Natación
Nuevo desafío de Pilar Geijo: cruzará a nado el Río de la Plata con fines benéficos
La cuatro veces campeona mundial de aguas abiertas intentará unir Colonia y Punta Lara en menos de 12 horas. Va por el récord y ayudar a la gente
Pero esta porteña de 33 años no para de perseguir por nuevos desafíos. Ahora, en los primeros días de enero, intentará cruzar el Río de la Plata buscando un reto personal (bajar el récord) y, a la vez, cumplir con un fin solidario, ya que cada uno de sus sponsors hará donaciones, en especial Weber Saint Gobain, empresa que mejorará la infraestructura de un club de barrio de La Plata, justamente el lugar de la llegada.
“A mí me gustan las olas, el agua fría, la lluvia, en definitiva nadar en condiciones desfavorables, porque siento que las adversidades me fortalecen. Por eso el Río de la Plata, en el que nunca nadé, es mi nuevo desafío. Hace rato que quería hacerlo y ahora pude encontrar el hueco en mi calendario”, asegura Pili, que saldrá desde Colonia y arribará a Punta Larga. Aún no tiene claro qué día (del 2 al 10), porque se buscarán las mejores condiciones para cubrir esos 40 kilómetros. La idea es batir el récord (12 horas y 6 minutos) que está en manos de Noelía Petti desde 2014. “Nunca es fácil nadar tanto tiempo, pero estoy entrenando a full y me va a servir para comenzar mi temporada en febrero, con la Santa Fe-Coronda”, explica.
Cuando a Pilar le propusieron hacer el cruce, enseguida quiso sumarle la pata solidaria. Hace siete años se le despertó fuerte esa veta cuando fue de las primeras en ingresar a la Huella Weber, el programa benéfico de Weber Saint Gobain. “Compartimos valores y es mucho más que un sponsor. Nos compromete en la acción y luego ayuda en la infraestructura en el lugar elegido. Este será mi cuarto proyecto concretado: primero fue el Ringo Boxing Club, después una escuela en Paraná y el último los vestuarios de la pileta del club Nueva Chicago. Ahora es un club muy humilde del barrio Monasterio que tiene una escuelita de fútbol y hacen todo a pulmón”, detalla ella.
Pero quizá lo más importante fue que la eligieran para el Salón de la Fama de aguas abiertas. “Tenía ese sueño desde que fui al lugar en Fort Lauderdale cuando tenía 16 años y me saqué una foto al lado de la de Alfredo Camarero, un referente de mis inicios. Ahora, con esta inducción, cierro un ciclo. Es un honor enorme”, explica quien cree que aprendió mucho del deporte y deja su mensaje. “Me hizo entender que para todo en la vida, ya sea ser campeona del mundo o terminar una carrera universitaria, hay un proceso. Y que en este sendero hay obstáculos que te ponen a prueba y te evalúan qué tanto querés alcanzar tus metas”. Pili lo aprendió y las fue alcanzando, aunque siempre mantuvo la ambición de ponerse nuevas, ayudando a otros en ese camino.