¡Habla memoria!
Julio Grondona: Textuales
El 30 de julio de 2014, 50 días antes de cumplir 83 años, falleció el presidente de la AFA. Asumió en 1979 y trabajó hasta el último día. Aquí, lo recordamos con frases de su última entrevista, concedida en junio de este año a la revista partidaria de Arsenal, el club que fundó en 1957.
Nota publicada en la edición de septiembre de 2014 de El Gráfico
EN LA CANCHA del Rojo, donde fue presidente antes de llegar a la AFA.
“No sería lo que soy si no recordara de dónde salí. Cuando atiendo a alguien lo hago de igual manera, sea a uno de la D o a un dirigente internacional. Al de la D todavía lo atiendo distinto, porque tiene menos posibilidades”.
PORTADA de Arsenal Noticias, de junio de 2014, a la que Grondona le dio la última entrevista individual.
“En enero del 56, a mis veinticuatro años, murió mi padre y en enero del 57 estábamos dándole vida oficial con personería jurídica a Arsenal. Seguimos jugando en los potreros, con mi hermano Héctor, y ahí se empezó a complicar. Yo era el más cabrón de los dos y un día decidimos afiliarnos a AFA porque si no, teníamos que cerrar el negocio familiar. Terminábamos todos los partidos con discusiones y al otro día nuestros clientes eran muchos de los que habíamos enfrentado el día anterior. Cuando la gestación del club pasó a ser para nosotros una cosa de cierta envergadura, los muchachos me pusieron a dirigirlo en la parte institucional”.
“Nunca en mi vida pensé que iba a ver esta situación de Arsenal, tanto en la parte política como deportiva”.
PASEANDO en la India.
“Más que una habilidad puede haber una capacidad, una intuición, un montón de cosas que te llevan a tener una facilidad como puede tener aquel que hace los muebles y los va tallando. Eso es lo que me puede pasar a mí. Yo soy un tipo común”.
“En estos 35 años logré la tranquilidad de la imparcialidad. No voy a la cancha para no tener que aguantar alguna cosa y que el culpable fuera yo por generar influencia. Por eso dejé de ir. Después, yendo a ver un partido, no me entero de los demás. Quedándome en casa, me entero de todas las cosas y el lunes, cuando los clubes vienen a quejarse, ya sé cómo atenderlos sabiendo qué pasó”.
EL FAMOSO ANILLO con la leyenda "Todo pasa", que utilizó durante muchos años hasta el fallecimiento de Nélida, su esposa.
“Los que hablan son los que menos hacen, se dedican nada más que a criticar, creando fábulas. Afortunadamente puedo ir caminando por la calle tranquilo y sin ningún problema”.
“En mi vida fueron fundamentales dos cosas: la muerte de mi padre y mi casamiento”.
“Nunca dirigí un equipo pero como presidente en Arsenal, quizás por mi forma de ser, siempre fue respetada mi opinión. Cada uno en su función, pero el que manda es el presidente”.
“Mi viejo desconfiaba del que venía a comprar a la ferretería vestido de saco y corbata, me decía ‘ese no va a pagar’. El confiaba en el laburante. Y le fiaba. Yo aprendí eso y a los alcahuetes de turno, a esos que se te acercan por interés, los tengo bien calados”.
CON BILARDO, campeones en México 1986.
“Una vez que fui elegido presidente, los militares de turno me llamaron para decirme que estaban de acuerdo con mi designación y yo les manifesté: ‘¡Por ustedes no voy, yo voy por los clubes!’. No fuera cosa que pensaran que yo agarraba porque ellos estaban de acuerdo. Ellos, al parecer, habían tanteado a otra persona antes, que no quiso saber nada. Todavía eran tiempos en que no había tantos éxitos deportivos y no les interesaba mucho meterse en el fútbol. Esto es para algunos que dicen que me puso fulano o mengano. ¡Mentira! Yo no fui dirigente de nadie. Fui electo por decisión unánime en 1979 por los dirigentes de fútbol, mis colegas”.
“En 1983 me quisieron llevar como candidato a intendente de Avellaneda. Nos reunimos y les agradecí. Les dije que la política no era lo mío. En esa conversación uno de ellos me dijo ‘Vení, si dentro de cuatro años te van a echar de AFA’. Un visionario, ¿no?”.
EN LA FERRETERIA familiar en Sarandí.
“Esto (la ausencia de su mujer) es lo más duro que estoy pasando. Forma parte de mi vida. La conocí cuando yo tenía 17 años y ella 14. Fueron 68 años, toda una vida que tengo presente en cada momento. Cuando murió, me saqué el anillo. Todo no pasa. No me lo pongo más. Las cosas materiales pasan, pero las espirituales no. Por ahí alguna pasa más ligera que otra, te acordás menos, porque la vida te va llevando. Pero me voy a ir con el máximo recuerdo de todo”.
“Lo dijo una vez mi mujer: Arsenal fue el cuarto hijo que no tuvimos. Y Arsenal penetró en nuestra familia porque ha desplazado a todo. Independiente pudo haber sido mi padre, pero Arsenal pudo haber sido mi hijo y el amor al hijo es superior al amor al padre”.
Fotos: Archivo El Gráfico