Johan Cruyff, una luz en el infierno
El 6 de septiembre de 1972 se jugó el partido de ida por la extinta Copa Intercontinental, en la vieja Doble Visera de Avellaneda. Sin embargo las miradas estaban puestas en el flaco del Ajax con el 14 en la espalda. Esa fue la única vez que el máximo exponente del fútbol total estuvo en la Argentina. Reconstruimos la estadía de Ajax en un partido con ribetes cinematográficos.
Johan Cruyff
Como en casa
Un par de días antes de llegar, un charter con hinchas holandeses había arribado a la Argentina. Hombres y mujeres -muchas solteras- con el deseo de conocer la ciudad de Buenos Aires. Después de pasar por Amsterdam, Francia, España y Cabo Verde, el Ajax aterrizó en Ezeiza. Algunas banderas y un lenguaje conocido los arroparon en la llegada. Incluso la delegación trajo su propio cocinero y sus provisiones, no por desconfianza, sino por el celo de los holandeses con sus comidas y costumbres. Más tarde, ya en el hotel, sufrieron el clásico ritual del fútbol sudamericano: batucadas, pirotecnia y cantos, que no los dejó dormir y tuvieron que tomar pastillas para conciliar el sueño.
El flaco con la 14
Johan Cruyff nació y se crió en una casa típica en las afueras de Amsterdam. Padre verdulero, madre ama de casa, aunque más tarde trabajó como personal de limpieza en el club Ajax. Con la “pelota” como juguete, fue uno de los 300 niños elegidos para formar parte de las inferiores del club. Rinus Michels -al verlo endeble- le dio un plan de ejercicios físicos para soportar el roce y la fricción del deporte. Debutó a los 17 años, el 15 de noviembre de 1964, convirtiendo el gol de la victoria frente al FC Groningen. De allí en adelante todo fue alimentar el mito. El estandarte de la revolución estaba en marcha. Sería imposible resumir su carrera en unas pocas líneas, pero hay un antecedente que vale para este recuerdo: el 19 de mayo de 1972 marcó cuatro goles en la victoria del Ajax por 12-1 contra el Vitesse. Hasta la fecha, la mayor goleada de la historia de la Eredivisie (torneo local holandés).
Avellaneda, centro del universo (solo por 90 minutos)
Independiente había ganado la décima edición de la Copa Libertadores, a Universitario de Perú. Por su parte el Ajax, obtuvo la Copa de Campeones europea ante al Inter de Milán.
El 6 de septiembre de 1972, la vieja Doble Visera se había vestido de gala. Visitantes ilustres concurrieron al encuentro, entre ellos el Presidente del Real Madrid -Santiago Bernabeu- quien dejó su opinión del partido: “En el segundo tiempo dominó Independiente, y no comprendo como no se dieron cuenta que los perjudicaba la falta de talla para competir en altura con los del Ajax. El gol del empate (Francisco Sá) los sacudió y fueron a buscar el triunfo. Pero los holandeses están preparados para estas emergencias, y estrecharon las filas para aguantar a Independiente. Le faltó tiempo y suerte al local”.
Juan Carlos Lorenzo, también fue de la partida y dejó su opinión en El Gráfico: “Ajax no me gustó, pero Independiente se puso muy nervioso después del gol de Cruyff y buscó equivocadamente la salida por el centro, Ajax tuvo suerte y se salvó de perder. Allá va a ser difícil”.
De pierna fuerte y templada
El gol tempranero de Johan Cruyff, previa falta a Miguel Anguel Lopez, marcó el rumbo del partido. “Reconozco, le hice falta al defensor, pero a Pelé tampoco se las cobran”, declaró después del partido el crack holandés. Independiente empezó a jugar un partido “sudamericano”: roce, juego fuerte, a veces brusco. Así llegó la dura entrada de Dante Mircoli al 14 del Ajax: “Reconozco que le fui fuerte, que le pegué a la altura del muslo y él acusó en el tobillo. Ellos vinieron a complicar el partido, nada mas que eso. ¡Lástima ese gol que nos comimos al final".
Años más tarde, veintidos para ser exactos, Cruyff y Mircoli volvieron a cruzarse, esta vez fuera de una cancha. "¡No me vas a pegar de vuelta!", asegura que le dijo Johan cuando lo vio en un entrenamiento del Barcelona. Mircoli fue parte de la escuela de fútbol que poseía Carlos Bilardo y estaba realizando una gira por Europa.
El rigor sudamericano enojó a los visitantes, tanto es así que algunos no quisieron salir a jugar el segundo tiempo. El partido continuó, Francisco Sá lo empató con un golazo desde afuera del área y el Ajax terminó aguántandolo.
Voces de allá
Después del partido, la bronca continuó. Sjakk Swart, mediocampista por derecha del Ajax, se refirió al duelo que tuvo con Ricardo “Chivo” Pavoni: “Es un gangster y en Amsterdan lo voy a esperar y le meteré los bigotes por las orejas. Se cree que es Carlos Monzón”- Otro de los que estaban enojados era el técnico, Stefan Kovacs: “Esto no fue fútbol sino guerra. Independiente uso artimañas al no poder jugar normalmente, como el golpe de Mircoli a Cruyff. En Amsterdam Independiente tendrá muchos problemas. Uno de ellos será nuestro espléndido campo de juego, al que no están acostumbrados. Esta cancha (el campo de la Doble Visera) no es apta para jugar el fútbol”.
El mejor resumen de lo que pensaron los holandese del partido, lo entregó Kee Jagers, redactor de la revista Voetbal International:
La vuelta en Holanda fue para el Ajax sin atenuantes. Un lapidario 3 a 0 no dejó dudas de la superioridad del “fútbol total”. Al año siguiente, podría haberse dado una revancha que no fue. El Ajax, nuevamente campeón europeo, dejó su lugar al subcampeón Juventus, aduciendo problemas económicos. Algunas voces dicen que se perjuraron nunca mas volver a Sudamérica. Allí Independiente si tuvo su propia revancha y obtuvo la Intercontinental 1973.
Diseño y edición de fotografía
Matias Di Julio