PUBLICADO EN EDICIÓN DE EL GRÁFICO DE SEPTIEMBRE DE 2005
1 ¿Fuiste un “jugador del montón”, como dijo Chilavert? Sí. Siempre me consideré uno más. Por eso llegué hasta donde llegué y fui tantos años capitán. Chilavert dice muchas boludeces, pero en algunas tiene razón: yo soy uno del montón. Igual, al menos estoy en la lista de los defensores más goleadores. Algo bueno hice, y fue porque nunca me la creí. Es real que también Chilavert llegó lejos en el fútbol, pero hay que fijarse cómo…
2 ¿Por qué te retiraste? Porque me cansé de jugar y del dolor de rodillas. No me bancaba darme una pichicata por semana.
3 ¿Dónde estarías hoy si hubieras hecho en Boca todo lo que hiciste en Vélez? No sé dónde estaría, pero seguro me hubiera podido retirar en Boca.
4 ¿Te dolió no retirarte en Vélez? Me dolió, porque me hubiera gustado tener otra oportunidad de vestir esa camiseta.
5 ¿Cuántos minutos te divertiste jugando al fútbol profesional? Y… ¿en total? Casi diez. Recién pude divertirme el último tiempo, en Unión.
6 Si te ofrecían más plata por regar la cancha que por jugar, ¿cambiabas de profesión? Sí, sin dudas hubiera regado la cancha. Los que dicen que jugarían por el paty y la coca son los que no llegaron a Primera y mueren por vivir esta experiencia, pero quien ya la vivió, piensa en la plata. Yo siempre supe que jugaba por mi futuro.
7 Y si jugabas “para ganar plata”, ¿por qué volviste al fútbol argentino? Porque no tuve mejores opciones. Sólo me ofrecieron ir a Perú o Ecuador, y la diferencia económica no era tan grande. No valía la pena movilizarme por eso. Si me hubieran llamado de Arabia, todavía estaría allá.
8 Rompiste un vidrio en Estudiantes, una cabina en Quilmes y sacaste una pelota de la Bombonera. ¿Cómo le vas a pedir a un defensor que no la reviente? No se lo voy a pedir, ni loco. Lo único que les puedo decir es: “Muchachos, no se gasten en reventarla, porque no van a poder superarme rompiendo vidrios”. Y es cierto. Pero ojo, porque también salí jugando muchísimas veces… Un buen defensor sabe qué hacer en cada momento.
9 ¿Por qué sos el jugador más expulsado de la historia del fútbol argentino? Por mi forma de juego. Siempre viví el fútbol al límite. Y mi carrera se terminó con una roja, pero no me preocupa, para nada.
10 “Le voy a pegar a Tevez, pero sin mala leche…”. ¿Cómo se pega con buena leche? Y… sin quebrar ningún hueso. La idea es que le duela al otro, pero no romperlo. Si un jugador pega una patada para que el rival sienta su presencia, es una acción en beneficio del equipo. De lo contrario, quizás el adversario se agranda y le pinta la cara.
11 ¿Es fácil recibirse de técnico? Sí, el curso lo hace cualquiera de taquito. Sólo hay que estudiar cosas que uno ya vivió. Lo más complejo puede ser la parte relacionada a la medicina o al entrenamiento físico, pero tampoco se aprende nada nuevo en ese sentido.
12 ¿Tu viejo te retaba cuando te portabas mal adentro de la cancha? No, nunca, porque él era peor que yo… Hubo una época en la que no nos llevábamos bien, pero por lo general mantuvimos una buena relación.
13 ¿Qué tiene Bianchi que no tienen todos los demás? Tiene siempre un gran conocimiento de los jugadores y sabe cómo forjar un excelente vínculo con los que van al banco. Bianchi apunta a tener mejor a los que no juegan que a los titulares, porque esos ya están bien. De ese modo, el técnico arranca con mucho campo ganado.
14 Si sabe tanto de fútbol, ¿por qué te puso de delantero? ¡Porque rendía! Si metí más de 60 goles, es porque algo de goleador tenía. Me hubiera gustado jugar arriba, pero no se dio el momento, ni el lugar indicado. Era un cambio que debía haber hecho en inferiores.
