TOMÁS LECANDA tiene 22 años y debutó en River de la mano de Marcelo Gallardo, que lo puso en aquel recordado partido del 19 de mayo de 2021 por Copa Libertadores cuando el equipo experimentó 15 bajas debido al Covid 19 y por falta de arqueros cubrió ese puesto Enzo Pérez.
Hoy milita en Imbabura, recientemente ascendido a la Primera de Ecuador, luego de un tobogán de sensaciones que lo pusieron a prueba casi permanentemente a lo largo de su corta trayectoria.
En aquel choque con Independiente Santa Fe iba a ser quien ocupara el arco, ya que "un par de días antes se me acerca Matías Biscay y me dice: '¿Tomi, vos atajás?'. Yo lo miré y le dije: 'Sí, yo no tengo problema'". Pero finalmente fue Enzo quien absorbió la responsabilidad y el zaguero jugó en su puesto original.
El Muñeco le dio otra oportunidad en un par de partidos pero después fue sincero con él: "Estaba de vacaciones y me llamó para decirme que tenía que salir a préstamo. Él sentía que yo tenía que jugar en Primera porque la Reserva ya me quedaba chica, pero que iban a llegar Mammana y González Pirez por lo que no iba a poder contar conmigo", contó en una entrevista con el Diario Olé.
"Me explicó que le gustaba mi forma de jugar, pero que más allá de eso no me iba a poder dar los minutos que yo necesitaba en Primera. Al principio no me lo tomé muy bien porque salir de River era salir de mi casa. Después, entendí que si él me lo decía, era porque realmente era así", completó.
Entonces Lecanda se fue a Barracas, donde no tuvo continuidad, y después a Aldosivi antes de volver a un River que ya tenía en el banco a Martín Demichelis como DT y que le comunicó que no lo iba a tener en cuenta. Sin embargo, luego reconsideró su decisión y lo llevó a la pretemporada.
"Cuando arrancamos a entrenar me puso de ejemplo delante de todo el plantel, diciéndome que me había ganado el lugar -contó el zaguero-. Finalmente, ese mismo día me rompí la rodilla. Lo fui a marcar a Palavecino, escuché un ruido y se me empezó a salir la rodilla de lugar. Un par de minutos después me tiré al piso y Pedro Hansing me dijo que me había roto".
Pasaron los meses y al recuperarse Micho quería cederlo a préstamo o que se fuera definitivamente. Entonces, "se me complicaron las cosas porque el tren de River no pasa siempre. Lo único que pensaba era lo injusto que había sido el fútbol. Martín (Demichelis) me dijo que no me iba a tener en cuenta y me molestó porque pensé que me iba a bancar hasta fin de año por todo lo que había dicho en la pretemporada y lo que me había pasado".
Y profundizó: "Le pedí que me dejara jugar un par de partidos en Reserva para mostrarme antes del mercado de pases y no me dejó".
Finalmente recaló en Argentinos Juniors, pero cuando jugó su primer partido en tercera se le inflamó la rodilla y debieron volver a operarlo. "El año pasado fue un desastre, me la pasaba llorando en mi casa, quise dejar el fútbol. Le dije a mi viejo que quería tirar la toalla", confesó.
Tras una nueva rehabilitación llegó a Tigre y Néstor Gorosito no lo consideró, pero con la llegada de Sebastián Domínguez llegó a la titularidad y apareció la oportunidad de Ecuador. "Ahora estoy contento, me siento querido. Estoy volviendo a ser el jugador que era, salir a Ecuador fue un cambio que necesitaba. Si bien estoy solo porque mi nena y el resto de mi familia quedó en la Argentina, me está yendo muy bien. De hecho, hicimos historia hace poco porque le ganamos 4-0 a Liga de Quito. Tengo contrato por seis meses hasta fin de año y mi idea es volver a Argentina", concluyó.