Hijos de Bielsa
Ya en el año 2006, se hablaba del legado de Marcelo Bielsa. Muchos de los jugadores dirigidos por él en Newell’s comenzaban a dar sus primeros pasos en la dirección técnica.
“Nos hacía participar mucho con distintos ejercicios y nos estimulaba a pensar. Nos transmitió pasión por este juego, por la profesión. Sin dudas, influyó en nosotros para despertar esta vocación”.
Uno escucha hablar a Eduardo Berizzo, le advierte el tono, la pausa, el vocabulario y también la claridad conceptual, cierra los ojos y cree estar oyendo a Marcelo Bielsa en aquellas maratónicas conferencias de prensa en el predio de la AFA.
Uno repite el diálogo con Alfredo Berti y la sensación es igual. Y prolonga la charla con Mauricio Pochettino, con Ricardo Lunari, con Darío Franco, con Cristian Domizi (salvando su voz rasposa, con freno de mano puesto) hasta llegar al extremo de Gerardo Martino, que es idéntico al Loco en el andar, en la silueta, en el bendito jogging, “incluso en la pelada”, como asegura el mismo Tata, y la percepción resulta calcada: todos llevan un Bielsa metido adentro.
Y todos le rinden tributo como padre espiritual de su ideario futbolero. Y todos mantienen línea abierta (una línea habitualmente cerrada para el resto de los mortales) ante cualquier duda o inquietud, para que el bueno de Marcelo les acerque su consejo desinteresado.
Aquí están, estos son los hijos del Loco. La mayoría conoció al DT apenas salidos del cascarón, en las inferiores de Newell’s, justo en la etapa en la que están más capacitados para absorber conocimientos. Y con él debutaron en la Primera, fueron campeones, y hasta le siguieron los pasos en el exterior. Otros, como el Tata o como el Chocho Llop, se lo encontraron ya maduros. Igual, destacan su influencia decisiva.
Aquí están, estos son los hijos del Loco. Algunos ya dirigen, como Domizi y Franco. Otros están a punto caramelo para ingresar en el mundo insalubre de los directores técnicos. Y aquí descifran los fundamentos de su génesis bielsista.
TUS MARCAS EN MI PIEL
“Fue el que más me marcó, el que me dejó más conocimientos. Marcelo es una persona didáctica; el mejor entrenador de campo, lejos”, destaca Alfredo Berti, el cinco de aquel glorioso Newell’s, que espera la señal de largada para sentarse en el banquillo junto a su amigo Berizzo.
¿Cómo es eso de ser el mejor entrenador de campo? Contesta Berti: “Cuando va a entrenarse, todo jugador quiere que el técnico lo enriquezca con conceptos, con cosas nuevas, y él es una persona muy talentosa, que trata de resolver los déficit que ve en los partidos, generando sus propios ejercicios. Se ve fácil, pero se requiere de gran talento y preparación para que los ejercicios sirvan”.
Martino, el de más experiencia, resalta un factor tan importante como el futbolístico: “Yo no soy exclusivo de su camada, porque venía de tener al Indio Solari y a Yudica, en total me habrán dirigido 12 entrenadores, pero siempre señalo a Marcelo como mi gran referente. Marcelo te marca por una línea de conducta, que tiene que ver con la seriedad, el trabajo, la ética y la honestidad. Son valores que uno desearía encontrar en cualquier persona pero en este ambiente cada vez es más difícil hacerlo. Por eso, lo primero que resaltás de Marcelo, lo que seduce de él, son los componentes de persona. Y aparte es un excelente entrenador de fútbol”.
Cristian Domizi, hoy DT de la reserva de Arsenal, añade un par de elementos que explican por qué elige a Bielsa como el técnico más influyente en su carrera. “Por la táctica, por su liderazgo, por cómo analiza los partidos y porque nos enseñó cómo hay que vivir en el fútbol”, explica el Pájaro, y le da contenido a sus palabras: “Marcelo lidera por convencimiento. El te convencía de una forma que vos terminabas haciendo lo que él quería. Si veías algo marrón y él decía que era verde, lo terminabas viendo verde. El convencimiento es fundamental en esta profesión. Y la frontalidad, también. El te decía: no podés jugar por esto, esto y esto, no te franeleaba. Un día, en el Atlas, Ubaldi me confesó: ‘No lo aguanto más’. Yo lo tranquilicé. Al final, terminó siendo el mejor asistidor del torneo detrás de Aguinaga”.
