-¿En México los árbitros ya te tienen fichado?
–Y… yo juego igual en todos lados. Aunque acá vi pocas rojas. En este fútbol no se puede protestar, y yo soy de hablarle al árbitro durante todo el partido. Los jueces saben que soy difícil, en eso no cambié. Jugar acá es bárbaro. El fútbol se toma de otra manera, con más tranquilidad. La gente que va a la cancha es muy agradable y siempre apoya al equipo. Aunque pierdas, siempre tenés hinchas en la puerta pidiéndote autógrafos.
–Babington confesó que recibió una incentivación cuando Huracán le arruinó el campeonato a River. Vos estuviste en el primero…
–No me sorprende para nada. Incentivación hubo siempre y, hasta que no se investigue, va a seguir exisitiendo. En la Argentina se denuncian las cosas pero nunca se investigan. Babington lo único que hizo fue decir públicamente algo que todos sabemos y que nadie quiere resolver.
–¿Qué sentís cuando te nombran a Chilavert?
–Nada, no siento nada. El nombre de Chilavert sólo me trae a la cabeza dos recuerdos: fue un gran arquero y, al mismo tiempo, al que le hice el mejor gol de penal de mi vida, por el Clausura 2000, en Liniers, cuando lo tuve que patear dos veces y en la segunda se la piqué. Nada más. Fue un gran arquero.
–Pasemos a River. El equipo viene de tres subcampeonatos seguidos, ¿por qué creés que se da?
–Porque me fui yo… No, en serio, creo que River sufrió el desgaste de luchar en el campeonato y en la Copa y eso lo perjudicó. Siempre estuvo en la lucha, pero no se pudo mantener. Este año, por suerte, se le va a dar... porque tiene excelentes jugadores.
–¿Y el técnico?
–Tiene muchísima suerte. Ramón Díaz sólo puede dirigir en River por los jugadores que hay. Es el técnico de los mejores jugadores del país, no le busquemos otra explicación. Quisiera verlo en un equipo como Chicago o Estudiantes.
–En estos días se lo nombra como posible sucesor de Bielsa en la Selección. ¿Cómo lo ves?
–Noooo (risas), pará, en serio, no lo veo para nada. Sólo dirigió en River y le falta experiencia. Para mí, el técnico de la Selección tendría que ser Bianchi.
–¿Cómo era tu relación con Ramón?
–Al principio, normal. Nunca fue de charlar con los jugadores. Después, la cosa se transformó en una relación típica de una persona que quiere jugar y alguien que no lo deja. Yo tengo mi temperamento y si hago las cosas bien como para que me pongan y no lo hacen, me fastidio. No me gustan las injusticias y menos si vienen de una persona como él.
–¿Te fuiste de River porque eras un líder negativo?
–Estuve dos años y medio, y en el último campeonato fui el capitán. Líder negativo o no, fui un referente en el plantel. Quizás a algunos dirigentes eso no les gustó y hablaron de más. Inventaron cosas sobre mí o intentaron ensuciar mi nombre. Cuando llegué a México, en vez de preguntarme sobre mi juego, la prensa apuntaba a mi carácter y a los problemas que había tenido en la Argentina. Igual pude revertir esa imagen y conseguí una muy buena reputación.
–De River te fuiste mal, con muchas expulsiones. ¿Creés que te pasaron la factura por eso?
–No creo, porque no le debía nada a nadie. Yo tengo mi estilo, juego siempre al límite. A veces tengo la mala suerte de ser expulsado y eso coincidió con mi salida del club. Varios dirigentes se agarraron de mí para salvarse en un momento jodido de River, después de perder varias veces con Boca.
–¿Las críticas te resbalan o te ayudan a mejorar?
–Lo que digan de mí no me mueve un pelo, me da exactamente lo mismo. Siempre tuve una forma de ser y nadie me va a cambiar. Cualquiera puede comentar lo que quiera, pero yo no les doy bola.
–¿Qué opinás de la situación actual de Cardetti?
–Es típico de la Argentina. Cuando un jugador no puede arreglar su contrato lo mandan a entrenarse con la Quinta. Martín no es un jugador como para mandar a las inferiores, fue el goleador del campeonato pasado. Igualmente, no creo que Ramón lo quiera en el equipo. Eso me suena conocido, ¿no?
–¿Qué harías si te toca vivir una situación así?
–Ya me hubiera ido. No podría entrenar con pibes de quince años y estar en un club donde sé que no voy a jugar. Cardetti está viviendo lo mismo que viví yo: Ramón Díaz no lo quiere y no lo va a poner, arregle el contrato o no.
–Casi todos los jugadores que se fueron de River hablaron mal de él. ¿Por qué tanta bronca?
–Una de dos: o es un tipo jodido o todos los que tuvimos problemas con él estamos mal de la cabeza. Si varios lo critican es porque deben tener razón. Es más, hasta se podría armar un equipo de once: “Los Borrados por Ramón”. ¿Qué tal?
–Una vez dijiste que no disfrutabas en una cancha de fútbol. ¿Cambió algo de eso?
–Lo dije cuando me preguntaron si me tomaba el fútbol como una diversión, cosa que no hago. Trato de entrar a la cancha lo más concentrado posible y no hay lugar para divertirse. Primero intento hacer lo que me pide el técnico, que es ganar. Ganar a cualquier precio. Y si el partido va 3 a 0... quizás se me escapa alguna sonrisa.
–Vas en un barco y están Chilavert, Gallego y Ramón en el agua. ¿A quién le das la mano y a quién le tirás el único salvavidas que hay?
–Le doy la mano a Gallego.
–¿Y el salvavidas?
–Mmmmmm… Se lo tiro a Chilavert.
–¿Y Ramón?
–(Piensa) Que se agarre de Chila. Y si no llega, que empiece a nadar. Mal no le vendría.
Por Tomas Ohanian (2002).
12 de octubre. La razón por la que un ex defensor argentino afirmó que las polémicas declaraciones de Luis Suárez y sus compañeros no fueron espontáneas.
01 de diciembre. 28 años atrás el Vélez de Carlos Bianchi se consagraba campeón en la Copa Intercontinental luego de vencer al poderoso Milan por 2-0, con goles de Roberto Trotta y Omar Asad. El recuerdo de la hemeroteca, otra joya que une a El Gráfico y al mismísimo Virrey.
06 de noviembre. Los ingresos a los estadios musicalizados de la mejor manera, Román entrando a la cancha con un equipo de música, Chaca recibió a San Lorenzo, River a Independiente y Ferro a Boca. Trotta y un festejo particular.