2003. Chino básico
“Burgos dejó un espacio vacío –dice– y lo quiero para mí”, asegura Sebastián Saja que estaba teniendo un gran presente en San Lorenzo y pedía Selección a base de buenos rendimientos.
![](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/05/a5/05a52ea5a924d49eee97c87b31b592381a25b41e.jpg)
Sebastian Saja baja del auto y camina como se debe en Almagro. Despacio, censando las baldosas. Es el mediodía plomizo de un miércoles de febrero y el pelo, levemente húmedo y arremolinado, delata la ducha posterior al entrenamiento con San Lorenzo. Ha elegido una chomba fucsia y unas bermudas blancas de lino para acompañar a los zapatos náuticos, que no parecen estridentes encima de una piel que, extrañamente, no acusa el recibo de un bronceado. Lleva adherido un reloj discreto en la muñeca izquierda, enredado en una cadenita dorada, y el anillo del flamante casamiento con Noelia brilla en el meñique de la misma mano. Sabe que a la charla le sucederá una sesión fotográfica y no le dio rebote a ningún detalle. Trajo buzo, pantalón, medias, guantes y botines. Ni un productor lo hubiera hecho mejor.
Cuando se ríe es fácil deducir por qué le dicen Chino a este descendiente de italianos: los ojos se le rasgan y los músculos faciales acompañan la composición oriental con una armonía asombrosa. Lo difícil es entender por qué lo llamamos Sebastián si el documento dice que su primer nombre es Diego: “Todos me dicen Sebastián porque ése era el nombre que habían elegido. Pero cuando mi viejo fue al Registro Civil y le preguntaron cómo me anotaba, se le ocurrió decir Diego Sebastián. La culpa es suya”.
Durante la charla dirá que está en Primera hace “tres años”, porque ése es el lapso transcurrido desde que se entrena con el plantel principal de San Lorenzo. Pero desde su debut real –1º de octubre de 2001– sólo pasó un año y cinco meses. Días más, días menos, el 10% de la vida útil de un arquero. Supuestamente, Saja surfea las olas más embravecidas del oficio. Esa adolescencia donde el acné son los goles tontos, donde se desvirgan las mil y un macanas.
![Imagen Sus primeras armas en Primera División.](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/c9/fd/c9fdf6cfa520a6f2aea9298e556af8d43192528b.jpg)
Sin embargo, este geminiano nacido en Brandsen parece dispuesto a quemar las páginas del viejo manual. Protagonizó algún que otro blooper –¿remember la salida con Olimpo?–, verdaderas insignificancias ante la estatura de otros argumentos. Lleva ganados tres títulos –dos de ellos internacionales– encarnando el papel del muchachito de la película. Se perfila como el más eficiente arquero-goleador post José Luis Chilavert, que, a la edad del Chino, como puede verse aparte, podría merecerse una de sus propias frases de cabecera: “Tú no has ganado nada”. Y empezó a escribir, con trazo firme y cauteloso, su historia en el arco de la Selección. Tres palos inmensos dentro de un área de magma verde, que no tienen un referente indiscutido desde las hazañas mitológicas del Pato Fillol. Un vacío que Saja, por personalidad, carisma y potencialidad técnica, podría ocupar no bien llene la solicitud de la experiencia. Eso creen –ver páginas 26 a 31– el 43,8% de los hinchas encuestados por El Gráfico.
¿Será el comienzo de la era Saja, un segmento sustancial en la vida de la Selección? Dependerá del Chino, que por ahora prefiere ir paso a paso, pelota a pelota, pregunta a pregunta...
–¿Cuáles fueron tus sensaciones después de atajar en los tres partidos de la gira?
–Crecí como jugador. Vine muy conforme con mi actuación y con el trabajo hecho en el mes y medio previo. Conocí mejor al cuerpo técnico, cosa que en la anterior convocatoria no fue posible, y quedé muy esperanzado en que esta gira me abra mucho más las puertas de la Selección.
–¿Cambiaron las expectativas con respecto al año pasado, cuando Bielsa te llamó para jugar contra Gales?
