El club Ferrocarril Oeste, del porteño barrio de Caballito, venció a Quilmes por 2-0 en la segunda final del Torneo Nacional 1982 (el partido de ida fue 0-0) y se consagra Campeón por primera vez en su historia. Los fragmentos históricos de la crónica de El Gráfico de junio de 1982, con textos de Gustavo Beliz y fotos de Ricardo Alfieri, Norberto y Oscar Mosteirin, Aguirre, Horovitz, Salto y Mauri.

Hay un gesto, una fragancia, una melodía que no cabe en ningún diccionario de explicaciones. Sólo el portal de la gloria deja ver el interior de un castillo al que no muchos llegan. De sus paredes penden todos los cuadros de la emoción. Por sus ventanas arriman todos los rayos del sol. Ferro Campeón Nacional 1982. Justo, digno, merecido. Hoy, domingo 27 de junio. Hoy, cuando los imaginarios pasajeros de un expreso de sueños recorren por el andén de la victoria. Cuando la felicidad tiene la forma de un hincha vestido de verde.

EL CAMPEÓN TIENE LA PALABRA

Al empezar este año me reuní con todos los jugadores y les dije que Ferro tenía que ser campeón en todo: en partidos ganados, en goleadores, en defensa menos vencida y por supuesto en título... y ahora que llegó el final siento que no me defraudaron. ¿Nuestras razones? Orden, respeto y disciplina. Y una institución que nos brindó un apoyo emocionante...” (Carlos Timoteo Griguol y su serenidad que llegó a mezclarse con alguna lágrima).

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“¡Por fin se nos dio! Después de tanto trabajar, de tanto sufrir. La mía es una alegría muy especial, muy ínfima. Pensar que el año pasado mi viejo José Domingo estuvo en las dos finales y no nos pudo ver campeones. Ahora ya no lo tengo al lado mío, pero hice la promesa de llevarle a su tumba una plaqueta con el escudito de Ferro. Seguro que desde el cielo él también nos está acompañando en este momento...” (Alberto José Márcico y su conmovedor testimonio).