RODRIGO DE PAUL se erigió como una de las grandes figuras de la Selección Argentina en la conquista de la segunda Copa América consecutiva, tras el triunfo en la final en el alargue ante Colombia, en el Hard Rock Stadium.
"Después de todo lo que conseguimos, de todo lo que pasamos, esta Copa América es la que más disfruto; estoy muy tranquilo", soltó el mediocampista.
"Uno siente mucha presión. Hacer feliz a la gente es una presión; no vivimos fuera de la realidad, sabemos lo que pasa. Perdimos dos partidos en los últimos cinco años", agregó.
En diálogo con Olga, el Motorcito del seleccionado argentino confesó que no la pasa bien durante el tiempo que duran los partidos.
"Yo nunca disfruto los partidos. Los sufro. Lo que disfruto es el viaje en el micro, los mates, pero si me dijeran que vamos a ganar 2-0 firmo sin jugar el partido. Siempre tenés miedo; el miedo es bueno, hay que saber manejarlo. Te pone en alerta y te obliga a dar el máximo", admitió.
La Selección Argentina más ganadora de la historia, con el Mundial, las dos Copas América y la Finalissima, despertó la reflexión de De Paul: "No sé si en algún momento nos vamos a dar cuenta de todo lo que logramos. Lo asimilás, pero en la vorágine lo disfrutás. Te gusta disfrutar del cariño después de masticar las cosas feas. Siento que lo que hicimos con esta Selección es casi imposible. Esto de ganar lo que ganamos no lo había hecho nadie. No existe; no hay más".
En torno a lo que fue el Mundial 2022 y la final ante Francia en particular, De Paul contó una infidencia que vivió en tiempo real: "En la final sentía mucho miedo. Fue horrible la final. Estábamos 2-0, faltaban diez minutos, uno piensa que ya está. Le dije al Cuti (Romero): no se nos puede escapar. Cuando volví a verlo al Cuti estábamos 2-2. Fue una trompada. Queríamos que terminara para ir al alargue. Fue una odisea".
Y retrocedió al primer partido de aquella aventura que fue la Copa del Mundo: "Cuando perdimos con Arabia estábamos muertos. De lso 32 equipos que había era el que menos posibilidades tenía. Veníamos de 30 y pico de partidos sin perder; de repente no podíamos perder más y lo que quedaba era más difícil".