–Totalmente. Ojo, aquella vez también fui motivado. Era mi primer partido en la Selección y, a la vez, mi única ficha para llegar al Mundial. Si rendía por ahí me daban una chance más. Pero las cosas no me salieron bien. No pude aprovechar la oportunidad.
–¿Eso te bajoneó?
–Lo tomé con tranquilidad por mi juventud. Si en vez de 22 hubiera tenido 30 años, seguro que me hubiera dolido una enormidad porque hubiera sido la última chance de mi vida. Pensé en positivo: lo voy a tomar como experiencia, me sirve para el futuro, ahora tengo que deslomarme para el próximo proceso. Y fue así. Con Gales rompí el hielo de mi primer partido en la Selección y eso me permitió rendir con más soltura y seguridad este año. No me deprimió quedar afuera del Mundial. Yo no había tenido participación en los cuatro años anteriores, cosa que sí hicieron los tres que fueron a Japón. Merecían ir ellos. Pero ahora es distinto.
–¿Por qué?
–Siento que largué la carrera desde la primera vuelta. Es un desafío superior. Hay una puerta abierta y el futuro depende más de mí. Aunque se vengan competencias importantes a mediano plazo, el objetivo de todos los procesos es el Mundial. Y hasta 2006 hay un lapso prolongado que me da tranquilidad. Fui a la gira seguro de que no iban a ser mis únicos tres partidos. Ahora espero meterme poco a poco en el grupo de la Selección.
–¿Decís en la Selección A o...?
–Eso de la primera y la segunda Selección es una cuestión de la gente o del periodismo. Si está la camiseta argentina, es la Selección.
–A propósito de eso, en Gales te tocó estar con los jugadores que después fueron al Mundial y ahora integraste un grupo de novatos. ¿Notaste diferencias en el trato de Bielsa con unos y otros?
–En Gales estuve con el 60% del plantel que fue a Japón, con todos los consagrados. Y ahora fui con 20 debutantes, ya que Gaby Milito y yo éramos los únicos que habíamos estado en una convocatoria anterior. Si hay algo que rescato de la gira es el trato que tuvieron con nosotros. Digo desde Bielsa hasta el último de sus ayudantes. Nos consideraron como a los consagrados. El trabajo fue el mismo, la exigencia fue la misma, la dedicación fue la misma. Nos hicieron sentir jugadores de Selección, no de segunda.
–Muchos jugadores definen a Bielsa como un entrenador especial. ¿Vos con qué te encontraste?
–Con un tipo de gran seriedad y responsabilidad en el trabajo. Que le exige el máximo de su potencial al jugador. Un técnico muy transparente.
–¿Eso qué quiere decir?
–Que siempre juega el que está mejor. Le da un gran respaldo y también rescata para el grupo el valor del que se queda afuera. El jugador no es tonto. Sabe cuándo merece jugar y cuándo no.
–¿Te sorprendió en algo?
–Sí, con la simulación de jugadas. Me hizo entrenar de un modo inusual para un arquero.
–Explicalo mejor.
–Generalmente, los arqueros trabajamos aparte en los clubes. Diez pelotazos a un palo, diez pelotazos a otro... Marcelo hace diferente. Independientemente del trabajo específico, simula jugadas en ofensiva con oposición de adversarios, en este caso los sparrings. Y eso le sirve mucho a un arquero.
–Por ejemplo...
–No es lo mismo salir a cortar un centro con una defensa fantasma, cuando nadie te molesta, que hacerlo con escollos como los que después vas a encontrar en la cancha. Los técnicos siempre hacen trabajar a los delanteros sin oposición. Marcelo involucra a todas las líneas, incluso al arquero. Para mí fue muy útil. Me sentí mejor integrado al equipo, más concentrado en el juego. Es difícil encontrar trabajos que simulen la tensión y las dificultades que encuentra un arquero en un partido. Y él lo logra. Que te tiren ocho pelotazos en dos minutos te puede ayudar para los reflejos, pero en ningún partido te patean ocho veces en dos minutos.
