El Gráfico está de fiesta. La revista deportiva más tradicional cumple 90 años. Nueve décadas junto a los héroes que marcaron épocas. Nueve décadas cubriendo las hazañas deportivas más importantes. Nueve décadas inspirando a leer a las mejores firmas, a ver las fotos más espectaculares. Nueve décadas difundiendo lo mejor del deporte a nivel mundial.
Nacida como una revista de interés general, se volcó defintivamente al deporte en 1925. Se mantuvo como publicación semanal hasta marzo de 2002. Desde entonces, es mensual. Aquí, una cronología y anécdotas de su rica historia.
Constancio Vigil, uruguayo nacido en Rocha, fundó la revista “Atlántida” el 7/3/1918 con buenos resultados, pero la semana trágica de 1919 paralizó las actividades y lo convenció de la necesidad de adquirir una imprenta. Ya con ella creó en mayo la segunda revista de su empresa: El Gráfico. En noviembre surgiría Billiken y en 1922 lo seguiría Para Tí. Gente lo haría en los años 60. En la portada del N° 1 de El Gráfico (viernes 30 de mayo de 1919), se lee “ilustración semanal argentina”. Las 12 páginas sólo contenían fotos y epígrafes, de ahí su denominación, que no tenía nada que ver con el deporte. En una época con textos poco amenos y diagramaciones rígidas, la nueva publicación se destacaba por su despliegue gráfico y agilidad. Era innovadora, de ahí su éxito.
La tapa N° 1 no tiene título, sólo epígrafe: “los alumnos de las escuelas públicas de la Capital desfilan ante el Presidente de la República”. Con un formato tipo sábana de 58 x 40 (más grande que La Nación), se destaca la sección “notas sociales” en las que posan elegantes mujeres como Marta Aldao de Hilerte o Mercedes Peña Unzué de Paunero (ningún Pérez, ningún García). Sólo hay dos coberturas deportivas: el tercer campeonato de fútbol en Río de Janeiro y un certamen de tenis en las canchas del Lawn Tennis Club. El deporte es apenas un rubro más. “El Gráfico, revista de sports, teatro, arte y variedades”, será el slogan.
El N°1: desfile de alumnos. El N° 2, que apareció 35 días después del inicial, exhibe una tapa de aviación. El N° 3, tenis. El 4 muestra el desfile militar del 9 de julio. Y en el N° 5 aparece por primera vez el fútbol en la tapa, con escenas de un partido entre argentinos y uruguayos. El primer futbolista producido es Américo Tesoriere (Boca), en el N° 158.
EG se transforma definitivamente en deportiva a partir del N° 333 (1925). En el N° 332, el mensaje es el siguiente: “En este último año la revista ha duplicado su circulación, materiales y avisos y ahora nos vemos gratamente obligados a un nuevo esfuerzo que mostrará a dónde ha de llegar el principal órgano deportivo de América del Sur. Influye mucho en la marcha ascendente de EG la popularidad cada día mayor del sport”. El tamaño se comprime a 35 por 25 (casi la mitad) porque ya no es necesario el tamaño sábana para que el público la vea en los kioscos.
Para muchos, Muhammad Alí fue el deportista top de la historia. Recibía miles de invitaciones, pero EG logró un imposible: traerlo a Buenos Aires por el 60° aniversario de la revista. Por primera vez se subió al ring del Luna Park para cambiar algunas fintas con Locche. Se le pagaron 30 mil dólares: mitad en USA y mitad aquí. Osvado Orcasitas (O.R.O.) contó los billetes en la habitación del Sheraton, Alí ni los revisó, se los guardó en el bolsillo de su saco y se fue.
Atlántida se instaló en Azopardo y México en 1925, donde todavía continúa (sin EG). El edificio lo hizo construir John Wassermann Spiro, un judío alemán que le vendía papel a la Editorial. Durante la Primera Guerra Mundial, en el edificio se guardaba documentación secreta. En el primer subsuelo había una habitación que oficiaba de caja fuerte con una triple puerta de acero. Según recordó Vigil tardaron un año para destruirla y poder instalar allí las máquinas.
