¡Habla memoria!
Racing positivo
En junio se cumplen tres años del arribo de Milito y Cocca. Desde entonces, más allá de derrotas ocasionales, la Academia cambió.
Bou, Cocca, Milito, Aued y el título de 2014: Columnas en las que se apoyó el "Racing positivo".
Sin embargo, con la llegada de Milito (también de Diego Cocca y un buen número de refuerzos), dentro del vestuario comenzó a gestarse otro Racing. Se empezó a hablar del “Racing positivo”. Al principio parecía una tontería, un eslogan inservible, porque en Avellaneda ya había otro impuesto: “Y bueno, esto es Racing”. La Academia podía perder partidos imposibles, sufrir durante años con los promedios, ver fracasar a grandes jugadores y protagonizar las jornadas de mala suerte más grandes que existían en el fútbol.
Empezó en el vestuario, en Milito, Sebastián Saja y Cocca; y siguió en los dirigentes, con Víctor Blanco a la cabeza, que captaron que en Racing no valían los caprichos personales: las cabezas rodantes de Molina y Cogorno eran la prueba. Los hinchas, escépticos por experiencia, tardaron un poco más: la leyenda dice que empezaron a creer el 25 de septiembre, en la reanudación de un encuentro suspendido contra Boca, cuando Gustavo Bou metió dos goles en un ratito y Racing ganó un partido de esos “que antes nunca ganaba”.
El Racing positivo empezó a escucharse, pero más empezó a verse, en cada detalle. De a poco, hinchas, jugadores y dirigentes dejaron de pensar en Racing como un club destinado al sufrimiento y temeroso al fracaso. De a poco, la Academia volvió a vestirse de grande y a darle un giro a su propia historia. ¿Es para tanto? Analicemos algunos aspectos.
- Título y algo más. En estos tres años, Racing no solamente ganó el campeonato de 2014, después de 13 años de espera, sino que tuvo otras actuaciones destacadas: llegó a semifinales de la Copa Argentina 2015 y a cuartos de final en la Libertadores de ese año. Hasta en los torneos de verano se acostumbró a ganar: obtuvo la Copa Ciudad de Mar del Plata y la Copa Ciudad de Avellaneda en 2015, la Ciudad de Avellaneda 2016, y las Copas Provincia de Salta y Revancha 2017. No es un dato menor: Racing había vivido rachas de 26 años (1970-1996) y de 8 años (2002-2010) sin ser campeón de verano.
Bou es uno de los tres grandes goleadores que disfrutó Racing en los últimos tres años.
- Racing de América. La Academia se había desacostumbrado a competir fuera del país. Entre 1960 y 2003, el club había jugado 20 torneos internacionales. Además de seis Copas Libertadores y una Intercontinental, sumó trece por haber sido campeón de América: 10 Supercopas, 2 Copas MERCOSUR y una Sudamericana. Entre 2003 y 2012, la cuenta quedó en cero. Y las participaciones en la Copa Sudamericana 2012 y 2013 terminaron con tristes eliminaciones en primera ronda. Por eso, cobran valor estas últimas temporadas: después de 48 años, Racing volvió a jugar dos Copas Libertadores consecutivas. En 2015 se clasificó por haber sido campeón, lideró su grupo, superó los octavos de final y quedó afuera en cuartos, ante Guaraní de Paraguay. En 2016 logró el pase luego de eliminar a Estudiantes y nada menos que a Independiente. Superó la primera fase ante Puebla de México, avanzó en el duro grupo que compartió con Boca y cayó en los últimos minutos del duelo ante Atlético Mineiro, en octavos de final. Este año disfruta la tercera clasificación consecutiva a un torneo internacional, ya que ingresó a la Copa Sudamericana, donde todavía está con vida.
- Se anima en los clásicos. Hasta 2014, las estadísticas de Racing en los clásicos profesionales eran elocuentes: 39 triunfos y 88 derrotas contra River; 45-78 ante Boca; 48-70 con Independiente: y 59-59 frente a San Lorenzo. O sea que, desde 1931, sumaba 191 triunfos y 295 derrotas. Durísima marca. Desde 2014 hasta esta parte, se ha hecho respetar: suma 8 triunfos y 6 derrotas. Si se toman los resultados en Copa Libertadores (enfrentó a Boca), Copa Argentina (San Lorenzo) y torneos de verano (Independiente y Boca), la mejoría es más clara: la Academia suma 14 triunfos y solo 7 derrotas en tres años (1-0 contra River; 5-2 ante Boca; 6-4 a Independiente; y 2-1 frente a San Lorenzo).