![Imagen El debut oficial en la Selección, ante Gales, previo al Mundial 2002.](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/7b/e8/7be826015d5dfd60c1c18e7b4c5c86c60014f8f3.jpg)
–¿Y qué le pide Bielsa a un arquero? Uno se lo imagina más fácil pensando en un equipo de Menotti, no tanto en uno suyo...
–No es muy difícil de suponer. Argentina ataca siempre, presiona mucho en campo rival, así que defiende mucho territorio con pocos jugadores. Entonces el arquero de un equipo de Bielsa debe estar muy concentrado, ya sea para reaccionar como un líbero o para tapar las dos o tres pelotas que te llegan por partido. No podés fallar.
–Siempre se dice que los jugadores de Selección deben adaptarse al ritmo internacional. En un jugador de campo está clarísimo, tal vez deba asimilar otra dinámica de juego. ¿El arquero de la Selección también se debe adaptar al ritmo internacional?
–Hay que adaptarse, nomás. Es diferente atajar en San Lorenzo que en la Selección. Cuando te ponés ese buzo con el escudito de la AFA se juegan otras cosas. Ojo, no es casual que los principales arqueros de la Selección hayan pertenecido a equipos grandes. Están acostumbrados al protagonismo y a la presión. La diferencia es que el club te da revancha todos los domingos y la Selección no. Los errores son más evidentes, los comenta todo el ambiente y la revancha se te complica. Más que al ritmo, el arquero se tiene que adaptar a una presión superior.
Al principio no menciona la palabra clave, pero es obvio a qué se refiere: personalidad. Esa radiación mágica que fortifica el propio espíritu, seda el de los compañeros y jaquea al de los rivales. El Chino tiene su carácter desde muy chico. Podría decirse que desde los 3 años, cuando iba a los cumpleaños de los amiguitos sólo para volar atrapando globos. No le interesaban las sonrisas burlonas ni estropear la ropa impecable que le ponía mamá Diana. Volaba y volaba. Ya de grande, transformado en arquero de las inferiores de San Lorenzo, se jactaba del sacrificio diario para ir a entrenarse: tomaba un micro y dos trenes para recorrer los 86 kilómetros y cuatro cuadras de ida y vuelta. Los tenía contados. Y tiempo después, convertido en profesional y entreverado en el oficio de arquero pateador, se animó a interrumpir la charla técnica de Oscar Ruggeri con una pregunta impregnada de confianza: “Dígame, ¿si hay un tiro libre le pega Saja?”.
Algo de esa fortaleza interior percibieron quienes lo acompañaron en esta gira de pies de plomo y guantes de cuero. No fue casualidad que luciera la cinta de capitán luego de la expulsión de Gabriel Milito frente a Honduras. En los clubes, el capitán lo elige el técnico. Pero en la Selección opinan los jugadores. Antes del primer partido, cada uno escribió su voto en un papel y se lo entregó al profesor Luis Bonini. Anotaron tres nombres y no uno porque el hermetismo de Bielsa impedía avizorar quiénes serían los titulares. El resultado del escrutinio después se vio en la cancha: Gabriel Milito, Nicolás Burdisso y Sebastián Saja.
–De afuera da la sensación de que desbordas personalidad. Después del macanón que te mandaste con Olimpo, que pagaste con un gol, hiciste una nota en broma para Olé, acompañado por un par de policías. Como si nada pudiera quebrarte.
–A ver... Cuando cometo un error, lo primero que hago es asumirlo para no reincidir. Pero después no me cargo mal, sé que errores voy a tener muchos. Más que cometerlos, lo importante es no repetirlos. Lo de Olimpo me puede pasar una vez, no dos. Tengo claro que no debo paralizarme por una falla, necesito recomponerme rápido. Si el arquero reflexiona demasiado sobre el error está frito. Es el jugador más expuesto al error. Cuando me equivoco lo proceso, pero enseguida hago borrón y cuenta nueva. Por eso me enganché con la nota en joda.
–Cualquiera podría pensar otra cosa, que te equivocás y te da lo mismo.