15 También jugaste al arco. ¿Atajabas mejor de lo que atacabas? No, no creo. De casualidad me tocó dos veces, y anduve más o menos bien. Marini me clavó un gol en cancha de Vélez, de cabeza. Yo lo marcaba en los córners y, en ese no pude, porque estaba atajando… Lo dejé y me vacunó.
16 ¿Tu Vélez jugaba lindo al fútbol? No tenía un juego vistoso, pero era práctico. El equipo funcionaba muy bien en conjunto. Para jugar bien, no hace falta tirar caños y sombreros. Alcanza con ser sólido y contundente.
17 “Lo dijo Trotta, son amargos de verdad”. ¿Ratificás o rectificás? No, no, no… no es así. Hace poco fui a festejar el décimo aniversario de la primera Copa y me trataron muy, muy bien. Eso lo dije en un momento de mucha calentura, pero la gente de Vélez ya ha demostrado que llena cualquier cancha. Y además, tengo un hijo del Fortín. Si no digo eso, me mata.
18 ¿Gámez es el mejor presidente del fútbol argentino? No sé, pero como mínimo hay que valorar el salto que dio. De lo que era en el fútbol a ser presidente, hay un gran paso. Encima fue muy importante lo que hizo con Vélez en los últimos años, en cuanto a los títulos y a la economía saneada del club.
19 ¿Cuántos amigos te quedaron de Vélez? Amigos, dos: Juan Carlos Docabo y Víctor Hugo Sotomayor. Con los demás, salvo con Chilavert, quedó una buena relación.
20 ¿Passarella sigue siendo tu ídolo? No, ya no. Era mi ídolo como jugador y me encantaba cómo defendía. Pero como técnico es distinto. No digo que sea malo. Tiene muchas cosas buenísimas, aunque no me parece el técnico ideal, ni pretendo ser un espejo suyo.
21 ¿Por qué sólo te convocó cuatro veces, en tu mejor momento? Por dos cosas. Primero y principal, por mi forma de ser. Para él, hubiera sido chocante mi personalidad. Yo no era un tipo fácil. Y además, porque prefirió probar con Ayala, que estaba muy bien. Quedó claro que no se equivocó: Roberto es un brillante jugador.
22 ¿No te dejó afuera por tus salidas nocturnas? No. Si hubiera sido eso, hubiese tenido problemas con todos... Era una época difícil para mí, pero no creo que ésa haya sido la causa. Bah, en realidad, no sé. No digo que no, ni que sí.
23 ¿Tampoco influyó que le hayas dicho “buchón” al Tolo Gallego? No, eso fue un rumor que surgió por algo que le dije en una práctica, en un momento de calentura, porque el Tolo me cargaba con algunas pavadas, pero no fue nada importante.
24 ¿Por qué calificaste a Oyeras, de Unión, como “un técnico sin hombría”? Porque no se manejó como un hombre, ni él ni sus colaboradores. Se comportaron como cobardes, miedosos, siempre hablando por atrás. La palabra “hombre” no les quedaba bien.
25 ¿Te está matando la abstinencia de fútbol? Por ahora la llevo bastante bien, pero de a poquito me va picando… Tengo que empezar a hacer algo. Aproveché las vacaciones de los chicos y fui a pescar, pero no estoy acostumbrado a tanta tranquilidad.
26 ¿Sos un señor malo? No, soy muy buena persona. Quizá demasiado frontal. No soy Caperucita, pero pocos compañeros han dicho que soy mal tipo.
27 ¿Por qué los dirigentes de River te rotularon como un “líder negativo”? No sé. Creo que dijeron eso porque fue la forma política que encontraron para sacarme del club, para limpiarme. Lo raro fue que después volví, y fui capitán con esos mismos dirigentes...
28 ¿Qué te gritaron cuando explotaste y le pegaste a un boletero, después de un River-Colón? Habitualmente, putean a la madre del jugador, y no pasa nada. Pero esa vez fue distinta. Justo había fallecido mi vieja hacía tres días… Me di vuelta enseguida, y al primero que encontré le bajé los dientes.