Claro, convivir con semejante franqueza no debe resultar sencillo. “Bielsa te marca por todo –asegura Ricardo Lunari, a punto de arrancar como DT–, por lo dulce y lo amargo. Cuando te retaba con mucha vehemencia te hacía sentir incómodo y frustrado, pero lo cierto es que veía la falla y sabía cómo tenía que hacer para que uno mejorara. Lo que pasa es que el futbolista no está dispuesto a aceptar la sugerencia del técnico. Cuando sos jugador te hacen sentir rey en todos lados, entonces no le das bola a nadie. En el momento renegábamos, decíamos: el día que me retire nunca voy a ver un video. Y ahora estamos todos enganchados con esa onda. De alguna manera lo fuimos incorporando”.
Juan Manuel Llop, que al igual que Martino no es exclusivo del semillero Bielsa, valora el convencimiento y la metodología de trabajo del Loco. “Lo tuve a los 31 años y su contracción al trabajo y la convicción para plasmar sus ideas, la manera de expresar lo que pretendía para el equipo me llamaron mucho la atención. Fue muy diferente a lo que había tenido antes”, evalúa el Chocho.
“Todos los jugadores respetan dos cosas en los entrenadores: el conocimiento y la valentía al ejecutarlo. Y Bielsa reúne los dos atributos”, define Berizzo que, al igual que Simeone, desde su etapa como jugador se perfila como un interesante proyecto de DT.
“Como técnico quisiera parecerme a Bielsa. Trato de imponer su sistema, plantear un partido desde los entrenamientos y presionar, ser ofensivo”, reafirma Darío Franco, que desanda su primer año como entrenador de Primera en México.
TAREA PARA EL HOGAR
Para formarlos, para comprometerlos, para iniciarlos y para tantos otros fines que Bielsa debe haber elaborado en su mente, siempre había a mano un apunte o un video.
“En el Atlas –no olvida Domizi–, a mí y a Berizzo nos daba un casete y nos pedía: analicen estos partidos del Milan. Al Toto cómo achicaba atrás y a mí cómo atacaba, y otros rubros, como quién iba al primer palo, dónde arrancaba cierto jugador. Nosotros le pasábamos el informe escrito, con canchitas y todo, y él ya lo tenía hecho. Un día me pasó un video de Litmanen, cuando todavía no había jugado en el Ajax, para que viera sus movimientos. Hice lo que pude: él terminó en el Barcelona y yo en el Atlas”. Después de lanzar una carcajada, el Pájaro se pone otra vez serio. “Esto se perdió, lamentablemente, a muchos jugadores si les preguntás quién es éste o el otro, no saben nada, no les interesa, y así pierden unos datos que a la hora del mano a mano te podrían ayudar”.
Martino también se llevaba tarea a la habitación. “A un grupo de muchachos nos pedía que analizáramos los comentarios de los últimos partidos del rival de turno. Nos daba los suplementos de cuatro diarios y de El Gráfico y nos pedía que subrayáramos las características más salientes del rival. Era un elemento más que él tenía en cuenta a la hora de preparar un partido”, evoca el Tata.
“Buscaba involucrarnos de lleno en nuestro trabajo –diagnostica Pochettino–, comprometernos con el proyecto. No era muy normal, al principio nos parecía un poco pesado, pero después el domingo encontrábamos soluciones. En el fútbol hay patrones marcados y si te salís de eso, llega la crítica. Marcelo llegó con ideas nuevas y costó aceptarlo. Es una mentalidad muy cerrada la de este ambiente”.
Lunari confirma los preconceptos: “Al principio pensaba cómo Bielsa podía ver tantos videos, pero hoy me doy cuenta de que es una práctica espectacular. Bielsa me aconsejó que antes de empezar a trabajar le gustaría que yo tuviera una base de 100 o 120 videos vistos. Su generosidad es tan grande, que él mismo me prestó los del Newell’s 90-92”.