Una tarde de 1978 un jovencito que estudiaba abogacía se presentó en EG con una carpeta llena de recortes del Mundial 78. A O.R.O. lo sorprendió la obra, le vio pasta al joven pero como EG no incorporaba gente, creó el cargo de “clasificador de fotos”. El muchacho luego dio el salto y dejó un sello con sus notas. Se llamaba Gustavo Béliz y llegó a Ministro de La Nación.
EG no sólo presentó en sociedad a Jorge González, el Gigante de 2,17 metros, en una nota de 1983, sino que le consiguió las primeras zapatillas. Lo cuenta el autor de la nota, Osvaldo Orcasitas (O.R.O): “La última vez que se había calzado era en 1978. Jugaba con unas sandalias pero estaba cansado de golpearse por las patinadas que se daba. Hablé con mis amigos Raffaelli (Pony) y Cadillac (Adidas) y les dije que el primero que consiguiera hacerle las zapatillas iría conmigo a Chaco a hacer la entrega oficial”.
Continúa O.R.O: “Pasaron el dato de que calzaba 52 y Pony hizo la suya en EE.UU. Por mi natural desconfianza le pedí al corresponsal en Chaco que viera al Gigante, le dibujara en una hoja el contorno de su pie y lo enviara en un sobre de EG. El dibujo del pie del Gigante viajó como si fuera material periodístico. Adidas tenía fabricación propia y la hicieron a medida. Calzaba 56 2/3. La de Pony era chica. Sólo me arrepiento de no haber tomado una foto con la zapatilla y un bebé adentro, para dimensionar el tamaño”.
La primera publicada en EG data de 1922. “¿Cómo debería estar compuesto el team de la Asociación Argentina de Football, encargado de defender nuestros colores en los próximos encuentros internacionales?”, preguntaba la revista. Viste Coco, no es tan grave.
Se llamaba Máximo Saenz y su ingreso a EG fue promocionado como el de un futbolista: dos personas anunciaban su incorporación dando vuelta alrededor de la cancha con un cartel. En 1932 empezó a escribir su sección “Todo a veinte”. Su paso por EG fue breve pero resonante.
El primer fotógrafo. Se llamaba Alberto Palazzo. Amante del tango y del ciclismo, llegó a Atlántida en 1918, vio nacer EG y no se fue hasta su muerte (1947). Formó una pareja indivisible con Borocotó.
. Antes de que su hijo le adjetivara el apellido como símbolo de panquequismo político, Ricardo Lorenzo fue un prócer del periodismo. Nació en Montevideo, fue obrero del frigorífico Swift, estibador de barcos y chofer de una familia rica. Esperando largas horas a sus patrones, adquirió el hábito de leer con avidez y se terminó de formar, ya que sólo había llegado hasta tercer grado. El seudónimo nació por el ruido que Lorenzo –amante del candombe- hacía con sus dedos contra el pupitre: bo-ro-co-tó. También firmaba como Lagunero sus notas de remo y como D. Gancho las de basquetbol. Trabajó en EG entre 1926 y 1955.
La sección más popular de Borocotó iba en la última página. ¿El contenido? Lo definió Borocotó en su última Apilada: “Anécdotas, reflexiones y brochazos con olor a polvareda de baldío. En el andar surgió el recuadro que vestí de lila y blanco en homenaje al cuadrito inolvidable del barrio. Era el Sacachispas”. Y se autorretrató: “Mi violín tiene dos cuerdas, una que hace reír y otra que hace llorar”.
Dijo Frascara, otro emblema de EG, de su compañero Borotocó: “Hubo un momento en que Borocotó era El Gráfico y El Gráfico era Borocotó. Llegó al público, a la muchachada, al alma del barrio, al palpitar del baldío, al corazón de las madres. Poetizó las rodillas sucias de los purretes y la tristeza pobre de la solterona que fabricaba las pelotas de trapo y recomponía las alpargatas de los raboneros”.
Félix Daniel Frascara alimentó su vida a la vera del ring. Hincha de Estudiantes, amigo de la noche y bohemio empedernido, llegó a EG en 1930. era un purista del idioma. Enviado a los JJ.OO. de Londres, “al ganar Delfo Cabrera la maratón perdió la compostura y saltó del palco de prensa para abrazarlo. Así sentía el deporte”, relató su hijo. Escribió sobre todo de boxeo y fútbol. También firmaba como Sobrepique o Contragolpe.