29 ¿A qué país te ibas a vivir si Chilavert te atajaba el penal que le picaste? A Japón. Y, al llegar, hacía un pozo y me enterraba… Ni pensé en las consecuencias que podía sufrir si lo erraba. Si me hubiera puesto a especular, no lo hubiese hecho.
30 ¿Era lo peor que podías hacerle? Sí, se lo hice porque él me había dicho “cornudo”. No le contesté frente a las cámaras, pero la mejor respuesta era ponerlo en ridículo en su propia cancha y frente a la gente. Así me cobré todo, bien cobrado.
31 ¿Formarías una dupla técnica con Chila? No. Y es un no rotundo.
32 Un año en una isla, ¿con un dirigente, con un hincha de Vélez o con un árbitro? Con un hincha de Vélez, sin duda. Yo dije que no eran buenos, pero tampoco para compararlos con los árbitros y los dirigentes...
33 ¿Por qué fracasó la exportación de Vélez a la Roma? Ahí me di cuenta que, con tan buen grupo, todos éramos figuras. Cuando nos desprendimos, cada paso nos costó el doble. En lo futbolístico, no me fue nada bien. Me resultó durísimo separarme de ese plantel de Vélez. Y en cuanto a Bianchi, quizá no encontró un grupo con ganas, ni calidad…
34 En Italia, ¿te cobraron a vos los tropezones de Bianchi? No, pero el grupo creía que yo era el alcahuete del técnico. Entonces, hablaban lo menos posible delante de mí, y los temas importantes los hablaban por atrás. Así se me hacía muy difícil todo.
35 ¿Ocultaste una lesión en la rodilla antes de firmar con la Roma? No. Si lo hubiera hecho, hubiese saltado en el examen médico que me hicieron. Había tenido un esguince de rodilla un tiempo atrás, pero eso no me comprometía para nada. Lo que pasó después fue una rotura de meniscos, que no tuvo nada que ver con todo lo anterior.
36 ¿Ayala tiene reemplazante en la Selección? Para mí, Ayala, Samuel y Heinze no tienen reemplazantes. Coloccini y Milito son candidatos, pero no están al nivel de ellos. También me encanta Cabral, el de Racing, pero todavía le falta para reemplazar a Ayala.
37 ¿Por qué nunca se dio tu pase a Boca, si estuviste cerca dos veces? La primera chance fue cuando estaba en Vélez, y Gámez no quería que nos fuéramos a otro club argentino. Y la otra se dio cuando yo estaba en la Roma, pero ahí se mostraron más interesados los de River. Macri fue a buscarme, pero en realidad estaba de paseo, muy ocupado, no me dio bola. Lo entiendo, eh. Con semejante luna de miel, no se iba a distraer conmigo…
38 ¿En la Bombonera te hubieran ovacionado más que en el Monumental? No sé. En River, cuando voy a la cancha, noto que la gente todavía se acuerda de mí, porque reconoce el sacrificio. Cuando me tiraba al piso, también me aplaudían, pero ahí con eso sólo no alcanza. En Boca sí han triunfado tipos que sólo hacían eso.
39 ¿Por qué te quisiste agarrar a piñas con Serna en un estacionamiento? Por huevón. Fue después de un clásico. Bermúdez había dicho que nos íbamos a poner pálidos y bueh… Como Serna también era colombiano, cuando lo vi, lo insulté y casi nos peleamos.
40 En el 2000, dijiste: “Si Boca gana todo, me voy a Siberia”. ¿No conseguiste pasajes? No, ¡no ganó todo! ¡Le faltó la Conmebol! Por eso me quedé. Si no, realmente hubiera tenido que buscar club en Siberia.
41 Trataste de dictador a Castrilli, de permisivo a Lamolina y de soberbio a Crespi… ¿Conociste algún buen árbitro? No, nunca. No me llevé bien con ninguno. Me imagino que deben ser buenos en sus casas, pero dirigiendo no me gustaba ninguno.
42 Tras una irrisoria suspensión a Bermúdez ironizaste que le ibas a pegar un codazo a un árbitro. ¿Pensabas en alguno? Tal vez a Giménez le daría un buen coscorrón… Nunca me llevé bien con él adentro de la cancha, y no me gusta como dirige.