Por supuesto que el Loco con un video cerca puede hacer desastres. “Jugamos un amistoso en Tenerife –revive Lunari–, yo era nueve y ni la toqué. Me sacó en el entretiempo. A la mañana siguiente me llamó a la habitación y me mostró el video. En una jugada, se me ve a mí en el centro del campo con un defensor, agarró la pelota Zamora y yo desaparecí de la pantalla. El Negro siguió, tiró el centro, y llegó el defensor que me marcaba a mí; yo ni aparecí. Entonces me dijo: ‘Si usted hubiera corrido a la misma velocidad del central habría peleado esa pelota’. Yo creo que él veía los once jugadores, aunque no aparecieran. Uno rogaba no salir en cámara, pero él igual sabía todo”.
Claro que el video no era su única herramienta. “Todos sus entrenamientos tienen una elaboración diferente, es muy difícil el lugar común, no hay rutina, no te aburrís, antes de él había una semana mucho más estándar”, asegura Martino. Hoy, muchos de esos ejercicios (de técnica individual, de táctica, de todo) circulan de discípulo en discípulo como aquellos indispensables resúmenes que el “traga” del colegio preparaba para que después fueran directo a la fotocopiadora.
“Para sintetizarlo –grafica Pochettino–: te pone en las prácticas en situaciones reales de partido muy específicas. Muchos lo critican diciendo que intenta controlar el azar, pero lo cierto es que si controlás todo los demás factores, es más posible que el azar esté de tu parte”.
¿Vestir con equipo de gimnasia también es un requisito indispensable para llenar el formulario de bielsista químicamente puro?
“Yo me visto así porque está relacionado con la actividad que hago, el fútbol es un deporte”, simplifica Llop. “Para estos 90 minutos que últimamente son tan trágicos, imagino que uno debe querer estar lo más cómodo posible”, proyecta Berti. “Yo transpiro mucho, estar tipo casamiento no me cierra –detalla Martino–. Es curioso pero muchos dicen que soy un calco de Marcelo, hasta en la pelada. No sé, creo que si te sentís tan identificado con un tipo, es probable que incorpores hasta términos o formas de expresarse de él; sin copiar, pero lo sumás. Por otro lado, no es casualidad que tenga tantos discípulos, algo similar pasó con la camada del Ferro de Griguol en los ochenta”.
Como es un formador full time, el 0-800-Bielsa puede sonar en cualquier momento. Y allí estará el Loco para atender a sus pacientes.
“Si tengo alguna duda, yo lo consulto –asegura Domizi–. Una cosa que aprendí de él es que hay momentos para todo: para enfrentarse, para ser diplomático y para no dar concesiones. Un ejemplo, el manejo con representantes. El no quería concesiones ahí, le decía al dirigente: quiero a éste, éste y éste. Y listo. Eso lo veo excelente, porque si le das a uno, le tenés que dar a todos y después hablan cualquier cosa”. Clarito.
“Nos habíamos perdido un poco en el camino, y cuando se fue de la Selección le dejé un mensaje en el contestador para saludarlo –cuenta Lunari–. A los 15 minutos me llamó a casa. Me demostró ser una persona totalmente desinteresada, me brinda gratuitamente sus conocimiento, aprendí más en esas charlas que en el curso de entrenador”.
–¿Y cómo lo viste a Marcelo?
–Bien, muy entusiasmado, con más ganas de trabajar que antes. Creo que si le sale algo bueno, vuelve pronto.
El cierre deja planteada la inquietud existencial: “ser o no ser”... bielsista.
“No tenés que pensar el cien por ciento como él –define Lunari–. Yo soy bielsista porque comparto el amor por el ataque, ojalá pueda tener la capacidad de transmitir la pasión por este juego como él, que mis jugadores se lleguen a entusiasmar como lo hacíamos nosotros”.
“Es indudable que nos transmitió pasión, energía, sabiduría –agrega Pochettino–. Muy poca gente vive el fútbol como él. Es un privilegio y un orgullo haberlo tenido. Cuando hablo con gente del fútbol, les digo que les desearía a mis amigos que lo conocieran aunque sea un uno por ciento de lo que lo conozco yo”.