- Libre de deudas. Ningún hincha olvida lo que sufrió Racing a nivel económico desde 1983: alquiler de la cancha, del equipo, convocatoria de acreedores, quiebra, remate de jugadores, amenazas de cierre, administraciones fraudulentas… Por eso, es especialmente importante la estabilidad financiera de los últimos años. Sin ir más lejos, antes del reinicio del actual torneo, mientras se hablaba de las deudas que tenían los clubes, Racing era siempre una de las excepciones. De hecho, los jugadores reconocen que no tienen problemas para cobrar sueldos y premios. A 19 años de la quiebra y a nueve del final del gerenciamiento, los socios demuestran haber aprendido la lección: no desequilibrar los números en busca de éxitos desesperados.
La de Roger Martínez se convirtió en la mayor venta en la historia de Racing.
- No todo es fútbol. Los problemas económicos hicieron que, entre 1983 y 2008, las actividades no vinculadas al fútbol fueran casi abandonadas. En los últimos años, Racing ha vuelto a darle importancia al básquet (compite en el Torneo Federal), vóley femenino (2ª División de la Liga Unilivo), handball (3ª División de la Femebal), Futsal (1ª División) y hockey femenino (1ª División de la Asociación Amateur). Además, existen más actividades (atletismo, gimnasia, judo, patín) y el club cuenta con su propio colegio (niveles primario y secundario).
- Hay futuro. En las últimas décadas, Racing no solo pasó 35 años sin títulos locales y 26 sin torneos de verano: también acumula 54 años sin ser campeón en Reserva. Pero hay buenas señales: fue subcampeón en 2014; 3° en 2015 y 5° en 2016. ¿Más? La Sexta División marcha puntera en el campeonato.
- De Selección. Luego de 13 años, un jugador de Racing volvió a disputar un torneo oficial con la Selección. En 2004, había sido Mariano González. En 2017, también por Eliminatorias para el Mundial, fue Marcos Acuña (ante Colombia) el que mezcló las dos celestes y blancas. En el medio, solamente hubo participación en amistosos: Iván Pillud, Gabriel Hauche, Claudio Yacob…
- De Selección… juvenil. Pese a que las selecciones juveniles han sido ejemplo de desorganización en los últimos años, no deja de ser un honor que Racing haya contado con tres jugadores entre los convocados para el reciente Mundial Sub 20: Lautaro Martínez, Brian Mansilla y Matías Zaracho.
- Héroes de regreso. No hace mucho tiempo, los jugadores que se iban de Racing aplaudidos no querían volver a un club desordenado que los exponía. Los pocos valientes que se animaron al retorno (Rubén Paz en 1990, Gustavo Costas en 1992, Rubén Capria en 2005, Adrián Bastía en 2006, el Piojo López en 2007) terminaron sin el reconocimiento que merecían por los conflictos institucionales. En los últimos años, casi nadie se niega al regreso: los casos más notables fueron los de Milito y Lisandro López, recibidos prácticamente como semidioses; pero también retornaron Centurión, Valentín Viola, Franco Zuculini, Hauche, Pillud, De Paul… Volver a Racing ya no es traumático.
Lautaro Martinez: joya de las inferiores, goleador, convocado al Mundial Sub 20.
- Goleador del continente. En los últimos 47 años, solo dos jugadores de Racing terminaron como goleadores de un torneo local: Lisandro López (2004) y Teófilo Gutiérrez (2011). Aunque la mala racha continúa, en 2015 tuvo el orgullo de contar con el goleador de la Copa Libertadores: Gustavo Bou, que marcó 8 veces en 10 partidos.
- El gran DT. Más allá de los gustos futbolísticos, las estadísticas de Diego Cocca como entrenador de Racing son irreprochables. Agarró a un equipo que había sido último en una temporada (la 2013/14) por primera vez en los 111 años del club, pero logró el campeonato en el torneo siguiente. Además, es el director técnico con mejor porcentaje de puntos en la historia de Racing (65%). ¿Alguien cree que esta segunda etapa no está siendo buena? En la primera (2014-15), Cocca había sumado el 64,7% de los puntos. En 2017 (al cierre de esta edición), acumula el 66,7%.