Borocotó y Frascara, dos columnas de EG en su etapa de consolidación, eran muy distintos. Frascarita, bohemio y sereno; Borocotó, más formal e impulsivo. Una vez se cruzaron frente al ascensor al mediodía. Borocotó quiso increpar a Frascara por su llegada tarde: “¿Estas son horas de llegar?”. La respuesta hacia quien se iba fue: “¿Y éstas son horas de irse?” .
La última foto de Víctor Galíndez, campeón mundial de boxeo, fue de EG. Pocos minutos después de tomada, fue embestido por un auto de TC. Caminaba al costado de la ruta, en 25 de mayo, tras ser acompañante en el TC.
Víctor Hugo Morales y César Luis Menotti se hicieron enemigos en las páginas de EG. Fue en 1985. “A ese Morales lo peleo en un descampado o debajo de un árbol”, tiró el Flaco. “Ese cobarde sabe dónde encontrarme”, contraatacó Víctor Hugo.
Maradona es el personaje con más tapas en nuestros 90 años: acumula 134. Lo siguen Passarella (58) y Alonso (54).
El xeneize lidera el recuento de tapas en el rubro “equipos”. En el censo realidado en el N° 4000 de 1996, Boca acumulaba 580 tapas, seguido por River (541), Independiente (248), San Lorenzo (199) y Racing (197). Equipos exóticos como All Boys de Tucumán, Desamparados de San Juan y el Bologna, de Italia, también tuvieron su tapa.
Hubo 44 deportes que alguna vez aparecieron en la tapa de EG. El fútbol terminó primero, seguido por el boxeo, automovilismo (3°) y natación (4°). El espectro incluye aviación, billar, paracaidismo y cricket, entre otros. Todo esto ahora puede verse online gracias al nuevo navegador de tapas, accesible para satisfacer la curiosidad de todos los lectores, un proyecto que no tiene precedentes en nuestro país, al nivel de grandes publicaciones del mundo como Time o Esquire.
Hasta 1925 la portada era en blanco y negro y recién a partir de 1931 se fijó el color.
La primera tapa de actualidad corresponde a un gol de Artime en el 3-1 de River sobre Boca, cuyo título es el arriba citado (29/8/1962).
Alfredo Enrique Rossi utilizaba el seudónimo (canta claro). Dio cátedra en crítica futbolística y cumplió una función didáctica de gran valor. Estuvo en EG entre 1925 y 1941 y creó secciones de gran arraigo como “Consultorio”, “Entre pitada y pitada” o “De sábado a sábado”. Era tal su prestigio que cuando Jules Rimet, presidente de la FIFA, vino a Argentina en 1939 pidió ser entrevistado por Chantecler.
Usaburo Kikuchi, otro fotógrafo emblema de EG durante 29 años (1928-57). Estudiante de agronomía en su país, aterrizó en el Chaco para trabajar en la cosecha. Cuando se quedó sin plata, golpeó la puerta de Atlántida. Jamás había visto un partido de fútbol y en su primera vez se metió en el campo de juego porque no sabía el significado de las líneas de cal. Rápidamente se transformó en maestro.
Otro apellido ligado sinónimo de EG. Ingresó en Atlántida a los 18 años como linotipista. “Cierta vez la empresa propuso a los obreros que aprendiéramos un oficio en nuestras horas libres. Y yo me anoté para ser fotógrafo –contó él mismo-. Al principio hacía trabajitos de laboratorio. Un sábado faltó un fotógrafo y me dieron su tarea. Tenía que retratar a unos atletas que participaban en un torneo. La noche del sábado no pude dormir, me sentía Gardel. El torneo empezaba a las 14.30 y yo estuve a las 8 de la mañana”. Con su pañuelo al cuello, Alfieri se hizo muy amigo de los protagonistas. Trabajó en EG desde 1936 hasta la década 1980.
El Photoshop no es un inventó moderno. “Las famosas tapas estáticas con el jugador haciendo jueguito –recordó Alfieri- se hacían en dos partes. Primero se sacaba el fondo con tribuna, después se fotografiaba al jugador en la terraza de la Editorial y se montaban”. ¿Anécdotas? Miles. “Farro tenía la nariz abatatada y un gran complejo. Se buscaron mil variantes y a él no le gustaban. Al final, lo saqué con la bolsa de hielo que usaban los aguateros en la nariz, y listo”. Su foto más laureada fue “El Abrazo del Alma” (1978).
