URUGUAY Y BRASIL ofrecieron este sábado un duelo que tuvo más de combate que de fútbol, con mucha pierna fuerte y una actitud permisiva del juez argentino Darío Herrera que sacó pocas tarjetas en proporción a las faltas cometidas. Todo se decidió en los penales y allí se impuso la Celeste, que jugó casi veinte minutos con un hombre menos por la expulsión de Nahitan Nández.
Antes de la ejecución de la tanda definitoria hubo una imagen que llamó la atención por la manera totalmente contrapuesta en que se vivió la misma situación en ambos grupos.
Por un lado, se observó a Marcelo Bielsa en medio de la ronda de futbolistas charrúas y su anuncio de la lista de ejecutantes, algo que los guerreros Celestes escucharon con absoluta atención. La secuencia se pareció mucho a la de un maestro aleccionando a disciplinados alumnos.
Por el otro, mientras los integrantes del equipo brasileño se arracimaron para dilucidar la nómina de pateadores, el técnico Dorival Junior intentó acotar desde afuera del círculo formado por los protagonistas, pero sus tímidas intervenciones fueron poco menos que ignoradas por sus dirigidos.
La secuencia tuvo mucho de simbólico y en cierto modo puede ser una muestra de la incidencia que tienen los entrenadores de ambos equipos en cada uno de los planteles.