–No, actúo así porque tengo una personalidad fuerte. Ninguna macana me resulta indiferente, al contrario. Soy muy autoexigente y las fallas me fastidian. Pero trato de cultivar el don de superarlas. Los grandes arqueros de la historia han sido aquellos que mostraron personalidad. Un arquero sin personalidad no puede triunfar.
–¿Por eso te animaste a patear el penal en la final de la Mercosur con el antecedente de haber errado en la final del Torneo Esperanzas de Toulon?
–Seguro. El de Toulon fue el primero que tiré. Encima no entró y por eso perdimos el título. Otro tipo, más siendo arquero, hubiera dicho nunca más. Yo no. Tengo una confianza ciega en mis condiciones. Y agradezco el respaldo que me dieron los entrenadores para patear. Los tres me bancaron. El Cabezón Ruggeri fue el primero y lamento que no nos hayan cobrado alguno cuando estaba él. Pellegrini me dijo una gran verdad: “El arquero primero está para atajar y después para patear”. Pero en esa final me dejó el penal clave, que ayudó a quebrar los 93 años sin títulos internacionales para San Lorenzo. Y ahora tengo la suerte de que Insua también me respalde. Espero no mufarme, pero metí todos, salvo el primero.
–¿De dónde te salieron las ganas de patear?
–Me gustó siempre, de chico. Con los otros arqueros del club, Orión y Ramírez, somos de quedarnos después del entrenamiento para hacer campeonatos de penales. Y de pibe miré mucho a Chilavert...
–Tuvo mucha influencia.
–Chila rompió el molde. Fue el primero, el que motivó a los demás. Y también era el que mejor lo hacía, por encima de cualquier jugador de campo. Para qué lo voy a negar: fue uno de mis referentes. Por la pegada y por la personalidad.
–Alguna vez dijiste que no eras el segundo Chilavert, que buscabas tu propio estilo. ¿Ya lo encontraste, cómo lo definirías?
–Para imponer un estilo tienen que pasar varios años. Y yo recién llevo tres en Primera. Más allá de notar que la gente me reconoce un modo propio de sentir el puesto, necesito recorrer más camino para marcar una huella. Chilavert se impuso después de ganar todo con Vélez, igual que Gatti o Fillol... Mi ambición es que en el futuro se me recuerde como un arquero que marcó un estilo. Yo no creo en la división tajante: salidores o atajadores. Hay más matices, son muchas las virtudes que pueden distinguir a un arquero. Hoy trabajo para ser lo más completo posible.
![Imagen El tercer guante. Saja y su medallita de la suerte. La besa en todos los partidos.](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/d6/e7/d6e7fe134e7ecdb3cb740eacc93616e20d8a3a34.jpg)
–Y eso incluye patear penales y tiros libres.
–Por supuesto.
–¿Cuánto calzás?
–42...
–O sea que rompés con el mito de que los buenos pateadores tienen pie chico, como Chilavert.
–No te creas, ¿eh? Soy grandote, mido 1,88. Proporcionalmente, los botines 42 no son una canoa.
–Chila fue un referente. ¿Y los otros?
–El Flaco Passet fue importante. Atajaba cuando yo estaba en inferiores y era alcanzapelotas en Primera. Lo miré mucho y después, cuando yo subí, nos entrenamos dos años juntos y le saqué el jugo. Campagnuolo me gusta mucho, aprendí mucho de él, incluso peleando el puesto. Oscar Córdoba es otro monstruo que miré bastante. Y de afuera admiro al holandés Van der Sar, un tipo muy sobrio, que siempre hace lo mínimo para responder al máximo.
–¿Se aprende más mirando o preguntando?
–De las dos formas. En inferiores lo tuve al Mono Irusta como entrenador de arqueros. Obviamente, a su edad no se podía tirar. Pero te cuentan experiencias y te van guiando.
–Para la gente sos algo así como el Chila bueno. Atajás bien y sos goleador, pero no tenés problemas con nadie. ¿Cómo te cae esa definición?
