SI BIEN ES IMPOSIBLE de demostrar, y quizás sea un poco prematuro sacar conclusiones, en Independiente corren otros aires desde el lanzamiento de la colecta del influencer Santiago Maratea. 

Se vio en el partido contra Belgrano, que le permitió cortar una racha de 12 encuentros sin ganar y dejar atrás una seguidilla que se cargó un entrenador, otro interino y hasta un presidente.

Independiente lo jugó con furia, salió a buscarlo desde el vamos y sin ser una maravilla ganó bien y sin sufrir, con una postura completamente opuesta a la ofrecida una semana atrás en el Monumental. 

Fue un triunfo anímico y liberador, para el equipo y para la gente. Hubo razones para transformar los murmullos en aliento basadas en lo futbolístico, como la apuesta de Zielinski de poner a Barcia como lateral y colocar a Sergio Ortiz en el eje, pero también fue consecuencia de lo que se generó en los últimos días.

Maratea incomoda y expone. Su manera de comunicar hace ruido, pero detrás de sus insultos se esconden las verdades más duras: “Siempre que hacemos una colecta atrás trae una polémica. Todas las colectas destapan una olla. Lo que hacemos es solucionar un problema que generó la ineficiencia de un grupo de personas que ni siquiera puede admitir que fueron ineficientes”, se desquitó. 

 “No es caridad lo que hago”, aclara en su perfil de Instagram. La polémica que se generó alrededor del 5% en concepto de sueldo despertó críticas y quiso poner en un manto de sospecha la colecta, especialmente en un sector de la política y, sobre todo, en la vereda de enfrente. ¿Quién en Independiente puede llegar a molestarse por ese porcentaje reconocido después de que al club lo hayan llevado a la ruina justamente por manejos poco claros?

Aunque le quieran bajar el precio e intenten ridiculizar la situación hay algo que todavía no terminan de entender: la colecta no es ninguna deshonra y esto es una movida de los hinchas de Independiente para salvar al club.

El equipo se contagió del optimismo generalizado, se reseteó y lo trasladó a la cancha. 

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