Carlos y Jorge Vilar Castex, dos jóvenes que sumaban entre ambos la edad de Cristo, llamaron la atención en nuestras aguas corriendo en la "Clase Snipe". Con sus triunfos locales adquirieron el derecho de representar al país en el Campeonato Mundial de 1948 de esa "Clase", la más numerosa del mundo, a realizarse en Mallorca, islas Baleares, España.
Sencillos, modestos, callados, no daban la sensación de que pudieran defender el prestigio de nuestro yachting en un certamen tan importante. Muchos rumores pesimistas circularon en el ambiente.
Pero ellos, callados y sencillos, pusieron en evidencia aquello de "res non verba" (en latín “hechos, no palabras”), y volvieron con el título de campeones mundiales ganando en la forma más limpia y asombrosa. Brindaron así al Yachting argentino, por primera vez en su historia, la conquista de un campeonato mundial, hazaña que repitieron por segunda vez en La Habana, clasificándose vicecampeones Mundiales en Nueva York a pesar de sufrir una descalificación.