Los alemanes desperdiciaron al menos cuatro posibilidades netas de convertir pero fallaron todas. La más clara sin duda fue el penal que el arquero Ter Stegen le atajó a Reus a los 10 minutos del segundo tiempo. Inmediatamente Valverde hizo ingresar al argentino, que apenas insinuo algo en media hora y tuvo una situación bastante clara en el final.
Igualmente Messi a media maquina, es un respiro para Barcelona, que desde comienzo de la temporada no logra todavía encajar las piezas para que el equipo funcione.
Suarez esta escaso de fútbol y no acertó ninguna. Griezmann fue mucha voluntad y poco juego. Desde el año pasado Barcelona transmite ser vulnerable en el fondo, y el mediocampo busca una identidad que no termina de encontrar. El técnico debe buscar soluciones ahora, antes que empiecen a decidirse los torneos.