Hace dos años llegó al club como una estrella, tras un paso espectacular por el Chelsea y siendo una de las figuras del Mundial de Rusia 2018, con actuaciones sobresalientes en un seleccionado belga que alcanzó las semifinales del torneo.

Pero su estadía por Real Madrid ha sido una decepción total, tras haber desembolsado una cifra cercana a los 100 millones de Euros por su pase. Llegó para ser una figura estelar, para reemplazar a Cristiano Ronaldo, pero se la pasó más tiempo fuera del campo que en él.
 

 
Debido a las lesiones estuvo ausente, en su primera temporada, en 26 encuentros. Jugó 22 partidos y marcó un solo tanto, exponiendo números castastróficos. El propio futbolista había calificado su temporada anterior como la peor de su carrera.

Esta temporada tuvo una nueva oportunidad para volver a enamorar al madridismo, pero volvió a dejar pasar el tren. Las lesiones, nuevamente, fueron un obstáculo para su crecimiento. 
 

 
En esta campaña estuvo ausente en 32 partidos por distintas dolencias, y sí vio acción en 18 cotejos, marcando tan solo 3 tantos. Hoy su cotización está muy devaluada (el sitio especializado Transfermartk lo ha tasado en 40 millones de Euros, contra los 150 que tenía al momento de su llegada a España) y Real Madrid sabe que no solo perderá mucho dinero por una posible venta, sino que se trata de uno de las peores compras de su historia.

Pero la imagen que hizo que se colmara la paciencia de todo el madridismo fue la que se vio el pasado miércoles, una vez finalizado el encuentro que deteminó la eliminación del equipo de Zidane de la UEFA Champions League.

Allí se lo vio a Hazard sonriendo con su ex compañero de equipo, Kurt Zouma (en Chelsea), y con el arquero Mendy, esperando para saludarlo.

 

 

Esas carcajadas del belga hicieron estallar al Real Madrid como institución, que ya no tiene más paciencia con el futbolista y está dispuesto a escuchar ofertas para darle una pronta salida de la Casa Blanca.