43 ¿Qué hay que tener para triunfar en el fútbol mexicano? Ellos buscan a los argentinos por la personalidad y por la facilidad que tienen para adaptarse al clima. Allá el tiempo varía cada 15 días, y tanto los argentinos como los uruguayos, se adaptan rápido. Además, también se ven atraídos por las condiciones técnicas de los futbolistas de acá, porque saben que ellos no tienen la técnica que tenemos nosotros.
44 ¿Y por qué vos no triunfaste, ni en el Atlante, ni en el Puebla? Yo no triunfé en México, ni en España, ni en Italia, ni en Ecuador, porque a todos les molesta que uno sea frontal, pero nunca fracasé en un grupo. Al contrario, tuve problemas justamente porque mis compañeros me seguían… Y si no me fue bien en lo futbolístico, también tiene que ver con que no volví a encontrar un plantel que me hiciera figura, como en Vélez. Eso es necesario, porque salvo Diego, nadie juega solo.
45 El jugador es hipócrita o polémico. ¿Por qué no existe ni uno que sea frontal y no sea considerado una mala yerba? Porque la gente frontal no le conviene a nadie en el fútbol. Menos que menos a los dirigentes, y a los técnicos. Acá, el que va de frente, queda afuera. Y el que miente, dura más. Los que manejan todo siempre prefieren a los jugadores que bajan la cabeza ante el primer gritito.
46 ¿Por qué duró sólo unos minutos tu paso por el Barcelona, de Guayaquil? Porque los dirigentes de ese club no se manejan bien. Creen que uno los quiere pasar, cuando no es así. El tema es que están acostumbrados a tratar a los jugadores como esclavos y, cuando uno se rebela, o se planta para no ser tratado así, tiene problemas. Además, no respetan los contratos ni nada. Y si se les exige que cumplan con su palabra, piensan que uno hace las cosas mal.
47 ¿Jugaste con algún 6 que te tuviera miedo? No, no tuve relaciones tensas con otros defensores, pero sí cómicas. En el 98, en Unión, jugaba con el Tate Biaggioni, que me hacía reír adentro de la cancha. Yo le gritaba: “¡Reventá!”, y él me respondía: “Nunca me enseñaron”. En general, no soy tan ogro. Hasta llegué a divertirme...
48 ¿Un dos que no grita, es dos? No. Si un tipo no grita, puede jugar de enganche o de punta, pero nunca de marcador central.
49 Alguna vez Basile te recomendó para el América, de México… ¿Si te llama ahora, volvés? No, ya no. Si dije que se terminó, se terminó. No hay vuelta atrás, ni aunque me lo pidan mis hijos.
50 ¿Se juntan con Pepe Basualdo a comer pochoclos y ver videos de Vélez? Sí, la pelea ya pasó. El sabe que a veces digo boludeces y yo sé que él también.
51 Cuando te tocó retirarte en la B, ¿no te arrepentiste de haber abandonado River? No, porque igual hubiera sido imposible retirarme ahí. Salvo que seas Astrada o Francescoli, que son símbolos del club, se hace muy difícil. Yo me fui en el 2000, y hasta el 2005 no me aguantaban ni drogados.
52 Firmaste ante escribano que Ramón nunca te había pedido plata. ¿Firmarías que nunca se la pidió a otro? No puedo poner las manos en el fuego por algo que no sé.
53 Relatá el gol de chilena que le hiciste a River en el 91. Fue en la época en la que usábamos ropa ajustada, bien de maricones. Nos poníamos unos shorcitos que, si me los pongo ahora para salir a la calle, me matan. En fin, perdíamos 2 a 1, me fui corriendo para el medio del área, vino un centro, rebotó en alguien, me quedó de espaldas, anticipé a Ramón Díaz, tiré una chilena, y le hice el gol al Gato Miguel… No lo podía creer. Me pegué un golpe bárbaro, pero ni sentí el dolor.
54 A Ramón no le gustó que lo anticiparas esa vez, ¿no? Quizá, pero no creo que haya sido por eso todo lo que vino después.
55 “Saviola me hace ganar plata”, decías. ¿Qué jugador te hacía perderla? No me acuerdo de ninguno. Creo que yo les hacía perder plata a otros, porque así como Saviola sumaba con sus goles, yo restaba con mis expulsiones… Es así. El que diga que le hice perder plata, tiene razón.
