PUBLICADA EN REVISTA EL GRÁFICO EDICIÓN OCTUBRE DE 2005
1 ¿Alguien te dice Ronald? Sí. Sólo dos personas: el Pollo Olivera, que juega en la Juventus, y Pablo Lima, de Danubio. Primero fue Pablo, cuando él tenía 15 años más o menos. Mi madre conocía a la madre de él y desde que se enteró que mi primer nombre es Ronald me dice así. No me molesta, pero desde niño me dicen Paolo. En mi familia nadie me dice Ronald. Soy Cabeza o Cabezón.
2 Pero en el fútbol no tenés un apodo definido... No, es cierto. Mi padre y mi tío Alejandro me pusieron Cabezón desde chico, pero es en la familia nada más.
3 ¿Cómo fue tu infancia? Como la de cualquiera, todo el día jugando al fútbol. Iba a la escuela y, después, al club Banco República. Como mi madre laburaba todo el día, yo me quedaba en el club desde las dos de la tarde hasta las ocho, y hacía todos los deportes. Entrenaba dos o tres veces por semana y los domingos jugábamos al baby fútbol en las escalinatas. Vivíamos en Pocitos, en un departamentito chiquito, con mi hermano, mi hermana, mis padres y mi tío, que tiene sólo tres años más que yo, es como un hermano mayor. Y con mi hermano y mi tío jugábamos siempre al fútbol, hasta que llegué a la Primera de Peñarol. Ahí dejé, por precaución. En realidad, de niño jugábamos a cualquier cosa: básquetbol, fútbol, lo que viniera.
4 ¿Y a Peñarol cómo llegás? Fui a los 15 años. Me llevó un amigo, pero antes había ido a probarme a otros equipos. Es más, fui a Nacional, porque mi padre había jugado ahí, pero me rechazaron porque decían que era muy chico de altura. A la otra semana fui a Peñarol y, por ser el hijo de Montero Castillo, ni me probaron y me ficharon directamente.
5 Se dio al revés de la lógica porque tu viejo había jugado en Nacional y ahí te dijeron que no... Sí, pero igual de chiquito siempre fui hincha de Peñarol. Había ido a Nacional por respeto a mi padre, pero yo siempre había querido ir a Peñarol.
6 ¿Y cómo te hiciste de Peñarol? Por mi abuelo materno. El es hincha a muerte de Peñarol y yo andaba siempre con él. A mi viejo casi no lo vi jugar, no me acuerdo de su paso por Nacional. La época en que él ganó todo yo no la viví.
7 ¿Eras fanático? ¿Tenías algún ídolo? Sí, era fanático. Siempre me gustó el defensa uruguayo Hugo De León. Por su personalidad y porque le gustaba salir jugando. El fue el jugador que más admiré. Y de Europa, a Baresi y a Maldini.
8 ¿Siempre fuiste de usar la 4? No. Usé la 3, la 6, y un año, en el Atalanta, me dieron la 9.
9 Para despistar… No ¡Qué voy a despistar yo! Después, en la Juve me quedé con el “4”. Y en la selección me preguntaron si quería el número que usaba en mi equipo y por eso me quedé con ése. Pero tampoco soy de pedir número, no tengo preferencias. En San Lorenzo me dieron la 13. Yo no soy fanático como esos jugadores que piden la 10, la 5… No, no me interesa.
10 ¿Cómo era, de chico, ser el hijo de Montero Castillo? Con mi viejo no hablábamos de fútbol. Ahora sí, pero como a mi madre no le gusta el fútbol, estaba prohibido. Ni siquiera ahora, eh. Si está ella delante, ni tocamos el tema. No deja que me hablen de fútbol para que no estén todo el día maquinándome. Después, si no está ella, con mi hermano o con mi viejo charlamos. Pero de chico mi padre tampoco me iba a ver en las juveniles, me dejó hacer el camino solo. Igualmente, siempre fue un orgullo ser el hijo de Montero Castillo. Más por las cosas que me contaban, las anécdotas, la clase de compañero que fue. Y eso te llena de orgullo. Pero no pesó en ningún momento porque tampoco me lo hizo sentir así.
