MAX VERSTAPPEN consolidó su consagración como tetracampeón del Mundo de Fórmula 1 al vencer en el Gran Premio de Qatar al mando de su Red Bull, a pesar de que el fin de semana no se presentaba propicio porque los autos de la marca se impusieran. Sin embargo, la capacidad conductiva del neerlandés lo hizo posible.

Fue una carrera con muchísimos matices que se inició con el accidente en el que Nico Hulkenberg protagonizó un trompo y propició el abandono de Esteban Ocon (Alpine) y del Willams de Franco Colapinto, apenas en la primera curva del circuito. Lance Stroll también impactó a Alex Albon, compañero del argentino, que sin embargo pudo seguir y concluyó en el puesto 15.

Precisamente Albon protagonizó una situación clave en la carrera cuando perdió un espejo retrovisor de su monoplaza y el elemento quedó en medio de la recta. La decisión correcta debió haber sido el ingreso del safety car, algo que ocurrió tarde, luego de que Valtteri Bottas pisara el espejo y dispersara los restos de fibra de carbono por todo el asfalto.

Ello provocó la pinchadura de neumáticos de Lewis Hamilton y Carlos Sainz y una retrasada neutralización de la competencia por parte del nuevo director de carreras que venía de ocupar el mismo rol en la Fórmula 2 y Fórmula 3, Rui Marqués, cuyas decisiones generarán muchas polémicas.

Detrás de Verstappen quedaron la Ferrari de Charles Leclerc y el McLaren de Oscar Piastri para completar el podio. Cuarto fue George Russell, con Mercedes, y quinto Paul Gasly, con Alpine.

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