RAFAEL NADAL no hizo otra cosa que sembrar las dudas y la pregunta emergió con fuerza: ¿Jugará en Roland Garros?

El español, ex número uno del mundo, atraviesa sin espacio para dudas el epílogo de su carrera profesional. En pleno Masters 1000 de Madrid, en la Caja Mágica, hizo una suerte de catarsis existencial en torno a su estado físico y al devenir de su vida.

“Para mí jugar en Madrid es siempre muy bonito. Estoy con ganas de jugar una vez más aquí. La semana ha sido, en algún aspecto, buena y, en algún otro, no tan buena. No estoy preparado para jugar al cien por cien, pero estoy preparado para salir a jugar. Y eso es importante, jugar por última vez aquí en Madrid significa mucho. Porque sí, creo que será la última vez que juegue en Madrid”, comenzó el manacorí.

La honestidad brutal de Nadal lo llevó a poner en duda, entonces, su presentación en Roland Garros, el Grand Slam que ganó nada menos que catorce veces entre 2005 y 2022.

El jugador de 37 años, cinco veces campeón en Madrid, contó: “No sé lo que va a pasar en las próximas tres semanas. Voy a estar peleando y haciendo todo para intentar jugar París. Si se puede, se puede. Y si no, no. No voy a jugar París tal y como estoy hoy. Esa es la realidad. Saldré a jugar allí si me siento capacitado para salir a jugar bien. No se acaba el mundo con Roland Garros, aunque ha sido el torneo más importante de mi carrera. Hay unos Juegos, en diferentes formatos, y no voy a hacer más de lo que pueda o tenga ilusión por hacer”.

Invadido por una lesión abdominal que le impide sacar al cien por cien, y recién recuperado de un microdesgarro muscular, Nadal se sinceró ante los micrófonos: “A veces en la vida las cosas no son blanco o negro. A veces la gente, y es normal, tiene la esperanza de que todo se solucione y siga adelante. Siempre he sido positivo, pero llega un momento en que es lo que hay. Soy una persona bastante tranquila y cada lugar decidirá lo que tenga que hacer. Para mí todo está bien, no aspiro a nada más que salir, disfrutar, divertirme y tener la sensación de jugar en un sitio donde he recibido un cariño inigualable. Si quieren hacer algo bien y si no, nada. No tienen que demostrarme nada”.

En lo que va del año apenas disputó cinco partidos: tres en el torneo de Brisbane, en enero, luego del cual lo aquejó aquel desgarro, y dos en su retorno reciente en Barcelona.