FRANCISCO CERÚNDOLO saboreó el mejor triunfo de su vida. Pudo haber sido una victoria bisagra para llegar al siguiente nivel, para derribar una nueva barrera, pero el argentino se quedó a las puertas de la gloria: cuatro horas y media después, cayó en cinco parciales ante un inexplicable Novak Djokovic y se despidió en octavos de final de Roland Garros.
El porteño de 25 años llegó a tener al mejor tenista de todos los tiempos contra las cuerdas: dos sets a uno arriba, con un quiebre de ventaja (4-2 en el cuarto parcial), pero no pudo evitar la levantada de un rival al que hay que ganarle más de una vez.
Finalmente, pese a haber merecido el triunfo en en análisis general, Cerúndolo perdió 6-1, 5-7, 3-6, 7-5 y 6-3 en cuatro horas y 39 minutos de una batalla de ribetes épicos en la Philippe Chatrier.
“Cerúndolo mereció ganar; fue el mejor jugador durante la mayor parte del partido”, deslizó el propio Djokovic, número uno del mundo y 24 veces campeón de Grand Slam, apenas concretada la victoria.