11 ¿Una anécdota de él? Uh, no. No dan esos dos casetes que tenés ahí para grabarlas. Mi viejo siempre me hablaba de los clásicos con Peñarol y de las finales contra Estudiantes. Me decía que para jugar contra ellos tenías que ser guapo porque si no te mataban. Y después jugó con Aguirre Suárez, en el Granada, y me decía que eran unos asesinos, unos kamikazes. Siempre me contaba que se mataban en la cancha, pero que después había mucho respeto.
12 Alguna vez, charlando con tu viejo, ¿te dijo algo de la posición o de cómo pegar? De pegar no. Me aconsejaba cómo marcar y cómo poner el cuerpo. Pero nunca me dijo nada de pegar, eso te nace. Pegar una patada o meter un planchazo, no, sino faltas que a veces hay que hacer.
13 En una nota en El Gráfico, Trotta dijo que pegar una patada sin lesionar a veces es bueno para el equipo. A veces sí. Lo que pasa es que ahora, como se juega tan rápido, parece que te maté y no te toqué. En la cancha decís “uh, lo mató”, pero después lo ves en la tele y ni lo rozaste. La velocidad en el juego hace que todo parezca muy grosero.
14 ¿Alguna que te acuerdes en la que pensaste “uy, a éste lo maté”? Hace dos años, a Totti. Obviamente, me echaron. Era un partido que íbamos perdiendo 4-0. Esa fue grosera. Ni miré la tarjeta roja. Le pegué y me fui derechito para el vestuario.
15 Pero así ya sabe que el próximo partido tiene que encarar al otro central… No, a ese nivel los jugadores no tienen miedo. Si no, no llegan a ser figuras de equipos como la Roma. En ese nivel son todos buenos, todos guapos.
16 ¿Estás de acuerdo con estar catalogado como un jugador duro o violento? En algunas cosas sí porque he tenido expulsiones por pegar codazos y piñazos, y te queda ese cartel. Pero muchas expulsiones que tuve fueron por doble amarilla o por último hombre, cuando salió esa regla a la que me costó adaptarme. El cartel te queda, pero tampoco me interesa. Sí sé que juego fuerte y me gusta. Me gusta sentir el contacto del foul y todo eso. Nunca le hice mal a nadie, pero la fama de violento la tengo bien ganada, sin dudas.
17 ¿Quién jugaba más fuerte: vos o tu viejo? Noooo, mi viejo. Si ves las imágenes de los partidos de esa época, era terrible. El otro día pasaron las patadas más violentas y había como diez del partido de Estudiantes-Milan, en la cancha de Boca. En esa época era distinto, se daban de lo lindo. Ahora, como cambiaron todas las reglas, te echan por cualquier cosa. Esos jugadores ahora tendrían que controlarse mucho más. Todo el mundo me dice que no tengo ni una uña de mi padre.
18 Estuviste 13 años en Italia, ¿te acordás algo del fútbol uruguayo? Sí, cómo no me voy a acordar. Pero ha cambiado mucho. Ya no hay jugadores referentes. El fútbol en Uruguay es muy lento, no te ayudan las canchas. Los jugadores no cobran y no están bien alimentados.
19 ¿Eso se puede solucionar? Y… depende. Depende de los dirigentes, de lo que quieran hacer en el fútbol. Porque no se entiende cómo puede ser que no paguen los sueldos cuando venden 40 jugadores por año. Cuando el futbolista no está contento y no puede mantener a su familia, es muy difícil. Yo no sé de dónde saca el jugador uruguayo la motivación para seguir entrenando y estar estimulado siempre.
20 ¿Pero cuando arrancaste tu motivación era sólo el dinero? La motivación es que amás el fútbol. Pero me fui para Italia por la situación económica de mi país, que no me daba una proyección de confianza para mi familia. Si al jugador no le faltara nada, el único compromiso que tendría sería jugar al fútbol. Esto no sólo pasa en el fútbol, le pasa al que trabaja doce horas por día y no le alcanza ni para comer. Te ponés agresivo, te la pasás corriendo para todos lados y estás mal. En el fútbol pasa igual.
21 ¿Cómo fue llegar a Italia siendo un pibe de 19 años? Por suerte encontré sudamericanos. Estuve con Leo Rodríguez, Alemão y Valenciano. Y además, me fui con toda la familia, que para mí fue fundamental. Cuando llegás y no estás solo, no es lo mismo. Por eso aguanté, porque irte tan joven, de la noche a la mañana, a un país con un idioma distinto, fue jodido.
