FACUNDO CONTE es un emblema del voley argentino y un referente de una Selección albiceleste que hizo historia con la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 cuando despabiló a todo el país aquella madrugada de agosto.
Una medalla que trascendió a la disciplina y se convirtió en uno de los grandes momentos de la historia del deporte nacional en una cita olímpica, pero que, además, marcó el camino recorrido por el Heredero mucho tiempo antes de ganarla y por supuesto, en los años posteriores.
En diálogo con El Gráfico, Conte habló sobre su reciente retiro del voley y dejó una interesante reflexión sobre lo que fue para él ese momento bisagra en su carrera y las dificultades que tuvo que atravesar.
"Estoy muy contento. Es un orgullo cerrar mi carrera de esta manera. Recibir este premio es como una frutilla al postre para cerrar esta historia larga y hermosa", dijo tras ganar el Olimpia de Plata en la ceremonia que reunió a los mejores deportistas del año, cuya estatuilla recibió de manos de Hugo, su padre, quien formó parte de la brillante generación de Seúl '88 que logró la primera presea olímpica albiceleste en la disciplina, con la que Facu jugaba de pequeño.
"Tomé la decisión cuando terminó el partido de Alemania. Si bien tenía muchos pensamientos que me llevaron hasta ese momento, ahí sentí el vacío y que había dado todo. Y ahora esa energía que le había dado al voley en estos más de 20 años, quiero dármela a mí", recordó sobre el día que decidió ponerle punto final a su carrera profesional a sus 35 años, en los Juegos Olímpicos de París 2024, el cuarto para él después de Londres 2012, Río 2016 y el de Tokio.
Dentro de la cancha, Conte fue un jugador ofensivo y letal, pero fuera de ésta tiene un perfil mucho más introspectivo, profundo y sensible. A la hora de definir su punto más alto y más bajo de su carrera, se abrió y contó un aspecto no tan conocido sobre cómo convivió con el después de la gloria, la euforia y su sueño cumplido.
"Como el mejor momento, elegiría cuando ganamos la medalla en los Juegos Olímpicos. Sé que es redundante decirlo, pero fue tan importante en mi vida. Pasaron muchas cosas antes para lograr eso y a partir de ahí, sucedieron muchas más. Algunas las soñaba, otras ni las esperaba", señaló.
"A la vez fue mi momento más difícil, porque las buenas no nos ponen en el lugar ideal que pensamos que nos ponen sino que a la vez nos enfrentan a lo que somos, lo que tenemos adentro, y a veces algo de afuera no nos va a llenar. Tuve que reconstruirme a pesar de haber ganado una medalla, aprender a lidiar con eso y saber por qué y para qué hacía las cosas", se sinceró.
Con cierta similitud sobre lo vivido por Luciano De Cecco, quien hace tiempo contó una dura depresión que atravesó después de la hazaña argentina en Japón, Conte explicó: "Todo lo que sube baja y no todo lo que baja sube. Por eso es tan importante levantarse en las malas, porque las buenas en algún momento llegarán. Reconstruirme despues de una derrota fue dificil, pero nunca pensé que también debía hacerlo después de una victoria. Lo hice y fue una gran aprendizaje".
Surgido de Ciudad de Buenos Aires, Facu regresó al país en 2022 para jugar en su club, en su casa y con su gente. Volvió a las raíces y florecieron otros sueños: "Tengo muchos proyectos. No quiero contar nada por ahora. Es secreto, ja. Vinculado al deporte, a la música, al mar, a la naturaleza. Quiero más de todo eso".
El histórico 7 finalmente se retiró y cerró así una parte de su vida en la que siempre tuvo una pelota de voley en sus manos. Con la medalla propia que siempre soñó como reflejo de su excepcional legado, pero también como huella de un aprendizaje interno, Conte ya está listo para el siguiente capítulo.
Fotos: Prensa Premios Olimpia