56 ¿Se puede jugar con una pareja de centrales peleada? No, es imposible. A la vista está…
57 ¿Cuánto tuvo que ver la interna Ameli-Tuzzio en el bajón de River? No puedo opinar, porque no conozco bien la historia.
58 ¿Querés al Coco Ameli en tu equipo? Es un buen jugador, pero es muy caro, no creo que pueda venir a mis equipos. Hoy no hay centrales, así que tanto él, como Tuzzio, serían bienvenidos. No pondría a los dos juntos, pero separados sí. No condenaría a ninguno por lo que pudo haber pasado. Que tire la piedra el que esté libre de pecados…
59 ¿Por qué no te fuiste a Alemania en el 95? Hubieras ahorrado plata y peleas… Me bajaron del avión. Tenía los pasajes y no me dejaron viajar por una diferencia con un intermediario. El que estaba haciendo la negociación me dijo que no se hacía cuando ya tenía todo listo. Lo puteé un poco, devolví los pasajes y volví con los botines. En Vélez, no entendían nada.
60 ¿Te dolió la devaluación o la aprovechaste? Fue cuando estaba en México y me dolió muchísimo, por la gran desilusión general. Cuando nos pegan estos palos, la gente se viene abajo y cuesta levantarse.
61 Si Bianchi es Dios, ¿Ramón Díaz quién es? El diablito. Y no digo el Diablo, eh. Digo el diablito, por su simpatía y su sonrisita.
62 ¿Por qué no volvió a dirigir? Yo no puedo creer que no tenga opciones para dirigir. Supongo que preferirá esperar algo que le pueda asegurar el éxito, otro grupo con jugadores excelentes. Debe estar a la espera de otro plantel que juegue solo, como ése que tuvo desde el 94 hasta que se fue de River.
63 Si ya conocías a Ramón, ¿por qué elegiste volver a River? Ni me fueron a buscar, ni yo acepté volver. Simplemente, el Gijón no pagó las cuotas y me devolvieron. Me mandaron por falta de pago, como cuando no pagás un auto. Entonces, hablamos con Ramón, y ya no era lo mismo. Sus necesidades eran otras porque no estaban ni Berizzo, ni Ayala, ni Astrada… Como se le habían ido los referentes, necesitaba alguien para liderar al grupo. Y al final, hasta fui capitán. Yo no lo esperaba, para nada, pero él no tuvo otra opción.
64 “Si tantos lo critican, deben tener razón”, dijiste sobre Ramón. ¿Los tantos que te critican a vos también tienen razón? Puede ser…
65 ¿Cuál fue la crítica que más te dolió en el fútbol? No me acuerdo de muchas porque, cuando surgen las críticas, es cuando uno menos ganas tiene de leer los diarios o de escuchar la radio. Lo que más me dolió en el fútbol fue todo lo que generó ese corte de manga que le hice a Gimnasia. Por esa actitud, mi familia tuvo problemas y hasta le quisieron prender fuego un boliche a mi viejo… Críticas tuve tantas que ya ni me molestan. Yo sé cómo soy.
66 Si te trajo problemas el corte de manga a Gimnasia, ¿por qué lo hiciste de nuevo ante Lanús? Contra Gimnasia, había sido por la rivalidad con Estudiantes. Y frente a Lanús, maté dos pájaros de un tiro: además de hacerlo para la hinchada rival, aproveché que estaba justo enfrente de la gente de Vélez, que había coreado el nombre de Chilavert para que pateara el penal.
67 ¿Alguna vez acusaste una lesión para no jugar un partido en la era Ramón? No mentí, ni voy a mentir. Si la pregunta es por el partido contra Estudiantes, que generó esos rumores, ratifico que no fingí nada. Me llamó el dentista la noche previa para decirme que se había equivocado de anestesia, y que podía saltar en el doping. Con los problemas que ya tenía, si encima me llegaba a salir positivo, me tenía que matar... La confusión empezó porque el médico del plantel salió a declarar que yo había tenido fiebre y surgieron versiones contradictorias. Encima, justo fue contra el Pincha, y River perdió 4 a 1. Pero así y todo, al partido siguiente ya jugué de nuevo… Agrandaron mucho el problema.