22 ¿En Bergamo tenías un carnicero conocido que te hacía los cortes como los comemos en Argentina o en Uruguay? Sí, lo consiguió mi padre. Se hizo amigo de un carnicero y le enseñó cómo cortar el asado. Y mi viejo lo preparaba, pero en la estufa de leña, dentro de la casa. En Bergamo, si querés hacer una parrilla tenés que ir a pedir permiso a la intendencia. Por la historia, las paredes, los muros. Entonces nos las arreglábamos.
23 ¿De los compañeros que empezaste a tener en ese momento, hay alguno que te haya quedado grabado? Siempre me acuerdo de los primeros, los de Atalanta. Después, en la época de la Juve, también me tocó compartir el vestuario con uruguayos. Me hice muy amigo de Mark Iuliano, éramos los dos solteros del grupo.
24 Y a los que no eran rioplatenses, ¿les pudiste hacer tomar el mate? ¿Zidane probó? Noooo. Zidane no probó, nunca se animó. Miraba de reojo, pero nunca se prendió. Davids tampoco. Te miraban raro porque nos veían tomar de una bombilla en la que meten la boca 15 personas. No les gustaba nada. Al que pude hacer probar es a Iuliano, porque estaba siempre con él. Ojo: tampoco es que soy el típico uruguayo que anda con el mate abajo del brazo para todos lados. Pero siempre nos juntábamos con una banda a tomar mate o comer un asado.
25 ¿Y a los asados sí se prendían Zidane y Davids? Tengo que aclarar que nunca hice un asado en mi vida, pero a los que se hacían en mi casa, sí. Zidane y Davids se han prendido más de una vez. Mi viejo lo preparaba y los invitaba. Se prendían siempre, no eran boludos: hay pocos restaurantes en Turín donde preparen bien la carne.
26 ¿Los compañeros como Zidane y Davids, que de afuera se los ve como superestrellas, cómo son en realidad? Son más simples que todos nosotros juntos. Siempre digo que los fenómenos son los más humildes. Son todo lo contrario a lo que la gente se imagina. Perfil bajo, simples, laburan más que cualquiera... Por algo son los número uno.
27 ¿Cuál fue el campeonato que más disfrutaste? El scudetto que ganamos en el último partido porque había pedido el Inter. No se lo esperaba nadie, entonces disfrutamos como locos. Jugábamos a la misma hora, y Rampulla, el golero suplente, estaba con la radio y nos iba diciendo el resultado. Cuando ya estábamos 4-1 y faltaban cinco minutos, algunos jugadores ya festejaban.
28 ¿Y vos? Yo no soy de festejar así. De repente, más en la interna, pero delante de las cámaras no me gusta, para nada.
29 Es raro que adentro de la cancha seas un líder y afuera seas bastante tímido ¿no? Me gusta hablar adentro de la cancha, pero no me creo un líder. Mi forma de ser en el campo de juego tiene que ver con la manera en que interpreto el fútbol. Para mí, el golero, los dos zagueros y el volante central son los que tienen que dirigir, ordenar y manejar los tiempos en la fase defensiva. Entonces uno tiene que ordenar un poco a los gritos.
30 No hay muchos jugadores que vayan y se queden el tiempo que estuviste vos en Italia. ¿Qué hay que tener para mantenerse y triunfar? Hay que laburar y tener humildad. Laburar, laburar y laburar, y no creerte nada. A los delanteros se les hace más difícil, porque el italiano es un fútbol muy táctico. Si vos mirás un partido de allá te aburrís. Es preferible mirar un partido de Inglaterra, que es más abierto. Los partidos en Italia terminan la mayoría 0-0, 1-0 o 1-1. El fútbol italiano te aburre hasta cuando lo jugás. A mí pasó durante 13 años…
31 Tenías amigos uruguayos en el Torino, el rival de la Juve, y también te hablabas con algunos hinchas, ¿tuviste problemas por eso? Un par de veces, los capos de la barra de la Juve me vinieron a decir cosas a la práctica, pero después lo hablé con ellos, aclaré todo y no pasó nada.
32 ¿Cómo son los capos, onda mafia? Son fanáticos también, como los de acá. Pero es difícil irte a las manos. Yo les dije que los de Torino eran mis amigos y que ellos no me iban a elegir con quién andar. Entonces se lo tuvieron que bancar. En Turín se conocen todos.
