SANTOS es un gigante del fútbol brasileño y ostentaba el orgullo de ser uno de los pocos que jamás había pisado los territorios del ascenso al igual que Flamengo y San Pablo, algo que dejó de ser así cuando perdió la categoría el pasado 6 de diciembre.

Pero su vía crucis quedó rápidamente atrás al asegurar su vuelta al Brasileirao con el triunfo de este lunes frente a Coritiba por 2-0. Con el objetivo concretado, el Peixe se enfocará ahora en su otra obsesión: repatriar al hijo pródigo, Neymar.

El futbolista que saltó a la fama con la camiseta blanca que también utilizó con gloria Pelé debutó curiosamente ante el mismo rival al que se doblegó para subir a primera. Desde 2009 hasta 2013, cuando fue vendido a Barcelona en 88 millones de dólares, convirtió 138 goles en 220 partidos y conquistó 5 títulos: 3 Torneos Paulistas, una Copa de Brasil y la Copa Libertadores.

Ney tiene ahora 32 años y recién reapareció tras un año de convalecencia por su grave lesión de rodilla, aunque sufrió una nueva dolencia: rotura del tendón de la corva apenas en el segundo partido tras su vuelta. Deberá permanecer inactivo entre cuatro y seis semanas.

Ante tal panorama comenzaron a aparecer los rumores sobre una posible rescisión de contrato con Al Hilal, lo que abriría la puerta de su regreso a Santos para convertirse en la insignia de un ambicioso proyecto para colocar de nuevo en lo más alto al club, a cambio de convertirse en el futbolista mejor pago de Sudamérica.

Por ahora es sólo un sueño, pero también podría hacerse realidad como la vuelta de la institución al sitial que jamás debió abandonar por trascendencia y peso específico.