–Je, eso del Chila bueno me lo dijeron varios por la calle. Qué sé yo... sus provocaciones son una forma de jugar, un modo de sacarles ventaja a los rivales. Pero dicen que afuera es un tipo fenómeno, un excelente compañero. Y todos lo quieren tener en su equipo. El que lo niega, miente. Yo no soy de provocar o hacer calentar a los rivales. Me concentro más en otras cosas, aunque no sé qué pasará con los años. Por ahí me vuelvo más protestón y quisquilloso.
Del cuello de Saja pende su talismán más preciado: una cadenita de oro con una medalla en forma de guante. “Los jugadores siempre tienen una pelota. Pero el guante es más original y tiene que ver con lo mío”, dice el muchacho que ya va por la segunda versión y prepara la tercera. “La anterior –cuenta– me la robaron en la cancha durante el festejo del Clausura 2001. Después me hice ésta, que ganó las dos copas internacionales.”
Cuando Saja dice “ganó” hay que tomarlo literalmente, ya que besó el guante dorado antes de cada partido y cada definición por penales. ¿La tercera versión? Pronto, muy pronto. El Chino es muy detallista y en la medalla esculpió el símbolo de la marca de guantes que utiliza cada domingo. Pero acaba de cambiar de firma, así que se viene el borrón y tallado nuevo... La tribulaciones sobre la medallita marcan un cambio de frente en la conversación. Ahora se habla de San Lorenzo...
–Estamos bien. Debemos mejorar algunas cosas, pero somos candidatos para ganar el campeonato.
–¿Da bronca ver la Copa desde afuera?
–Sí, mucha bronca. San Lorenzo rompió el maleficio de los títulos internacionales y está en el punto justo para jugarla. Nos aliviamos mucho después de sacarnos esa mochila. Ya lo dije el año pasado: ahora somos un equipo copero. Pero la bronca que tenemos debemos usarla como motivación para sumar los puntos que nos aseguren la clasificación para la próxima. No se banca estar afuera, lo lindo es mirarla de adentro.
–También dijiste que estaban en condiciones de concretar un ciclo como el primero de Bianchi en Boca. Desde entonces, se fueron jugadores y superaron un cambio de técnico. ¿Sentís que ese círculo todavía no se cerró o tienen que abrir otro?
–Eso lo dije después de ganar la Mercosur, cuando todavía estaba Pellegrini. Luego pasaron cosas: se fueron Romeo, Ameli y unos cuantos que eran importantes; partió Manuel y llegó Insua. Parecía el final de un ciclo. Pero cuando enganchamos la propuesta de Rubén y conseguimos la Sudamericana, sentimos que el ciclo todavía no terminó. San Lorenzo aún mantiene algo de la estructura de ese gran equipo del 2001. Salvo un central, conserva la columna vertebral: Acosta, Michelini, el Pipi Romagnoli... Y la Sudamericana nos puso muy fuertes. Por eso duele no jugar la Libertadores.
–En algo habrán fallado, si no estarían...
–Sí, seguro. Descuidamos la competencia local para ganar las copas. Ahí se nos fueron puntos valiosos. Igual estamos de cara a dos objetivos importantes: el Clausura y la Recopa Sudamericana, que se juega en julio contra Olimpia. Por eso digo que el ciclo no está cerrado.
–¿Cuánto mérito tiene Insua y cuánto los jugadores?
–Está repartido. Fue clave que el grupo no se quebrara. Yo diría que no de ahora, sino que desde la época de Pellegrini que el plantel es muy unido y humilde. Teníamos infinidad de problemas, tanto institucionales como deportivos, y nos armamos muy fuertes de puertas para adentro y para afuera. Cuando vendieron a otros muchachos los que se quedaron hicieron un esfuerzo enorme para que ese espíritu no se rompiera. Fijate que el ciclo de Insua arrancó muy criticado, pero la mentalidad y la unión de todos nos hizo revertirlo hasta conseguir un título internacional.
–¿Tiene razón Bianchi cuando dice que San Lorenzo e Independiente son los candidatos para el Clausura porque compiten en un solo torneo?
–Bianchi es un vivo bárbaro. Por ahí quiere sacarse un poco de responsabilidad. Aunque jugara la Copa, San Lorenzo sería candidato. Igual que los otros grandes que juegan dos cosas.