Y cierra Poche, revoleando una camiseta imaginaria: “¿Qué es ser bielsista? Un sentimiento, una pasión, como la del hincha cuando describe por qué defiende sus colores, es lo mismo”.
Aquí estan, estos son
El listado de los alumnos que crecieron con El Loco en Newell’s y su ocupación actual.
EDUARDO BERIZZO. Se retiró a mediados de este año tras jugar en el Cádiz. Hizo el curso de entrenador en México y España y está para arrancar como DT en dupla con Alfredo Berti.
DARIO FRANCO. Empezó como DT en las inferiores del Morelia (México) en 2004, este año tomó al primer equipo y ahora dirige a los Tecos de Guadalajara.
RICARDO LUNARI. Se retiró a fines de 2005 jugando en su pueblo, San José de la Esquina. Se dio un año de tregua (2006) para separar su etapa de futbolista de la nueva como DT, que podría ser con juveniles en Chile.
GERARDO MARTINO. El de más experiencia y el más exitoso. Dirigió Brown de Arrecifes, Platense, Instituto, Libertad, Cerro Porteño y Colón. Ganó 7 títulos en el fútbol paraguayo y fue postulado para ser el DT de la selección guaraní y de Boca.
CRISTIAN DOMIZI. Fue DT de Central Córdoba en el ascenso, de La Piedad (Segunda de México) y ayudante del Zurdo López en Arsenal. Hoy dirige la reserva del club de Sarandí.
ALFREDO BERTI. No volvió a jugar tras su lesión en Boca (1997) y desde el 2000 vive en su campo de Empalme Villa Constitución. DT recibido, espera arrancar en dupla con Berizzo.
JUAN MANUEL LLOP. Entrenador de Godoy Cruz, al que ascendió a Primera este año. Fue ayudante de Insua en San Lorenzo y dirigió a Newell’s y a Tacuary y Libertad, de Paraguay.
MAURICIO POCHETTINO. Se retiró a mediados de este año en el Espanyol, siendo el segundo futbolista con más partidos en los 106 años del club. Vive en Barcelona y estudia gestión y administración de empresas deportivas. El año próximo hará el curso para DT.
NORBERTO SCOPONI. Empezó como entrenador de arqueros, hoy es ayudante de campo de Rubén Romano en el Atlas de Guadalajara.
Fútbol, achuras y videos
La mayoria pide discreción y no entra en detalles. “Sí, pero esporádicamente”, responden, cuando se los consulta si lo ven a Bielsa. La razón es clara: por su bajo perfil, al Loco no le gusta que se publiciten esos encuentros, pero lo cierto es que casi todos consultan a su guía y en muchos casos hasta se prenden en maratónicas sesiones de fútbol, achuras y videos. “Nos juntamos en su casa, en una sala hermosa y comemos unos ricos asados –reconoce sin filtro uno de sus pichones, al que brindamos la protección del anonimato para que no sufra las represalias bielsistas–. Por ahí estamos ocho horas hablando, el tiempo se va volando. Les preguntamos de todo y Marcelo se brinda con una generosidad infrecuente. Las reuniones terminan en forma abrupta, cuando alguno mira el reloj y dice: ‘qué tarde se hizo’. Alguien que por lo general es Marcelo. Nos acompaña a la puerta y se despide hasta la próxima”.
EL DECALOGO
Una síntesis del credo bielsista, construido por sus discípulos. 1) Involucrar al futbolista, estimulándolo con tareas, y enriquecerlo con trabajos innovadores. 2) Liderar por convencimiento. 3) Búsqueda de variantes tácticas. 4) Dinámica: un equipo en movimiento permanente. 5) Valentía: un equipo que busca el resultado en todas partes. 6) Agresividad: un equipo que presiona en campo rival. 7) Solidaridad: todos se involucran en la problemática del equipo, aunque se trate de otro sector del campo. 8) Ocupación de los espacios: llegar siempre antes que el rival y la pelota. 9) Concentración y aplicación en pelotas paradas: el pateador debe saber dónde tiene que caer cada pelota y el cabeceador a qué sitio exacto ir. 10) La actitud como valor esencial para cumplir el lema “te agredo (te quito la pelota), te domino y te gano”.
Por Diego Borinsky (2006)
Fotos: Archivo El Gráfico.