ADRIÁN MARTÍNEZ llegó a Racing desde Instituto y revalidó el apodo por el que ya se hizo popular: Maravilla. Se convirtió en el máximo goleador del equipo tanto a nivel local como internacional, ya que hizo 9 tantos en la Copa Sudamericana cuya final disputará este sábado en lo que constituye el mayor sueño de los últimos 32 años.

Es que la última definición continental fue en 1992, por la Supercopa Sudamericana, y el rival curiosamente será el mismo que ahora: Cruzeiro. En aquella ocasión se impusieron los brasileños pero ahora la Academia siente que está muy cerca de lograr el objetivo. El propio Martínez reconoce que "es muy lindo todo lo que estamos viviendo, la gente con lo que te hace sentir. Tenemos mucha expectativa".

Y no duda en afirmar que "el sábado es el partido más importante de mi carrera", que a los 32 años lo sorprende en el pico de su rendimiento, con 18 conquistas en 32 compromisos disputados en 2024. En tal sentido reconoce que "esto es como para cerrar mi historia, pasó muy rápido, no me lo esperaba y llegué a esto a través de los goles que metí".

En diálogo con ESPN el cordobés reconoció que "Racing es muy importante, es un club muy grande y antes de llegar acá mucha gente no me conocía. Llegué y se abrieron muchas puertas, de un día para el otro te empiezan a nombrar. Encender la tele y estar ahí es importante y ha hecho que crezca mucho".

Sin embargo, más allá del mérito propio, Maravilla reconoce el aporte de sus compañeros en su éxito. "Gracias a mis compañeros yo convierto los goles, como Agustín Almendra, que muchas veces me dejó mano a mano". Sobre Juanfer Quintero, la gran figural Blanquiceleste, el delantero admite con una sonrisa que "más que nada Juanfer me entiende a mí porque yo soy medio duro".

También subrayó la importancia del entrenador Gustavo Costas porque "te hace vivir lo que es Racing todos los días. Va cantando las canciones, siempre está pensando en Racing y nosotros lo vivimos con él, somos partes de este sueño. Nos dice: 'vamos a ganar, vamos a ganar', y yo acompaño en eso porque siempre soy positivo. Es un excelente entrenador, ganador y buena persona. La suerte lo persigue y este sábado no va a ser la excepción. Se merece ser campeón".

"Es una final, yo solo dependo de Dios y siempre tengo fe en que las cosas van a salir bien", afirma como corolario.