33 Francisco, tu hijo, ¿es de Juventus o Peñarol? Ah, yo qué sé. Tiene un año recién. Que sea de lo que quiera. No me molestaría ni que se hiciera de Nacional.
34 ¿Cómo sos como papá? ¿Cambiás pañales? Sí, si puedo ayudo en todo. Trato de rebuscármelas. No te voy a mentir, hace más mi mujer, pero si puedo, colaboro.
35 ¿Te gustaría que fuera jugador? Tomaría el ejemplo de mi viejo y lo dejaría solo para que él pueda hacer su camino y que después no digan que vos fuiste esto y aquello. Aunque yo fui un poco acomodado porque, al ser hijo de Montero Castillo, en Peñarol ni me probaron. Tal vez había 300 atrás de mí que eran mejores.
36 ¿Qué pasaba si te tomaban la prueba? De repente me pasaba lo mismo que en Nacional. Tal vez me borraban en Peñarol también.
37 ¿Y hoy que estarías haciendo? Uuhh, yo qué sé. A mí me gustaba ser preparador físico, pero en realidad no sé qué haría. Hubiese seguido estudiando y estaría laburando. Pero no sé, porque el trabajo en Uruguay está muy complicado.
38 ¿Cuando te retires vas a ser DT? No. Me gustaría seguir en el fútbol, pero no de técnico. Si no, estás en la misma, siempre concentrado, seguís en la máquina. Me gustaría ser dirigente, hacer algo para mejorar un poco el fútbol uruguayo y que el jugador deje de ser manoseado.
39 En Uruguay siempre se habló de una pelea entre Recoba y vos. ¿Cómo es la relación en realidad? Siempre tuvimos respeto. Como en cualquier laburo, podés tener discrepancias con un colega, pero nada más. La prensa lo agrandó todo. Pero está todo bien, lo hemos hablado mil veces. Si vas de frente, nunca vas a tener problemas. Los dos fuimos de frente y aclaramos todo para lo mejor de la selección.
40 Pero yendo de frente pueden generarse choques... Y, bueno... Hay veces que hay que chocar. Yo con él choqué un par de veces. Si 25 personas conviven durante un mes o más, es imposible que no haya roces. A veces es mejor que haya problemas, porque después el grupo se hace más fuerte.
41 ¿Te trajo problemas ser frontal en la vida? Soy frontal con las personas que quiero. El resto qué me importa. Yo hago mi vida y el resto, la suya. Después, en el fútbol nos conocemos todos. Y ser frontal no tiene que ser para mal, sino para mejorar. A mí me han dicho mil cosas, pero lo tomo siempre a favor del grupo. Siempre pienso a favor del grupo, porque hubo sólo un jugador que te llevaba adelante solo: Diego.
42 ¿Lo conocés a Maradona? No, no tuve la suerte. Me encantaría, pero no lo conozco personalmente.
43 ¿Cómo fue tener a Passarella como DT? Un fenómeno. La verdad es que con el jugador uruguayo se portó muy bien, lo hizo valorar. Todos los jugadores hablan bien de él. Lo aprecio mucho.
44 Fossatti y Menotti te compararon con él... El primero fue Menotti. A partir de ahí ya me miraban diferente, porque me estaban comparando con uno de los mejores zagueros de la historia del fútbol. Yo tenía 18 años. Me comparó en una gira que hicimos con Peñarol. Menotti nos subió a un montón de pibes de mi generación.
45 ¿Seguís hablando con algún compañero de la Juve? Con Iuliano, con Tudor, Mirkovic, Davids, Zidane… Hablamos por teléfono porque a mí la computadora no me gusta. Pero quedé con una muy buena relación con todos de aquel grupo.
46 En la Juve tenías un preparador físico que se llamaba Giampiero, “el Marine” Ventrone... (Interrumpe). ¡Ese estaba loco! ¡Era un crack! Entrenaba muy bien, eh. Pero como era hijo de un marine, te ponía unos parlantes y te hacía correr con la música de los marines de fondo. Nosotros nos matábamos de risa. Pero no sabés cómo andábamos con él, sentíamos que estábamos entrenando para ir a la guerra. Siempre nos decía que nos iba a llevar de excursión a verlos, pero nunca lo logró. Antes de los partidos nos hablaba y nos motivaba un montón, salíamos a matar. Un personaje.
