pique al suelo, de Richarlison para estirar la ventaja.

Y para dejar demostrado que no sería la noche para Uruguay, ya en tiempo de descuento, un cabezazo de Godín volvió a dar contra el travesaño, tras el tiro libre de De la Cruz. Así se irían al descanso.

La segunda etapa estuvo de más. Uruguay, impotente, no pudo crear peligro y con el correr de los minutos, empezó a ponerse nervioso. Tal es así, que Cavani pisó a Richarlison en un jugada que el árbitro chileno Roberto Tobar consideró de amarilla. Pero el VAR advirtió que la sanción podría ser mayor y Tobar, tras revisar la jugada, terminó expulsando al delantero del Manchester United.

Pasada la media hora de partido, el VAR volvió a ser protagonista. Martín Cáceres había logrado descontar pero gracias a la tecnología se pudo observar que el Pelado estaba adelantado.

Brasil metió una doble fecha impecable. Seis de seis. Cuando se reanude la competencia, el equipo de Tité visitará a Colombia. Por su parte, Uruguay será visitante de Argentina.