Técnicos descartables, la solución para la AFA

¿Qué tienen en común Daniel Sackheim, David Straiton, Fred Gerber y Daniel Attias? ¿Y Greg Yaitanes, Katie Jacobs y Juan José Campanella? Todos son directores y todos tuvieron el privilegio de dirigir, algunos más y algunos menos, al genial y odioso Doctor House, a lo largo de sus 8 temporadas.

Para quienes no lo sepan, la serie nunca conservó al mismo director, sino que a medida que pasaban los años, se fue abriendo a la llegada de outsiders, como para darle un toque particular a las historias del médico más brillante y engreído de la televisión. 

A medida que pasan los días en el sainete de la AFA y la elección del DT de la Selección, nuevamente convertida en un papelón estilo 38-38 con una lista sábana de candidatos posibles, el manoseo es tal que lo mejor puede ser una solución televisiva: que dirijan todos. Ya no uno part-time, sino todos full-time pero por un partido. 

Así, podríamos darle la posibilidad de hacerse cargo a Carlos Bianchi y a Ramón Díaz, para recordar los éxitos de los 90; a Miguel Angel Russo, campeón de la Libertadores en 2007; al Patón Bauza, único argentino en llegar a cuatro semis de Libertadores con clubes distintos; a Pumpido, que la ganó en 2002; a Almeyda, que nunca la ganó como técnico pero sí como jugador; a Caruso Lombardi, autor de la frase "A Messi lo pondría en el banco"; a Bielsa, que quizás anda de paso por Buenos Aires y se da una vuelta por Ezeiza; a Menotti, que opina de manera muy aguda; a Bilardo, que opina de manera muy grave; a Ruggeri, que si baila por un sueño también podría bailar con la más fea; a Habegger, que echó de Boca a Giunta; a Giunta, para darle un poco de huevo en el envión final. A Vivas, Claudio y a Vivas, Nelson. A Palermo. Y si está Palermo, también al Enzo. Y si está el Enzo, que es uruguayo, entonces que también dirija el Ingeniero Pellegrini, que es chileno. Y Del Bosque, español. Y Sacchi, italiano. 

Y siguen los nombres... Si tenemos el torneo de los 30 equipos, también podemos tener la Selección de los 30 técnicos. ¿Por qué no? Al menos un partido. Tiempo suficiente para demostrar el método y la mecánica de trabajo, establecer parámetros de la llegada a los futbolistas, y obviamente saber si se alcanzó el objetivo. Es mejor incluso que citarlos a charlar. Los 7 mejor posicionados podrían llegar a Rusia 2018 y en ese caso, se formaría el primer septeto técnico en la historia de los Mundiales.

Así está el fútbol argentino. Al igual que en House, hay decenas de directores disponibles y una rara enfermedad que no figura en los libros y que sólo un genial cirujano podrá descubrir antes de que sea demasiado tarde. Quizás ya lo sea.