Su verdadero nombre era Osvaldo Onofre Bramante. Trabajaba como empleado administrativo de Atlántida hasta que Dante Panzeri, director de EG, habitual interlocutor de sus charlas en el buffet del cuarto piso, le comentó que si volcaba en un papel las historias que contaba, sería un gran periodista. Lo fue. Bohemio, poeta, de talento supremo, sus entrevistas y comentarios adquirieron un vuelo literario único y son un sello de distinción de EG de los ‘60 y ‘70.
Orlando Ríos, periodista de automovilismo de los años 70 y 80, se integró como personal oficial a la escudería Williams de F-1 en el GP de Argentina de 1981 para cubrir el desempeño de Reutemann. También fue pilo de TC y en 1987 corrió la París-Dakar.
En 1932, EG se preguntó cuál era el club más popular. Los lectores respondieron y Boca se consagró ganador. A comienzos de 1933, EG le entregó una bandera antes de un partido.
EG asignó muchos apodos que perduraron. Van dos. “El Intocable” a Locche fue obra de Piri García, comentarista de boxeo, en 1963. “La Máquina”, el quinteto de River integrado por Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau, le pertenece a Borocotó, quien el 12/6/1942 tituló una victoria por 6-2 de River sobre Chacarita “Jugó como una máquina el puntero”.
Además de una revista, EG organizó: campeonato relámpago de boxeo en el Luna Park con 4 rings simultáneos; carrera callejera para triciclos de reparto; maratón de los barrios; carreras para niños sobre toda clase de vehículos de juguete; concurso abierto de pulseada. Y más.
La Maratón de los Barrios devino de rutina porteña en acontecimiento internacional. La organizó anualmente EG entre 1934 y 1960 y su ganador pasó a ser un habitué de la portada de la revista.
De convicciones morales intachables, introdujo en el periodismo deportivo la mirada ácida y crítica. Referente de periodistas prestigiosos como Víctor Hugo Morales, Diego y Gonzalo Bonadeo y Horacio Pagani, entre otros, dejó su marca en EG entre 1945 y 1962. Llegó a director y se fue por un desgaste con las autoridades, que culminó cuando lo presionaron para que en un Boca-River del 62 publicara la opinión de Alvaro Alsogaray.
Al comienzo, EG salía los viernes. Por exigencias del taller, la tapa debía entregarse en ocasiones entre un mes y 45 días antes con lo que perdía actualidad. La búsqueda fue acercarla a los acontecimientos del fin de semana. Al invertir en nueva maquinaria, EG logró el objetivo de llegar el martes a la calle (lunes a la noche en Capital). El 24/8/1965 fue la primera vez.
Era lo que necesitaba EG en los 60. Las ventas habían caído de 250 a 90 mil. El responsable del cambio fue Carlos Fontanarrosa. Asumió como director en 1962, incorporó a Juvenal, El Veco y Cherquis Bialo, convenció a los directivos de Atlántida de que invirtieran en nuevas máquinas, impuso el slogan “EG en la calle”, suprimió el horario fijo de 8 a 14 bajo la consigna “los periodistas no tienen horario” y marcó una bisagra en la historia de la revista. Se retiró en 1977.
Se comenzaba a hablar de Gabriela Sabatini, de 14 años, y EG decidió enfrentarla en un court para conocer sus virtudes. Lo hizo Luis Hernández, especialista de tenis, quien la desmenuzó bajo el título: “Yo jugué con Sabatini y les cuento”.
“Escribile una carta a Menotti” fue el slogan de un concurso organizado por EG con vistas al Mundial 82. Había tres categorías y los ganadores acompañarían a la Selección en una gira por España con los gastos pagos. En la categoría 14 a 18 años se impuso Gonzalo Bonadeo, quien ya daba muestras de su conocimiento.
Entre 1964 y 1970, EG publicó un mensuario de mayor tamaño y mejor calidad de papel que la edición habitual. Sus notas dejaron un recuerdo imborrable y hoy mantienen una vigencia asombrosa. Fue idea de Julio César Pasquato, que firmaba como Juvenal. Escribía en La Razón y pasó a EG. Sus palabras sirven para dimensionar qué significaba EG: “Fue la culminación de un viejo sueño, como jugar en la primera del club que me tenía entre sus hinchas de pibe”. Se sumó em 1962 y no lo abandonó hasta su muerte, en 1998.