68 ¿El ambiente del fútbol es perjudicial para la salud? Tiene muchas cosas que no son buenas, pero a mí el fútbol me dio todo, y no me puedo quejar. Si no hubiera sido jugador, no tendría la posibilidad de disfrutar de la vida que tengo hoy.
69 Es raro que alguien se cuestione por qué hay que reírse para las fotos. ¿Sos un tipo triste? No, yo me considero un tipo divertido, pero mis hijos dicen que tengo cara de culo todo el día. A veces, los fotógrafos me dicen: “Reíte como en tu casa”. Y yo no estoy todo el día riéndome en mi casa…
70 ¿Cuántas veces te agarraste a piñas en la calle? Nunca. Menos ahora, que no sabés con qué te podés encontrar.
71 No es común que un jugador se boxee con un compañero. Y vos lo hiciste con dos: Batalla y D’Amico. ¿Fue culpa de ellos? Batalla… Pobre muchacho. Yo no me peleé con él, él se peleó conmigo, porque no tenía otra manera de salir en un diario. Se quejó de cómo le daba en las prácticas, pero así como le pegábamos patadas y codazos a él, también se los dábamos a Moriggi, a Pandolfi… Sólo que ellos llegaron a algo, y él no. La otra, con D’Amico, fue una calentura del momento. Nos empezamos a putear y nos agarramos como diez minutos. Ah, y hubo una más… En España, me llevaba muy mal con un compañero ruso. Y siempre lo puteaba, porque total no me entendía. Pero en una le dije “¡ruso de mierda!” y evidentemente me entendió: me vino a pegar y le tiré una patada voladora.
72 También le pegaste a un periodista partidario de Vélez, ¿te quedaron ganas de pegarle a algún otro? Sí, esa vez le erré, porque agredí al periodista equivocado. En realidad, le quise pegar al Gordo Palacios. El siempre cuenta la anécdota, pero la cuenta mal… Después de un partido que jugamos contra Talleres, los periodistas partidarios se subieron al mismo micro que nosotros. Entonces le dije a Gámez que, si no los bajaba, yo no subía, porque nos venían matando mal. Ahí, el Gordo me hizo un gesto, como una cruz, y me quise bajar a darle, pero como no me dejaron, le advertí que ya lo iba a agarrar. Y al martes siguiente, cuando lo vi en la práctica, le avisé: “Si te quedás, te cago a trompadas”. Se fue corriendo, y se salvó. Pero se quedó otro, que laburaba con él y, cuando me quiso venir a hablar, le di una cachetada.
73 ¿Un Trotta sumiso, o menos conflictivo, hasta dónde hubiese llegado? Hasta ningún lado. Nunca hubiera pasado de Estudiantes, porque aunque a muchos no les guste mi personalidad, la mayoría de los hinchas quiere tener, en mi posición, a un jugador como yo.
74 ¿Te emocionó la bandera que te dedicaron en la Roma, con la leyenda “Trotta andate”? No, porque allá me puteaban y yo no entendía el idioma... Esa bandera, por ejemplo, estaba escrita en italiano, y cuando vi mi nombre, pensé que decía: “Trotta ídolo”. Pero bueh, igual, ya estaba al horno. La banderita fue lo de menos.
75 ¿Por qué ningún jugador del Vélez copero pudo triunfar en otro club? Porque fue un grupo tan bueno que costó muchísimo acostumbrarse a todo lo que vino después. De hecho, al Boca campeón de Bianchi le pasó lo mismo. Salvo Riquelme, por su categoría individual, a todos se les complicó. Es lógico. Cuando el jugador se siente querido y no debe dar exámenes, sale a jugar tranquilo y todo es mucho más fácil.
76 Bassedas, Manusovich y Pandolfi se jubilaron muy jóvenes, y a Cardozo, Pompei y Basualdo los retiró el PAMI. ¿Quiénes fueron más inteligentes? Yo me quedaría con el grupo del PAMI, porque me retiré bastante grande, pero los que dejaron el fútbol de chicos tenían otra forma de pensar. Son tipos amantes de la música, que prefirieron jugársela por otras cosas.
