NOVAK DJOKOVIC es, sin dudas, el máximo candidato a conquistar el Abierto de Australia. Campeón ocho veces en Melbourne Park entre 2008 y 2020, el serbio se erige como el rival a vencer. Y Dominic Thiem probablemente sea el segundo aspirante al título por dos razones: porque el año pasado perdió una final increíble contra Nole y porque ya se sacó la mochila de presión por ganar un Slam en el US Open.

Este viernes tanrto el número uno como el número tres del ranking debieron luchar contra innumerables adversidades para acceder a los octavos de final. Djokovic se impuso 7-6 (1), 6-4, 3-6, 4-6 y 6-2 ante el estadounidense Taylor Fritz (31°) en un partido que lo tuvo al borde del abismo por cuestiones deportivas y por molestias físicas que lo aquejaron. El norteamericano de 23 años jugó uno de los mejores partidos de su vida pero no pudo llevar al límite al principal candidato.

Thiem, por su parte, estuvo incluso más complicado. Kyrgios en estado de gracia es un jugador que puede derribar a cualquiera y lo demostró cada vez que tuvo la oportunidad. Los dos primeros sets ofrecieron la máxima demostración de talento por parte del australiano, pero en un largo rally a cinco sets siempre gana el que sostiene la cabeza donde debe estar.

El austríaco se recuperó de todo y contra todo: no tiene a su entrenador Nicolás Massú en el torneo porque contrajo coronavirus y debió soportar el aluvión de Kyrgios y su público en condiciones rapidísimas de juego. Finalmente el número tres mundial se impuso 4-6, 4-6, 6-3, 6-4 y 6-4, en la cuarta victoria de su carrera tras perder los dos primeros sets: ya había ganado en el US Open 2014 ante Ernests Gulbis, en Australia 2018 frente a Denis Kudla y en la final del US Open 2020 contra Alexander Zverev.