La anécdota de Juvenal con su vieja Olivetti en Alemania 74 todavía se recuerda. La contó él mismo en EG: “Le presté mi máquina a un colega inconsciente y me la devolvió descompuesta sin avisarme. Volví de la derrota de Argentina con Polonia en el debut para escribir con urgencia y cuando quise hacerlo, se me quedaron las teclas pegadas. En el paroxismo de mi bronca, tiré la máquina contra la pared y rebotó. Me golpeó la mano derecha y me fracturó el pulgar. Resultado: tuve que escribir en una máquina de tipografía alemana, sólo con la mano izquierda y la derecha quedó inutilizada por el resto del Mundial”. Profesión de alto riesgo la del periodista...
Desde su aparición en 1949, la revista Goles –más barata- superó en lectores a EG. Una huelga de su taller dejó a EG sin competencia y finalizada la misma, los lectores de EG no la abandonaron. En 1969, festejando los 50 años, la tirada de EG fue de 270.000 ejemplares.
En 1922, Gastón Martín Vázquez –segundo director de EG- escribió un artículo llamativo “El box contra el jiu jitsu”.
EG descubrió la importancia del polo argentino muy temprano y en 1922 cubrió el impactante triunfo en Estados Unidos por 14-7 ante los locales.
. Aníbal Vigil viajó en 1922 a Francia, para contar el cruce del Canal de la Mancha. Su nota inicial denotaba fastidio: “Hace cuatro días que me encuentro en Calais, esperando que alguno de los tantos campeones se decidan a largarse al agua”.
EG no sólo juntó a Diego con Pelé, sino también con Menotti (cuando estaban distanciados), Di Stéfano, Rummenigge, Sabatini, Francescoli y Stoichkov, entre otros.
AL ARO. José Luis Barrio, pluma distinguida en las décadas del 70 y 80, había ganado con San Andrés el Campeonato Oficial de Pimera División de la Asociación Porteña de 1968. Jugaba como base.
CONMOVEDOR. En agosto de 1984, el boxeador Ramón Aníbal Jara contaba en EG que peleaba para encontrar a su madre. Un tiempo después se consumaba su deseo gracias a la revista.
ENCUESTA (III). Una muy seria organizada por EG en 1975 determinó el equipo de todos los tiempos. Se los convocó y premio antes de un River-Boca. Amadeo; Sosa, Perfumo, Albrecht, Marzolini; Moreno, Néstor Rossi; Corbatta, Pontoni, Martino y Loustau. El único activo era Perfumo, que jugaba esa noche, y Labruna no lo quiso dejar salir al campo antes. Argumentaba que debía concentrarse en el partido, pero cuentan que en realidad estaba cabrero porque no había sido elegido.
JUGO DE FUTBOL. Una sección histórica de EG. Se gestó una tarde en que el descanso invitaba a divagar y se empezaron a tirar frases hechas del fútbol. La nota luego se convirtió en el rincón anecdótico de la revista, escrito por Juvenal.
CINCO MINUTOS. Para tener imágenes del debut de Argentina en el Mundial 74, sólo se podían cubrir los primeros cinco minutos. Enseguida, Ricardito Alfieri tuvo que tirarle el rollo al corresponsal que esperaba del otro lado de la tribuna, éste salir corriendo a la estación de Stuttgart, tomar el tren a Berlín y llegar justo al aeropuerto para entregar los rollos a un pasajero. La tapa mostró a Kempes en la jugada que realizó en el primer minuto.
PAPELON. Siempre hubo una parte de la revista (la mitad) que se cerraba en la semana, y el resto el mismo domingo. En 1974, para el debut de Argentina, Cherquis Bialo pidió una entrevista con un jugador de la Selección y Onesime se la realizó a Daniel Carnevali, el guardameta titular. “El arquero que todo el mundo nos envidia”, fue el título. Unos días después, Argentina perdía 3-2 con Polonia y Carnevali jugó el peor partido de su vida. En el mismo número se lo fustigaba y elogiaba. Fue necesario un editorial para aclarar la incoherencia.