![Imagen Producción para El Gráfico.](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/d5/db/d5dbb9e7229d8e1106b1b920db9b6836ff7eee32.jpg)
Por el estudio fotográfico pica una pelota Signia, el nuevo “esférico”, dirían los relatores de antaño, del torneo local. La típica de los arqueros es quejarse por el cambio, pero el Chino minimiza el matiz: “Siempre hay una diferencia, pero a los dos partidos te acostumbrás. Algunos colegas chillaron por la velocidad. A mí me sorprendió más el cambio de color. Como no es tan blanca y con Central jugamos de noche, se me dificultó verla... Bueno, de hecho la tuve que ir a buscar dos veces adentro, je...”
Cuando Saja toma la bocha con sus manos desnudas sorprende un detalle. Tiene dedos finos, largos, perfectos. Sin las huellas de torceduras tan propias de su oficio. La hace picar una, dos, tres veces. Y justo clava la vista en el escudo de la AFA impreso en su superficie. Buen pie para seguir hablando de la Selección...
–¿Te sorprendió haber ganado por tanto margen en la encuesta de El Gráfico?
–Me pone contento, es una gran alegría que te reconozcan. Estoy acostumbrado al cariño de la gente de San Lorenzo, pero me enorgullece pensar que también me votaron hinchas de los otros equipos.
–¿Eso qué te genera?
–Una gran responsabilidad. Tengo que crecer para agradecer esa confianza. Sé que no alcancé mi techo. Hay mucho por delante, demasiado por aprender. Quiero seguir ganando cosas. No perdí el hambre ni las ganas de alcanzar objetivos en el fútbol. Supongo que me reconocen por lo hecho, pero también sé que el fútbol es el día a día, el examen constante. Hay que disfrutar el momento sin dejar de remar.
–Cavallero, que salió segundo, es uno de tus competidores por el puesto y conoce a Bielsa de la época de Vélez. ¿Cómo lo ves? ¿Cómo te ves vos con relación a él?
–A Pablo lo veo bien. Hace tiempo que trabaja con la Selección, se ganó el lugar. Yo me siento confiado y capacitado para pelear un lugar y meterme de a poco en la Selección. Primero quiero ser un jugador de Selección, un tipo al que convoquen siempre. Y después pelear la titularidad lealmente, como corresponde. Burgos dejó un espacio vacío con su renuncia y lo quiero para mí. Me lo quiero ganar.
–¿En qué se diferencian?
–Cavallero es más conservador, yo soy de arriesgar. No es ni mejor ni peor, es diferente. Tengo tendencia a salir, siento el puesto arriesgando permanentemente y lo seguiré haciendo.
–Aunque a veces te tilden de irresponsable.
–Seguro. Estoy convencido de que mi personalidad y mi carácter me ayudan más de lo que me perjudican.
–¿Qué deberías mejorar?
–Tengo varios puntos para pulir, pero el primordial es elegir mejor cuándo arriesgar y cuándo no, así disminuyo el margen de error. También estoy aprendiendo a manejar los momentos: cuándo enfriar, cuándo acelerar. Son aspectos que se incorporan a través de la experiencia. En líneas generales, creo que todos los arqueros debemos mejorar nuestra respuesta en el juego aéreo.
–Algunos sostienen que un punto a favor tuyo es el carisma. Cavallero es demasiado sobrio, pareciera que no contagia.
–¿El carisma? Puede ser, pero un técnico no decide por carisma.
–El último gran referente del arco argentino fue el Pato Fillol. ¿Llegó a entrenarte?
–No. Se incorporó al cuerpo técnico cuando terminé mi etapa de juvenil. Y ahora le tocó trabajar con los chicos del Sub-17, mientras nosotros lo hicimos con Claudio Vivas y los sparrings. Ojalá me pueda entrenar con él y escucharlo. Vi sus videos, sé todo lo que significó para Argentina. Los grandes arqueros, los que hacen historia, atajan en los partidos decisivos, como hizo el Pato en la final del Mundial 78. Me gustan los que sacan una pelota que te da el campeonato.
