SIMONE BILES, la máxima estrella de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, volvió este martes a la competencia y se colgó la medalla de bronce en la prueba barra de equilibrio femenino.

La atleta de 24 años se había bajado de las disciplinas por equipos la semana pasada con el objetivo de proteger su salud mental, una ausencia que provocó conmoción y reabrió un debate de fondo en torno a la desmesurada presión que deben soportar los deportistas de alto rendimiento.

La estadounidense comunicó su baja en el concurso individual, las finales de salto, barras asimétricas y suelo, para reservarse con vistas a la barra de equilibrio, aunque su presencia se confirmó apenas un día antes.

Con una enorme expectativa por ver su reacción la cuádruple campeona olímpica en Río 2016 apareció en escena y realizó una rutina con 14000 de puntuación, dividida en 6100 de dificultad y 7900 de ejecución. El desempeño de Biles sólo quedó por debajo de las chinas Chenchen Guan (14633), ganadora de la medalla de oro, y Xijing Tang (14233), que se colgó la de plata.

Afectada por una crisis de confianza la gimnasta realizó su ejercicio sin inconvenientes pero lo culminó con una salida menos espectacular de lo habitual. Así sentención su participación con dos medallas: fue plata en la competencia por equipos, disciplina que abandonó en medio de la actividad, y bronce en la barra de equilibrio.

Al momento de comunicar su renuncia a la competencia la gimnasia había explicado: "Desde que entro al tapiz estoy yo sola con los demonios en mi cabeza. Debo hacer lo que es bueno para mí, concentrarme en mi salud mental y no comprometer mi bienestar".

"No tengo tanta confianza en mí como antes; no sé si es una cuestión de edad. Estoy un poco más nerviosa cuando hago mi deporte. Tengo la impresión de que ya no puedo disfrutar como antes", contó la atleta oriunda del estado de Ohio, que finalmente regresó con una medalla en la última jornada de su disciplina.