REENCUENTRO. EG puede sacar pecho y afirmar que puso su granito de arena para ganar el Mundial 78. Fillol y Menotti estaban peleados, el Pato se atajaba la vida, se acercaba el Mundial y el periodista Carlos Ares propuso juntarlos. Los dos dieron el sí y en la casa de Menotti a fines del 77 firmaron la paz. Meses más tarde sería figura del Mundial.
INGENIERIA. EG inició su misión periodística para el Mundial 78 el lunes siguiente a la final de 1974 y la mentalización de la Redacción fue permanente. Todo lo planificado con mecanismo de relojería salió a la perfección. Un ejemplo: las entradas de prensa de EG para el partido inaugural fueron enviadas a Mar del Plata. Por las dudas, EG había comprado entradas.
ANFITRIONES. Durante el Mundial, EG montó una redacción paralela donde hicieron base medios prestigiosos como France Football (Francia), Kicker (Alemania), Guerin Sportivo (Italia) y As (España).
AVALANCHA. El éxito de EG en el 78 se refleja en estas cifras: arrancó con 200 mil ejemplares en el debut y antes de la final se pautaron tirar 350 mil. Tras la final Vigil decidió aumentarla a 500 mil. Se agotaron enseguida y hubo que realizar 50 mil más el lunes y otros 50 mil el martes. Los pedidos continuaban pero Gente entraba en máquinas y no se pudo seguir subiendo. A los pocos días se editó el libro con las mejores fotos del Mundial (100 mil ejemplares) y unos días después el libro “Así ganamos el Mundial”, por Menotti (110.000 ejemplares). Sumando todos los productos de la Copa fueron 648 páginas, 232.756 rollos revelados y más de 100 hombres trabajando.
Oscar Galvez corrió a los 74 años. Lo hizo para EG, que subió al Aguilucho a su última coupé y lo llevó a recorrer los caminos de tierra, evocando su primer gran premio.
Desde los inicios hubo que crear una sección llamada “Bolsa de EG” para canalizar los requerimientos de los coleccionistas. En 1979, escribió Arturo Melis Costantini, basquetbolista chileno de los ‘40: “Cumplí 65 añosy aún recuerdo con gratitud que la venta de mi primera colección de EG en 1947 me posibilitó adquirir un bien raíz y dar seguridad económica a mi familia”. ¡Impresionante!
A medida que crecía el prestigio de EG, la tapa era como ganar un Oscar. Ezequiel Bustamante, mulato, ganó la Maratón de los Barrios en 1951, fue tapa y pasó a presentarse como “El Negrito tapita e’ Grafico”.
. No es un invento de la modernidad. En 1935, Humberto Recanatini –back de Gimnasia- salió en la lámina de EG con un gorrito tipo Piluso, que se vendía en Gath & Chaves. El defensor adquirió gran popularidad a partir de la foto.
El Gráfico, impulsado por Orcasitas, presentó la Liga Nacional de básquetbol el 17/9/1982, el sueño del entrenador León Najnudel. Auspició la propuesta en lo conceptual, en la difusión y en lo económico, financiando los primeros gastos. Propuso “revolucionar el básquetbol argentino”. Tres años después arrancó la competencia, de la que se llevan disputadas 24, y que parió a ocho hijos que llegaron a la NBA.
El 12/1/1993, EG hizo cima en el Aconcagua, el pico más alto del continente (6.959 metros). El fotógrafo Henry Von Wartenberg lo logró con la bandera de EG.