47 ¿Y alguna anécdota de los hermanos Agnelli? A veces Umberto, el presidente, te llamaba a las cinco de la mañana porque era un tipo muy ocupado y antes no te podía atender. Una vez me llamó a esa hora, yo no le creí que era él y le corté. Después, me volvió a llamar y sí, era él, de verdad. Te llamaba, te decía “hola, ¿cómo andás?” y te cortaba. Yo le quería decir: “¡No me llamés más, hermano!”. Después te encontrabas con otros jugadores y te enterabas de que lo hacía con todo el mundo. Pero era un tipo muy respetado. Llegaba él y se paraba la práctica.
48 ¿Eras de salir con los demás? Nos juntábamos a comer en el restaurante de Ciro Ferrara. Y siempre organizábamos reuniones grandes para fin de año o para alguna fiesta. Pero los dirigentes no te obligaban a nada. No es como dicen, que te controlan si a las 12 de la noche estás en tu casa y esas cosas. Mentira, podés hacer lo que quieras.
49 ¿Cómo calificarías la relación con tu selección? Para mí es lo máximo. Es más importante que jugar en la Juve o en Peñarol, del que soy hincha fanático. Es lo más importante que existe.
50 ¿Y por qué estuviste dos años alejado? Por todos los problemas que existen, que te van cansando. Vos hacés todo para mejorar y si no se mejora, te castigan. Antes se decía que veníamos de Europa a robar la plata en la selección. Esa no se la cree ni mi hijo, que tiene un año. Pero la prensa es así.
51 ¿Cuánto tuvo que ver que sea Fossatti el DT para que pegaras la vuelta? Mucho. Después del problema grande que tuve como capitán en la Copa América por los premios, él me defendió a muerte. Porque nosotros estábamos luchando para que se cumpliera con lo que se había prometido. Y ahí salió Fossatti a bancarme: “Acá están hablando que Paolo Montero tiene la culpa de todo y eso no es así”, dijo.
52 ¿Por qué elegiste San Lorenzo? Hugo Issa y Chirola Belasteguin, de Global Fútbol Manager, se encargaron de todo y me dijeron que me iba a llamar Alfaro. Cuando hablé con él, le dije que si se cerraba yo viajaba a Buenos Aires. Se cerró y me vine para acá, sin pensarlo. Es un lindo club y me gustó el desafío de jugar en uno de los equipos más grandes de Argentina.
53 ¿Funciona la mezcla entre viejitos, como Cardozo y vos, con pibes como Walter García, Botinelli, Montillo, Barrientos…? Por ahora está saliendo bien, pero acá la diferencia la están haciendo los pibes, no nosotros. San Lorenzo tiene dos o tres jugadores de 18 y 19 años que van a ser el futuro del fútbol, sin dudas.
54 ¿Se puede salir campeón con varios pibes? Sí, por qué no. Aparte, ahora en el fútbol argentino son todos pibes. Si empezás a ver los planteles, te das cuenta de que está lleno de jugadores jóvenes.
55 ¿Cada cuánto ves a tu familia? Cuando puedo me voy para Uruguay. Miro el partido o juego y me hago una escapada. Es sólo media hora de avión, eso es bueno.
56 Por los anteojos parecés un tipo culto. ¿Sos de leer mucho? Sólo cuando estoy de vacaciones. Durante la temporada, muy poco. Con mi mujer nos gusta ir a lugares tranquilos, me desenchufo: nada de tele ni tecnología. Me he leído casi todos los libros de Paulo Coelho, que me regaló ella. Fuimos a Petit Saint Vincent, la Polinesia, Brasil, Costa Rica… recorrimos bastante. Nos encanta viajar, tuve la suerte de encontrar una persona como yo en ese sentido.
57 ¿Cómo la conociste? Hace cinco años, en un boliche de Montevideo. Nos conocimos y chau, empezamos a salir.
58 Te pedimos algunas definiciones: Enzo Francescoli. Uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol uruguayo.
59 Fossatti. Un grande. Con él he creado una relación más allá del fútbol.
60 Eugenio Figueredo. El presidente de la Asociación Uruguaya. Sólo eso.
61 Zinedine Zidane. El mejor jugador del mundo, todo lo difícil te lo hace fácil, es una cosa de locos. Me sorprendió su simpleza y tuve la suerte de entrenar cinco años con él. Todos los años hacía una nueva.
