¡Hoy hay partido, m'hijo!
Y el grito se hace emblema. Y las playas bañadas por el Mar de las Antillas van quedando solas con su arena y los barquitos pesqueros bamboleantes por alguna que otra ola que se asocia a la fiesta. Es que hoy juega el Junior y allá van. Son cientos, miles. Pañuelos al viento: blancos, rojos, nuevos y viejos. En sus rostros quemados una sonrisa. En la voz, un himno.
— ¡Barranquilla, prócer e inmortal, ceñida de agua y madura de sol...!
Es una lujuria tropical su canto. Un alarido libertario su festejo. Es el fútbol su pasión. Por esas mismas callejas. Un día del pasado, también Rocky Valdez fue pueblo, y transitó rumbo al estadio junto a esa masa morena que grita ¡Gooooollll! por anticipado. Juega el Junior y hay fiesta... Barranquilla de la mano de Varacka y Verón ha descubierto el fútbol.
Pesos y más pesos
La palabra "Bonanza" recorre Colombia de Norte a Sur, de Oeste a Este. Cada uno tiene su "bonanza". La de Cartagena es "Bonanza Turística": la de Medellín, "Bonanza Cafetera"; la de Bogotá, "Bonanza Esmeraldera". La de Barranquilla, "Bonanza Futbolística".
Y lo que otros multiplican en café, turismo y esmeraldas, Barranquilla lo hace en goles. El balance es simple: Junior fue el equipo más taquillero del país en el primer torneo del año. Un total de 210.060 espectadores pagaron entradas en los 13 partidos que jugó de local en el torneo "Apertura". Eso representó un ingreso de 13.659.505 pesos colombianos. Algo así como 500.000 dólares. Movió un promedio de 16.100 hinchas y $ 1.500.000 por partido.
El viejo coliseo "Romelio Martínez" siempre tuvo un lleno completo. Y la hinchada del Junior llenó con su presencia todos los estadios desde aquel inicio infernal frente al Cristal Caldas, en "La Arenosa", a quien golearon por 5 a 0 y preanunciando que el equipo de Varacka quería repetir lo logrado en 1976.
Esta vez de punta a punta
Todos lo dicen. Lo repiten. Dos factores importantes tuvo a favor: la preparación física. Jorge Raúl Solari, el "Indio" de Rosario. River y la selección, fue el responsable. Ahora flamante D.T. de Millonarios. Y la estrategia de Varacka para manejar los resultados. La clásica "media inglesa" dos puntos adentro, uno afuera. Por momentos espectacular cuando se ganaba con holgura. Calculador, frío, rígido, cuando trabajaba un resultado. 4-2-4 como local. 4-4-2 como visitante.
El tertuliadero "El Senado", paso previo al estadio, muchas veces lo escuchó decir a Varacka: "Todos creemos cuando llegamos a Colombia que es fácil triunfar. No es así. Es tan difícil como en cualquier lado. Más en Barranquilla, en la que todos querían ver al equipo campeón. Al principio me costó. Las críticas eran muy duras, pero poco a poco mi trabajo dio resultado. Lo primero que hice fue sacarle el aburguesamiento al jugador y hacerle entender que era un profesional. Después expliqué mi idea técnica. Conté lógicamente con un excelente plantel, donde no hay puntos flojos. Por ejemplo en 1976 salimos campeones con 37 puntos, este año con 35, pareciera entonces que el primer equipo fue el mejor. No es así. Este año logré ajustar todas las líneas. Estamos con este título colocados en el hexagonal final que clasifica para la Copa y creo que si seguimos en este nivel el año próximo estaremos en la Libertadores".
La misma magia, la misma bruja
Puntero izquierdo en casa. Volante de visitante. La misma magia de Estudiantes. La gambeta endiablada, la zurda que domina. El máximo goleador argentino de todos los tiempos del Junior de Barranquilla con 30 goles. Los hinchas lo corren por la calle. Los dirigentes con un papel que dice "Carta de ciudadanía". A los 31 años, su talento continúa tan vigente como hace años.
"Lo que vivo es inenarrable. Esta gente es maravillosa. Sólo nos queda entrar en la Copa. No sé lo que sería esta ciudad con una clasificación así. Ni en mi mejor época de Estudiantes tuve tantos halagos."
Hasta el viejo canto, con fonética distinta, se escucha en las tribunas...
—Si ve una bruja montada en una escoba, ése es Verón, Verón, Verón, que está de moda.
Pero hay más...
Porque no todo es Verón o Varacka. Está la calidad de Bolaño, uno de los mejores marcadores de punta colombianos; Gabriel Berdugo, "cuevero" y capitán; la sabia veteranía de Rubio y los goles de Ariel Valenciano, un hombre resistido por su indisciplina y al que los consejos de Solari y Varacka rescataron. Quedan más nombres: Delménico, Lorea, Arango, Cerminato, Angulo. . . Hasta los 18 años atrevidos de Claudio Varacka que ahora quiere continuar la fama del apellido en All Boys.
En Barranquilla hay un himno. Lo cantan todos desde hace dos temporadas.
—¡Barranquilla, prócer e inmortal, ceñida de agua y madura de sol…!
Las voces morenas y las olas del Mar Caribe le hacen coro... El fútbol es el culpable.
Por ENRIQUE ROMERO (Enviado especial a Colombia)
Fotos: BARRAGAN, GOMEZ y JAIRO