Otro rendimiento opaco del equipo catalán. Sin luces, con un Messi apagado, como sufriendo el desarrollo del partido. Del otro lado, un Atlético voraz, enchufado, sabiendo que si ganaba se trepaba a la punta después del empate del Madrid ante Villarreal. Simeone obtuvo su primer triunfo ante el Barça por Liga y acumula un invicto de 24 partidos.
Y lo ganó el que mejor hizo las cosas, después de un mal control de Piqué en campo contrario y tras un blooper de Ter Stegen, que salió a cortar la contra muy lejos de su área, el belga Ferreira Carrasco lo aprovechó y facturó para darle los tres puntos a su equipo.
Messi perdió muchas pelotas, no tuvo la creatividad ni la explosión que su equipo necesita y que sí pudo demostrar en la doble fecha de Eliminatorias. No se lo nota cómodo en el Barça, tanto dentro como fuera de la cancha. La más peligrosa que tuvo fue un mano a mano tras una asistencia de Jordi Alba, pero dudó un segundo de más y su zurdazo fue bien controlado por Oblak.
Para colmo de males, Barcelona sufrió la lesión de Gerard Piqué. Su rodilla podría estar comprometida. El experimentado defensor abandonó el terreno de juego del Wanda Metropolitano con lágrimas en sus ojos, muy dolorido y con problemas para caminar. Minutos después, el que salió con una molestia fue Sergi Roberto, como para culminar una jornada nefasta para los de Koeman.
Del lado de Atlético es todo felicidad. Por el gran triunfo, por cómo ganó y por haber llegado a la cima de la Liga española. Además, los de Simeone saben que esta temporada es muy prometedora viendo los flojos rendimientos de sus principales competidores: Real Madrid y Barcelona.