62 ¿Quién te bailó más cuando estabas en Italia? Me acuerdo de que un domingo a Montella, que estaba en la Sampdoria, no lo pude parar de ninguna manera. Iba y venía, me pintó la cara. Bah, sí, lo pude parar tumbándolo y después me expulsaron. Pero no fue fuerte, eh; fue por doble amarilla.
63 ¿Existe la “garra charrúa”? No, es un mito. Ahora, si no jugás bien, no ganás. Eso quedó en la historia. Por suerte nosotros pudimos levantar el nivel de la selección, ya nos cansaba eso de que sólo ganábamos poniendo huevos.
64 ¿Qué jugador de la selección te sorprendió? Muchos, no puedo elegir uno. Pero quiero remarcar eso: me sorprendió lo bueno que es el grupo. Por eso merecemos clasificarnos para el Mundial.
65 ¿Cómo la ves? Dificilísimo. Ahora jugamos contra Ecuador, donde te llevan a la altura, al mediodía y no podés respirar, no te entra aire por ningún lado… Está muuuy difícil.
66 Durante las eliminatorias pasadas, se habló mucho de un arreglo entre Argentina, que estaba clasificada, y ustedes, en la última fecha. Fue un empate aburridísimo… Son todas boludeces de las malas lenguas. Yo estuve en la cancha y fue todo mentira. ¿Cómo un jugador va a arreglar un partido? Yo me vine de Italia, en el medio de la liga, antes de enfrentar al Milan, para matarme ese día y poder clasificar. Todos nos vinimos desde allá. Si hubiese estado arreglado, habrían puesto otros jugadores. Y yo no me comía semejante viaje…
67 Y ahora también vuelven a definir con Argentina. ¿Los deja tranquilos eso? Es bueno que ya estén clasificados, porque Argentina tiene una base de jugadores que está en Europa, y no sé si van a querer arriesgar mucho.
68 ¿El fútbol italiano es un fútbol fashion? A vos se te ve un tipo tranquilo, ¿cómo sobreviviste? Je, je… Les gusta, les gusta… Tienen todo: la moda, los mejores autos. Viven la moda ellos. Un poco me enganché, pero no al nivel de ellos. Me gustan las camperas italianas, los championes o las zapatillas, como dicen ustedes. Pero de ahí a andar de traje y eso, nooo. Yo vaqueros y remera. Más de esto, no salgo.
69 ¿A qué cosas le tenés miedo? A las enfermedades. Lo único importante es la salud.
70 ¿Tenés algún vicio? El que tenemos todos: comer un asado, tomar una cerveza. Nada de drogas, ni alcohol.
71 ¿Un hobby? Irme de vacaciones, escuchar música, asados con los amigos. Después de tantos años, ¿sabés cómo lo disfruto ahora?
72 ¿Cómo te cayó Alfaro? Muy bien. A mí me gustan las personas claras. Fue muy concreto, no anduvo con vueltas. Y lo estoy viendo ahora, es un técnico preparado y planifica muy bien las cosas.
73 ¿Fue determinante que él te llamara? Y, sí, claro. Imaginate: si te llama el técnico, es fundamental. A veces te compra el presidente y el técnico no te conoce o no te quiere, y tenés que comerte un año de banco.
74 ¿Hasta qué edad un futbolista puede jugar sin problemas? No sé. Tengo 34 años y me siento muy bien. Soy consciente de que me ha ayudado mucho haber jugado tanto en Europa, trabajando con tipos como Ventrone.
75 ¿Sos de amargarte mucho cuando perdés un partido? Y, sí, me quedo bajoneado. A veces hasta me da vergüenza salir a la calle. Pero la aprendés a llevar.
76 ¿Y en Italia cómo era? El tano se amarga mucho también. Es muy profesional, pero en algunas cosas se parecen mucho a nosotros. Los primeros días después de perder un partido también arrancaban mal la semana.