Anécdota inolvidable. Pelea Alí-Frazier, 1971. La recordó Héctor Vega Onesime, ex director de EG, en su libro “Memorias de un periodista deportivo”. La pelea fue en Nueva York un lunes a la noche y EG postergó un día su cierre para incluirla. Emilio Laferranderie (El Veco) estaba como enviado de la Editorial y se decidió que cubriera la pelea para EG. Se montó un equipo de emergencia en Buenos Aires por si no llegaba el material, con Ardizzone, Juvenal y Pagani, entre otros. “Se puso el televisor en el hall y no faltaron las apuestas: sólo Ardizzone y yo creímos en Alí –recuerda Onesime-A nadie le extrañó el fallo favorable a Frazier y los ganadores se llevaron el dinero situado encima del aparato de televisión. Enseguida, por las dudas, Ardizzone comenzó a redactar el comentario suplente”. (sigue en la 42)
“El texto no llegaba. Al irse Constancio Vigil le pregunté qué pasaba si llegaba lo de El Veco. ‘Levanten lo escrito y va lo de él’, contestó. Amanecía cuando comenzó a llegar el texto de El Veco. ‘Tres jueces derribaron a una estatua’, tituló. Incredulidad y desconcierto. En la redacción coincidíamos con el fallo a favor de Frazier. Juvenal consideraba una locura dar el texto de El Veco, pero yo acaté la decisión de Vigil y se rehizo todo ante las quejas del taller. Ardizzone reclamaba irónicamente la plata perdida en la apuesta, advirtiendo: ‘Guarden esas carillas mías. En una de esas son necesarias’. A las 10 de la mañana llamó Fontanarrosa, el director, y dijo que era inconcebible publicar lo de El Veco, que Frazier había sido un claro ganador y mandó parar las máquinas con 10 mil ejemplares impresos, que fueron a Córdoba. El nuevo título fue ‘Se cayó una estatua’”.
Chantecler los utilizó por primera vez en el periodismo: fue el 16/6/1939 en Independiente–San Lorenzo (1-0) y los colocó sobre cada futbolista en la foto. Fue generoso: tres “10”, mayoría de “8” y “9”, y un solo “5”. Las calificaciones desaparecieron luego hasta que volvieron para instalarse definitivamente en 1964.
En EG del 19/5/1950, hay una publicidad de los motores micrón. En el aviso, la foto de un muchacho en una bici-motor. Y su mensaje: “Les envío para su revisación el motor micron que uds. representan y con el que realicé una gira de 4.000 kms. a través de 12 provincias argentinas. El funcionamiento del mismo, durante mi extensa gira, ha sido perfecto”. Firmado: Ernesto Guevara Serna (antes de ser El Che).
Después del Mundial 98, EG fue comprado por Torneos y Competencias y dejó Editorial Atlántida y la vieja casa de Azopardo 579. Hoy, la redacción está a dos cuadras de allí, en Balcarce y Venezuela, el edificio de Torneos.
La tirada promedio actual es de 42.000 ejemplares. En 2007, además de las 12 ediciones habituales, se pusieron a la venta 17 productos especiales con la marca EG, incluyendo los 4 de polo, el libro por los 70 años del TC y los especiales de los campeones, entre otros.
El Gráfico tiene un sitio web que refleja lo mejor del deporte a nivel argentino y mundial. Noticias y análisis, fotos y joyas del archivo, todas las tapas de su historia online, posibilidad de comentar y compartir los contenidos en redes sociales, página propia en facebook. Y por supuesto, secciones que ya son características: el riesgo DT, Figurita Difícil, 100x100, Confieso que he aprendido, entre otras. Las novedades seguirán apareciendo permanentemente en este año tan especial.
“Para cualquier jugador del fútbol argentino sólo existen tres sueños: 1) jugar en la primera de su equipo, 2) salir en la tapa de EG y 3) jugar en la selección nacional” (Alfredo Di Stéfano).
Tendrá 210 páginas, con entrevistas exclusivas a Messi, Kempes y Rafa Nadal. Maradona también recuerda sus mejores anécdotas y las tapas que más le gustaron. Y mirando hacia delante, El Gráfico entrega una lista de 90 personajes, ideas y tendencias que marcarán el futuro del deporte mundial.
14 de enero. El canal digital del medio en YouTube ya tiene su programación para la temporada.
30 de diciembre. La redacción de la revista realizó una votación que arrojó dos resultados: una formación titular y una suplente, ambas con entrenador.
18 de diciembre. La conquista de Qatar 2022, en una publicación de colección que recupera la impronta tradicional de la revista y su calidad fotográfica y periodística.
10 de diciembre. Las apiladas de Borocotó, Los Juegos Evita, el potrero: un capítulo de la nueva publicación que recupera los orígenes de un club diferente.
16 de octubre. El Xeneize compartió una imagen del flamante entrenador con una referencia histórica a la llegada del Virrey al club.
22 de septiembre. El equipo de trabajo se enorgullece en anunciar los primeros cien mil seguidores en un canal clave para este medio multiplataforma.