HAY PARTIDOS que suelen marcar la historia y torcer el rumbo de los hechos en adelante. Choques que permanecen indelebles en el tiempo, sobre todo después de décadas, cuando la dimensión del acontecimiento se refleja con mayor nitidez.
Nada menos que 21 años atrás, en el inicio de la segunda semana de Wimbledon 2001, Roger Federer buscaba el gran golpe en Wimbledon. Venía de ganar sus primeros partidos en el cuadro principal ante Christophe Rochus y Xavier Malisse, ambos belgas, y frente al sueco Jonas Bjorkman. Estaba en octavos de final. Enfrente, gigante, aparecía su ídolo Pete Sampras, el hombre de los siete títulos en el All England, la leyenda que llevaba nada menos que 31 victorias y 4 conquistas consecutivas en el sitio más tradicional del mundo del tenis.
El suizo tenía 19 años y diez meses. Era el número 15 del mundo y apenas ostentaba una conquista de nivel ATP, en Milán, esa misma temporada. Como si fuera poco, nunca antes había jugado en la cancha central del All England. Por otro lado Sampras, que le llevaba diez años de edad y tenía 62 títulos más en el cicuito, acumulaba 56 victorias en los últimos 57 partidos jugados en Wimbledon. La hazaña, entonces, surgía imposible.
Para dimensionar todavía más el contexto hace falta relacionar los momentos. Cuando Sampras tenía 19 años ya había ganado ocho torneos del circuito grande; cuando ganó su primer Grand Slam, en el US Open 1990, el propio Federer tenía 9 años y ni siquiera podía imaginar lo que sería de su vida. Aquel 2 de julio de 2001, en definitiva, el dueño absoluto de Wimbledon se enfrentaba con quien fuera su sucesor, el recordman en potencia que incluso lo superaría. Era el traspaso de mando.
En un partido apretadísimo, de esos que irradian un aroma de contexto histórico, se repartieron el desarrollo de principio a fin. El ambiente quedaría grabado en la memoria colectiva. La gente que colmó el Court Central del torneo más prestigioso y antiguo del mundo no podía predecir el futuro, pero sí sabía que presenciaba un duelo que quedaría indeleble en los tiempos.
Con Federer en ventaja de dos sets a uno, Sampras forzó un quinto parcial de manera muy apretada (ganó el tie break del cuarto por 7-2) y el momento lo favorecía, sobre todo por la vasta experiencia que acumulaba en choques definidos en el último parcial. El instante de más suspenso se produjo cuando el suizo sacó 4-4 y 30-40: con toda la presión encima subió a la red para la segunda pelota y sacó a relucir la chapa del gran campeón en el que se convertiría años después.
En los instantes calientes, hacia el ocaso del partido, Federer se lució con todo su repertorio y hasta se dio el gusto de sentenciar el triunfo con un fabuloso tiro ganador paralelo en la devolución. De inmediato se desplomó sobre el césped sagrado, entre lágrimas: sabía que había destronado al rey.
Aquella victoria por 7-6 (7), 5-7, 6-4, 6-7 (2) y 7-5, concretada luego de tres horas y 45 minutos de dramatismo, significó para Federer, en ese tiempo, el gran golpe de su vida. El impacto, el sacudón, exhibía una mutación indefectible en la historia. El peso de aquel triunfo de ensueño le costó al suizo una dura derrota en la instancia siguiente ante el local Tim Henman. El cambio de guardia, sin embargo, ya estaba en marcha.
Campeón en siete ocasiones, Sampras no volvería a festejar nunca más en el All England. De hecho se retiraría ganador: en septiembre de 2002, después de ganar el Abierto de Estados Unidos, el 14º y último Grand Slam de su carrera, anunciaría el final de su trayectoria profesional.
En aquel partido, en cambio, Federer insinuaba apenas una pequeña porción de la leyenda que construiría con el paso del tiempo: ocho títulos en Wimbledon, por encima del estadounidense, y nada menos que 20 trofeos de Grand Slam, muy por encima de las cifras de Pistol Pete. El 2 de julio de 2001 habrá sido el traspaso del trono.
19 de noviembre. El suizo y el español se midieron en la tercera ronda del Miami Open, en 2004, con triunfo de Rafa por 6-3 y 6-3. El origen de la rivalidad.
05 de febrero. El 12 de marzo de 2021 el suizo reapareció en el circuito después de trece meses y le envió un mensaje de aliento al tandilense, quien no juega desde junio de 2019 por una lesión de rodilla.
15 de agosto. Con 40 años recién cumplidos el suizo comunicó una nueva operación en el menisco y contó que estará afuera "muchos meses". El futuro es incierto.
21 de julio. Mirá el video de Myla Federer, de doce años, ante la atenta mirada de su padre en pleno entrenamiento en una cancha de polvo de ladrillo.
14 de julio. "Experimenté un retroceso con mi rodilla y acepté que debo retirarme de los Juegos Olímpicos", anunció el suizo a través de un comunicado en sus redes sociales.
11 de julio. El suizo y el español le dedicaron un mensaje en las redes sociales por la conquista de su 20° trofeo de Grand Slam en Wimbledon.