77 ¿Por qué se hablaba del “temperamento” de Ruggeri y de la “mala leche” de Trotta? Eso fue cuando yo recién salía del Pincha. Ruggeri ya era jugador de la Selección y había pasado por Boca, River e Italia. Cuando uno surge de las inferiores de Estudiantes es un tipo malo hasta que demuestre lo contrario. Ahora sí dicen “el temperamento” de Trotta. Además, desde el lugar que ocupaba, Ruggeri podía matar a cualquier periodista, y yo no. Acá, todo es por conveniencia.
78 ¿Te generó algo este Vélez campeón? No, porque no soy hincha de Vélez, ni conozco a los chicos que están ahora en el club, salvo a Sessa, a quien conocí en River. De todos modos, sí me dio alegría, porque mi pibe es de Vélez y está contento con el campeonato. Y también me alegró porque fue otra muestra de las cosas que se pueden lograr siendo honesto, como Gámez.
79 ¿Preferías que te aplaudieran los tuyos o que te putearan los otros? Las dos cosas estaban buenas. ¡Lo malo era cuando me puteaban todos!, como me pasó en Vélez. Cuando aplauden los tuyos y putean los otros, es ideal, porque si uno no hace nada bueno, el rival no putea…
80 ¿Estás en juicio con Unión? No, todavía no. Hay un conflicto, que ojalá se solucione pronto, por incumplimiento de contrato, al igual que con el Barcelona, de Guayaquil, y con el Sporting Gijón.
81 ¿Marín es lo mejor que le pasó a Racing o Racing es lo mejor que le pasó a Marín? No sé si Marín, pero el gerenciamiento fue lo mejor que le pudo pasar a Racing. Yo pasé por ahí en el 97, y puedo decir que si el club seguía así, desaparecía, o lo hacían desaparecer, estoy seguro.
82 ¿Qué fue lo más feo que te dijo un rival? En un Vélez-Racing, el Turco García me volvió loco. Venía una y otra vez hasta donde estaba yo, se paraba al lado, se agachaba, juntaba pasto y me lo tiraba. Lo hizo todo el partido, incluso mientras yo no lo estaba mirando. Cada vez que lo buscaba, estaba juntando pasto, hasta que al final entendí todo… “Dale caballo, come pasto”, me dijo. Un grande, a mí nunca se me hubiera ocurrido.
83 ¿Qué fue lo más feo que le hiciste a un delantero? Uh, me acuerdo de algo que hice, pero después me arrepentí. Jugando la Copa para Vélez, contra Defensor, de Uruguay, me ubiqué en la barrera y, como uno me empujó, le puse un codazo en el medio de cara. Le rompí toda la nariz y me asusté, en serio, porque le salía sangre por todos lados… Eso fue lo peor que hice.
84 Ahora pensás así, pero ese día dijiste: “Si le rompí la nariz, que se la arregle”. ¿No te quedaba cargo de conciencia? Sí, un poco. En ese momento, si rompía una nariz sin que me vean, me creía un héroe. En cambio, si me veían, me sentía un huevón.
85 ¿Cómo definirías la sensación de sufrir un caño? Eh… Es como que no se te pare en el mejor momento, porque sentís una vergüenza total, un gran papelón.
86 ¿Cuántos caños tiraste en tu carrera? Ni uno. Por ahí me salió alguno de esos que te pegan en las dos rodillas y le pasan de caño al rival, pero sólo eso. Lo practicaba y todo, pero no me salía. Era más fuerte que yo.
87 ¿Macri te despreció cuando quisiste irte de la Roma? En ese momento sentí que él estaba en Italia por compromiso, no por una verdadera intención de llevarme. En cambio, la gente de River fue mucho más seria. Macri me dijo: “Hay interés”. Y River me dijo: “Te queremos sí o sí”.
88 Después de River, prometiste no jugar en Boca. De dirigirlo no dijiste nada… No, claro que no. Dejo las puertas abiertas para cualquier equipo, porque cuando uno es buen técnico surgen posibilidades... ¿A Passarella cuántas veces lo fueron a buscar? Aparte, se trata de Boca: no puedo cerrar esa puerta.