- Somos locales otra vez. Antes de la llegada de Cocca, la cancha de Racing no asustaba a nadie: la Academia había sumado 4 triunfos, 5 empates y 11 derrotas en sus últimos 20 partidos (28,3% de efectividad). Desde entonces, acumula 45 victorias, 11 empates y 7 caídas (77,2%). Y, contando solo los encuentros dirigidos por Cocca, el porcentaje es demoledor: ¡81,6%!
- Campeón de los promedios. Racing vivió mirando la tabla del descenso: en 1999, 2000, 2001, 2006, 2008, 2009, 2010, 2012 y 2014 sufrió hasta el final de la temporada. La última vez que había comenzado líder en la tabla de promedios fue en ¡1961! Desde entonces, la mejor colocación la alcanzó en 2003, cuando empezó 3°. Hasta esta Edad de Oro, claro: Racing arrancó la temporada 2016/17 en el primer puesto de los promedios. Se acabó el sufrimiento.
Diego Cocca no solamente es el entrenador más eficaz desde que se otorgan 3 puntos por triunfo, sino de toda la historia del club.
- Presencia en AFA. Durante décadas, los dirigentes de Racing no ocuparon cargos importantes en la Asociación del Fútbol Argentino. Aunque eso no debería tener repercusiones dentro del campo de juego, sí las tiene fuera, al momento de crear reglamentos, programar calendarios o discutir modificaciones. Aunque la nueva AFA todavía está gateando y ha fallado más decisiones que las que ha acertado, el club tiene fuerte representación: su presidente, Víctor Blanco, ocupa el cargo de Secretario General.
- Límite a los escándalos. La situación más sensible que atravesó Racing en los últimos años (el doping positivo y posteriores incumplimientos de Brian Fernández) fue tratada por el club con mucho tacto, intentando proteger al futbolista y tratando el problema con responsabilidad. Aunque pocos lo recuerdan, lo mismo había sucedido con el uruguayo Mario Regueiro, hundido por problemas personales en 2013. Pero no siempre fue así: basta con recordar a los chicos de inferiores pasando hambre en 1997, el redoblante que estalló en la cara de Daniel Lalín en 1999, los maltratos de Fernando De Tomaso a Gustavo Costas en 2007 o a Teófilo Gutiérrez sacando una pistola en el vestuario en 2012. Problemas, sí. Papelones, no.
- Los puntos negativos. Para que esta nota no parezca una publicidad a favor de los dirigentes o la falsa imagen de un club paradisíaco, es necesario aclarar dos cosas. La primera es que, si Racing mejoró tanto, es porque antes ha estado muy mal. Situaciones que para otros clubes grandes son habituales (ganar títulos, pelear torneos, no sufrir con los promedios), en Racing, durante décadas, han sido alegrías aisladas en medio de la oscuridad. Esta nota no compara a la Academia con otros equipos, sino consigo misma, con el Racing que, en un pasado reciente, estaba siempre más cerca del desastre que de la tranquilidad.
La segunda aclaración es que, aunque el club ha mejorado, sigue habiendo muchas cosas por mejorar. Una de ellas es común a casi todos los clubes: la violencia. Aunque la barra de Racing no es de las que más problemas ha generado en los últimos tiempos, usa al club para obtener poder y dinero. Sin ir más lejos, en abril fueron detenidos 11 mercenarios con entradas falsas y, mucho más grave, con armas. En octubre de 2016 hubo un enfrentamiento a balazos antes de un partido contra Patronato de Paraná. Al menos, el terrible crimen contra Nicolás Pacheco, asesinado en la sede de Villa del Parque en 2013, fue resuelto a finales de 2016, con la condena a los tres responsables del homicidio. Evidentemente, hay mucho por hacer en ese aspecto.
Lisandro López, al igual que Milito, volvió después de una exitosa carrera. Lo adoran.
Lo importante, claro, no es un eslogan ni un resultado: lo importante es que en el club se han tomado buenas decisiones, que esas decisiones generaron un efecto contagioso, y que ese efecto comenzó a verse y a sentirse en muchos rincones. Eso, algo tan sencillo y difícil a la vez, es el origen y fundamento de un cambio que está cumpliendo tres años. El origen y fundamento del Racing positivo.
Por Martín Estevez / Fotos: Archivo El Gráfico y Photogamma.
Nota publicada en la edición de Junio de 2017 de El Gráfico