LAS ENTREVISTAS DE EL GRÁFICO

Las confesiones sobre Ayrton Senna del "villano" argentino en la serie del momento

Por Redacción EG · 04 de diciembre de 2024

Enrique Mansilla compitió mano a mano con el mito brasileño en sus comienzos en Europa y su rivalidad está retratada en la producción de Netflix que causa sensación.


AYRTON SENNA es un verdadero mito de la Fórmula 1 y además de los tres títulos del Mundo que consiguió, armó una verdadera leyenda a su alrededor gracias a su conducción genial y su carisma. Su carrera se truncó con el accidente que le costó la vida en 1993, en el Gran Premio de San Marino, pero se volvió inmortal.

La plataforma Netflix estrenó hace pocos días la serie sobre su vida y en el primer capítulo causó sorpresa la inclusión de una suerte de contrafigura, un villano deportivo de origen argentino: Enrique Mansilla, piloto con el que coincidió en los albores de su trayectoria, en la Fórmula Ford inglesa, en 1981.

Sus cruces con Quique le ponen pimienta a esa parte inicial de la historia, con chispazos tanto dentro como fuera de la pista, casi hasta tomarse a golpes y, posteriormente, sellar la reconciliación con un abrazo. Hoy, 43 años después de aquellas situaciones, el propio Mansilla dejó sus impresiones en una charla con El Gráfico. "Ayrton nunca cambió, evolucionó. Su personalidad siempre fue la misma: callado, respetuoso, servicial. Hasta que se ponía el casco y se volvía un monstruito. De ahí nacieron nuestras discrepancias", expresa.

 

Senna y el argentino Mansilla fueron adversarios en la Fórmula Ford inglesa.
 

El expiloto de 66 años que dejó de correr en 1985 se refirió a aquellas secuencias de enfrentamiento que se ven a través de la pantalla: "Cuando encontrás dos polos que no son opuestos, generalmente hacen chispas. Yo no era alguien a quien pudieras empujar y él tampoco. La manera de conducir que él traía del karting no cuajaba con el estilo inglés que me habían inculcado. Él traía un bagaje de 15 años de karting en Brasil, con mañas y hábitos que a mí no me gustaban. Yo estaba incursionando en mi segundo año de competencia y tenía muy poca experiencia. Así nació el problema. Pero rivales somos todos, no importa que seas compañeros de equipo, porque vas a las carreras a ganar".

En efecto, ambos compartían la escudería Van Diemen, y Mansilla, ya "un poco irritado por sus maneras", le hizo "una jugada en Mallory Park que él me hacía siempre, con la poca fortuna de que con la rueda trasera izquierda toqué la trompa de él en una sucesión de curvas muy rápidas y él tuvo que poner una ruedita fuera del asfalto en la última vuelta. Eso hizo que yo ganara y que él sintiera que yo lo había tirado afuera intencionalmente, sin pensar en todas las veces que él me la hizo a mí antes. No lo hice a propósito. Fue un movimiento calculado con la intención de bloquearlo y no de chocarlo".

 

Mansilla se retiró del automovilismo en 1985, en los Estados Unidos.
 
 
"Ahí fue que me agarró del cogote -prosiguió- y está esa foto que sacó Keith Sutton que duró un microsegundo porque enseguida lo saqué y ahí empezamos a cacarear él en portugués y yo en español. Se metieron todos porque era una escena fea para las costumbres inglesas".

La historia continuó así: "De ahí en más no volvimos a correr juntos porque el dueño del equipo nos mandó a cada uno a un campeonato diferente para que los ganemos, y así fue. Después nos volvimos a juntar en un campeonato chiquito que él ganó demostrando que era mejor que yo, no tengo ningún problema de decirlo, pero era porque tenía más experiencia".

 

La revista especializada Corsa le auguraba un gran futuro a Mansilla.
 

En la serie de Netflix el primer episodio culmina con un abrazo entre ambos para cerrar heridas y demostrar que en el fondo tuvieron una buena relación. Pero Mansilla le contó a El Gráfico cómo fue exactamente: "Ese abrazo no fue así, fue distinto. Pasaron como cinco meses y Ralph Firman nos obligó a juntarnos en un café porque dejamos de darnos bolilla. Nos amenazó con que si no cesaban las hostilidades nos iba a echar a ambos. Nos dimos la mano, un abrazo y todos felices. Esa fue la verdadera historia. En el guión me hicieron a mí como el sobrador, el pibe malo, el canchero, nada que ver con mi persona. Pero es un guión".

Su opinión sobre Colapinto

Tan entusiasmado como el resto de los compatriotas con la irrupción de Franco Colapinto en la Fórmula 1 décadas después de la última incursión, Mansilla dio su parecer: "A Franquito lo veo bárbaro, tenemos que recordar siempre que es un chico de 21 años muy maduro para su edad, muy responsable. Le veo un brillante futuro, Argentina tiene una oportunidad de oro para estar en el selecto grupo de 20 que pronto serán 22. Los que queremos esto votamos para que logre sus objetivos. La oportunidad que tuvo me parece brillante. Está complicado para el 2025 pero nada está dicho hasta que la bandera cae, decía Fangio. Si no es así, correrá en alguna otra categoría hasta 2026, que seguramente habrá un lugar para él".

 

Mansilla, de 66 años, ve con gran optimismo el devenir de Colapinto en la Fórmula 1.
 

ENTREVISTA DE SILVIO MAVERINO Y EDICIÓN DE ADRIÁN WOWCZUK


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