89 ¿Cuántas veces mentiste en una nota periodística? ¿En la misma? Ja, no, muy pocas veces. Si mentí, fue por conveniencia, pero sin la intención de hacerle mal a alguien.
90 Estando en River, entre Ramón y Bianchi, elegiste a Ramón. ¿Te hacés cargo? Yo dije que en algunas había mentido…
91 ¿Cómo quedó tu relación con Bianchi? Bien, no me hablo todos los días, pero si nos cruzamos, nos sentamos a tomar un café. Con todos mis técnicos quedé así, salvo con Ramón Díaz. A él quizá lo saludaría, pero nada más. Ah, y Oyeras tampoco creo que se quiera sentar a tomar algo conmigo.
92 ¿Vas al psicólogo? No, no fui, ni voy, ni iría. Bah, eso digo por ahora, porque todos ya me están diciendo que sería necesario.
93 ¿En el potrero eras crack o pasabas inadvertido? Pasaba inadvertido. Era petiso y gordo. Sólo le pegaba fuerte a la pelota, pero nada de caños, ni esas cosas. Ni siquiera cabeceaba. Apenas me diferenciaba por la fuerza con la que pateaba, pero eso no me alcanzaba para ser crack. Es así, nadie daba dos mangos por mí, salvo mi viejo, que tenía la fe de verme en Primera.
94 ¿Cuántos jueguitos hacés con la zurda? ¿Tienen que ser seguidos o la puedo agarrar con la mano entre un toque y otro? Sin parar, quizá podría llegar a unos 30 jueguitos, intentándolo durante 20 años…
95 ¿Cómo debe reaccionar un defensor si Barijho lo putea? Para empezar, que se aleje, porque si lo agarra, lo parte al medio y no sirve más… En realidad, no sé, eso es muy personal. A mí, hace poco, Bianchi me dijo una frase que me quedó grabada: “Si vas a ser técnico, no le hagas al jugador lo que no te gustaba que te hicieran”. Y a mí no me gustaba que me dijeran: “No metas un codazo”, ni nada por el estilo. Si lo hacía, me bancaba el reto, pero no aceptaba que me indicaran cómo me tenía que manejar.
96 ¿Cuál fue el tipo que más te enloqueció en una cancha? Hugo Guerra siempre me hacía goles. Los técnicos me mandaban a marcarlo, pero el tipo me la terminaba mandando a guardar. Y, psíquicamente, Saviola y Aimar también me volvían loco, porque ni siquiera les podía pegar. Me saltaban la pelota, y eso me sacaba del partido.
97 ¿Qué sueño te negó el fútbol? Lo único que me faltó fue haber jugado en el partido homenaje a Maradona, es lo que más me hubiera gustado. Pero no se dio. Sólo hablé una vez con él, y fue una discusión… Fuera de eso, tuve todas las alegrías que se pueden tener en el fútbol.
98 ¿Los Barros Schelotto te cargaban por tu nariz? ¿Quién no? Igual, me llevé bastante bien con ellos, porque se dedicaban a enloquecer al Pacha Cardozo. Le decían tantas cosas que hasta mi nariz pasaba inadvertida.
99 ¿Tantos goles fueron producto de la técnica, la suerte o el olfato? Ah, ¿la prensa también me gasta con mi nariz? Ja, no sé, pateé muchos penales, y así metí casi la mitad de mis goles. También tuve la fortuna de encontrar varios rebotes, y un poco de oportunismo. Pero básicamente, la clave está en que a mí me gustaba hacer goles. Por eso los iba a buscar. Sotomayor, por ejemplo, cabeceaba muy bien, pero no disfrutaba ir al ataque, y no iba. En cambio, yo me mandaba en cada barullo que había. Principalmente, considero que fui un tipo con mucha suerte.
100 Hace cinco años le dijiste a El Gráfico que recién ibas a expresar todas tus verdades el día que te retiraras. ¿Qué verdad te faltó decir? Ninguna. La gran verdad es que el fútbol es bastante más fácil de lo que muchos lo quieren hacer. Lo complican demasiado…
Por Nacho Levy
Fotos: Alberto Raggio y Archivo El Gráfico.