77 ¿Quién es el mejor defensor de acá? De los uruguayos me gusta mucho Diego Lugano, anda muy bien. Y de acá me sorprendieron pibes como Walter García, Bottinelli, Pablo Alvarado. Si me preguntás del mundo, Stam, Nesta, Samuel… Bueno, ni qué hablar de Maldini, obvio. Cannavaro, Thuram…
78 ¿Por qué triunfan los defensores argentinos en Europa? En Europa no hay defensas, casi. Y los pocos que hay, ya están todos con contratos largos. Entonces, como en Europa no sale ninguno, vienen a buscar acá. El defensa sudamericano es muy bueno, muy bueno.
79 ¿En el fútbol vale todo? Yo, de provocar al rival… Mirá: he pegado, recibido, pero hablar o provocar, nunca. Yo le sacaría amarilla al jugador que recibe un foul y pide amarilla cuando se levanta.
80 ¿Alguna vez te sacaron del partido hablándote? En Italia muchas veces me hacían el gesto o me decían que comía piedras, porque venía de Sudamérica. No voy a decir el nombre pero era un jugador de Salernitana. Nunca le contesté. ¿Para qué? Si yo jugaba en la Juve y él en la Salernitana. Todo dicho.
81 ¿Qué es lo que menos te gusta del fútbol? Hay mucha falsedad en torno a los jugadores. Te rodea gente que no te quiere por lo que sos. Y muchas veces, en el fútbol uruguayo, los dirigentes no son los indicados para manejar los clubes o la Asociación. Y así estamos, también.
82 Lo que más te sorprendió en un vestuario. He tenido muy buenos grupos. Más que nada recuerdo los festejos. Es bueno cuando te dan dos días libres y no ves la hora de volver al vestuario. Lo más lindo del fútbol es el vestuario, es la esencia. Ahí nace el grupo, crece el grupo o se destruye el grupo.
83 ¿Por qué en la Juventus nunca trascienden los problemas de vestuario y en clubes como Inter o Roma siempre salta todo? Depende mucho de la dirigencia. En Juventus vos podés tener problemas conmigo, pero termina ahí, lo arreglamos y listo. Está todo muy cuidado y la línea que bajan desde arriba es muy clara. Así es la humildad del hombre: hay que saber reconocer los problemas y solucionarlos de frente. Por eso nunca hubo peleas. Discusiones sí, pero peleas no. Además, perdíamos un partido y nos callábamos la boca. Eso también es bueno: nadie dice nada.
84 ¿No daba para seguir un par de años más? Me habían ofrecido un nuevo contrato, pero como no había jugado el año anterior, preferí irme y tener continuidad. ¿Si no hubiese estado Cannavaro? No sé, lo único que puedo decir es que él mereció ser titular, porque jugó muy bien. Se puede perder en la vida. Y listo, tampoco iba a jugar toda la vida en la Juve…
85 ¿Sos el jugador preferido de Lippi? Noooo, para nada. Me aprecia mucho, pero estás loco… ¡con los jugadores que tuvo! Es verdad que llegué a la Juve gracias a él, porque me había dirigido en Atalanta y me pidió cuando agarró. Yo estaba a punto de firmar con Inter, pero ese mismo día me convenció para que fuera a Juventus.
86 ¿Tu relación con los dirigentes era de tanta confianza como para llamarlos a la madrugada sólo para apurar el transfer? Sí, terminé muy bien con ellos. Llamé porque yo iba a jugar con Estudiantes y no se dio. Pero no se enojaron, je. Pasé los mejores años allá. De novela.
87 Contanos cuando la policía china te secuestró antes de un amistoso previo al Mundial… Uhhh, jaja, no me hagas acordar. Fue así: estábamos en el aeropuerto con Darío Silva, el Gato Romero y Fabián Carini, y de hablar inglés, nada. Pasamos con pasaporte uruguayo, con la visa y todo, pero no les gustó nuestra cara y nos metieron en un cuarto como seis horas. Después nos dimos cuenta de que querían plata, pero no teníamos. Y, de casualidad, me crucé con un uruguayo que vivía en Dinamarca y estaba por negocios, y nos reconoció. Y ahí nos salvó, el loco. Nos queríamos matar. Al principio nos cagábamos de risa, pero pasaban las horas y pensábamos “de acá no salimos más”. A las seis horas, ¿sabés cómo estábamos? Blanquitos estaban los negros…
88 ¿Qué pasó en el Mundial 2002? Se despertaron tarde… La chance la perdimos con Francia, que jugó todo el partido con diez. Con Senegal, estuvo todo bárbaro, pero después de un 0-3 en el primer tiempo es muy fácil salir a meter, si ya estás jugado. En esa situación, ¿sabés cómo salís a jugar? No te importa si te hacen tres o diez. Tuvimos suerte de empatarlo, y casi lo ganamos. Y al final, el cabezazo del Chengue, que quedó en la historia por el gesto de Púa. Se rió el mundo con esa imagen.
89 ¿El fútbol argentino es como te imaginabas? Me sorprendió lo de la hinchada. Hablás y no te escuchás en ninguna cancha. Le gritás a tus compañeros y no te oyen. Eso es impresionante. Me había pasado pocas veces: en Old Trafford y en Liverpool.
90 ¿Contabas las expulsiones cuando estabas en Italia? Yo no, me las contaban los demás. Tengo el récord. Y… algún recuerdo dejé en Italia. Mi nombre quedó, pero no le doy bola.
91 Y tuviste un imitador en la tele… Ah, sí, un italiano que vivió mucho tiempo en Argentina. Era un sketch que hacía en un programa. Se llamaba Paolo Montero y repartía piñazos y patadas para todos lados, te pedía disculpas si no te pegaba, todo… Yo me reía, nunca me molestó.
92 ¿Cómo explicás el “doping gate” de la Juve? Todo empezó después de que Zeaman insinuó, sin pruebas, que en la Juve varios tomaban una sustancia prohibida. Cuando se dieron cuenta de que la creatina no está prohibida, siguieron hablando boludeces. Todo lo que tomamos es legal. La FIFA, ni bien arranca la temporada, manda una lista con todo lo que se puede tomar. Era una campaña en contra de la Juve de la mayoría de la prensa. No se entiende por qué. Con lo que ganamos los jugadores, con lo que nos pagan… ¿vos te pensás que los dirigentes van a dejar que un médico nos dope? ¿Sabés cómo lo echan a la mierda?
93 Una vez salió en el diario que varios de los jugadores de la Juve armaron un escándalo con varias prostitutas, en un boliche llamado Viva Lain. ¿Es tan dura la prensa italiana como para inventar algo así? Eso es cuando vas mal. Si vos querés tomar una gaseosa y vas mal, dicen que estás tomando vino. Pero nosotros no le dimos bola, ni nos preocupamos, porque el dirigente de Juventus sabe en qué andás y te banca. Mirá si vamos a ir a un prostíbulo todos juntos para que salga en los diarios. Por favor... En Uruguay, dos más dos es cuatro. No sé allá…
94 Contra Olimpo se armó una pelea entre varios jugadores. ¿Por qué lo fuiste a buscar a Páez al vestuario? Son cosas de los partidos, queda ahí. Es como digo yo: pegar, recibir, callarse y cada uno a su casa.
95 ¿Seguís con ganas de retirarte en Peñarol? Sí, ojalá me pueda quedar mucho tiempo en San Lorenzo, pero el último año de mi carrera me encantaría pasarlo en Peñarol.
96 Una vez el médico de la selección dijo que vos jugabas hasta sin el hígado. ¿Es así? Todo futbolista hace cualquier cosa para jugar. Y más cuando tenés una cierta edad, cuando ya no te queda tanto. Quemás todos los cartuchos. A los veinte años hay que pensar mejor cuándo parar y cuándo no. Pero la selección tira. Sí, da para jugar hasta sin el hígado…
97 ¿Qué espina te quedó en tu carrera? La más grande fue no haber podido ganar la Champions, pero soy un agradecido del fútbol. Dios me dio todo.
98 ¿Y lo mejor? Deportivamente, haber jugado en la Juve. Y fuera del fútbol, mi familia. Mis hermanos, mi madre, mi padre, mi hijo, mi esposa. No se compara con nada.
99 ¿Qué le queda por soñar a un tipo que tiene medallas de todos los colores en su repisa? Me quedan dos sueños por cumplir: poder ir al Mundial de Alemania y salir campeón con San Lorenzo, que es el próximo objetivo que tengo.
100 ¿Uruguay campeón del mundo no es un sueño? Eh, dejá. Tampoco soy boludo
Por Tomas Ohanian y Pablo Lechuga
Fotos: Jorge Dominelli.