–En la carrera por el arco de la Selección, y para empardarte en condiciones con Cavallero y Bonano, ¿te ayudaría una transferencia al exterior?
–No veo que sea determinante. El jugador de campo tal vez crezca más en una competencia europea. Por lo general, los grandes arqueros de la Selección eran de equipos argentinos: Fillol, Pumpido, Islas, Goyco, Bonano antes de ir al Barcelona... No siento que estar en San Lorenzo me impida ser titular en la Selección. El beneficio de Europa es la competencia permanente con los principales delanteros del mundo. Por ahí jugás tres veces por año contra Henry, Del Piero, Raúl, Owen, Inzaghi, Trezeguet... Acá tenés una sola chance: ganar la Copa Libertadores y enfrentarlos en la Intercontinental. Pero para llegar a eso hay que ligar muchísimo...
–Por las dudas, ya tenés el pasaporte listo. ¿Cómo es vivir con un apellido nuevo?
–Je, todavía no lo experimenté… No ligué ningún viaje desde que me lo dieron. Adentro seré Saja, pero afuera soy Saia, con “i”. Carmelo, mi bisabuelo, se vino de Italia durante la Segunda Guerra Mundial. Saia era su verdadero apellido, pero acá lo anotaron mal. Le enchufaron una jota y todos piensan que somos turcos, pero nada que ver. Por suerte la diferencia es una letra, casi no se siente. Me hubiera resultado difícil aceptar un cambio como el de Bruno Giménez, que ahora es Bruno Marioni. Saja... Saia... No es tanto...
![Imagen Se hace gigante en un entrenamiento de San Lorenzo.](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/85/08/8508f666421f72bd1bcb213cef317bf32c6a8bce.jpg)
Tiene razón. Apenas un leve corte en la jota a la altura del renglón. Una sutileza de cara a lo más trascendental respecto al nudo de nuestra charla: el Chila bueno y la Selección. El Chino será Saja o será Saia, depende su lugar en el mundo. Pero siempre será Diego Sebastián. Y eso sí que suena premonitorio. Hace tiempo que la Selección anda necesitando un Maradona en el arco...
Los arqueros de la era post Fillol
Nery Pumpido (1983-90)
Si se le suman los 13 partidos disputados antes del retiro de Fillol se llega a las 38 presencias. Sobrio y confiable, nunca descolló ni generó excesivo entusiasmo. Campeón mundial 86, es el de más presencias mundialistas (9).
![Imagen Pumpido](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/d9/13/d913c9b288647588d2c4304a0ec4e94c2c104eae.jpg)
Luis Islas (1984-94)
Uno de los mejores dotados técnicamente, nunca se consolidó por su conflictiva personalidad. Desperdició la chance de ir a Italia 90 porque no quería ser suplente y en el 94, cuando tuvo la chance, falló en los momentos clave.
![Imagen Islas](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/cc/a4/cca4054f7b4016856a62b6d19903cd554b03d03a.jpg)
Sergio Goycochea (1987-94)
El que más jugó en la era post Fillol. El de mayor cantidad de partidos consecutivos (17). Muy volador y carismático, su mayor virtud era contener penales. Atajó en un solo Mundial (90; fue héroe) y ganó 2 Copas América.
![Imagen Goycochea](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/db/a1/dba1c563d9c3396109bfb4bef2559832b831f830.jpg)
Julio Cesar Falcioni (1989)
Tuvo una aparición fugaz en el final de su carrera, con Bilardo de técnico. Atajó un solo partido, un amistoso ante Colombia que Argentina perdió 1-0, por lo que ostenta el curioso record de 0 % de efectividad en la Selección.
![Imagen Falcioni](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/a6/17/a617c86da4fabe5ad902695aec150e529cfebd51.jpg)
Alejandro Lanari (1991)
Está inscripto en el club de los que defendieron el arco de la Selección una sola vez. Fue en la Copa América de Chile 1991, con Basile de entrenador: 3-2 a Perú. Un arquero normal, que nunca se destacó del pelotón del medio.
![Imagen Lanari](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/9c/b6/9cb6db4cfbb8305b747ad747fb90ec9a37ac2833.jpg)
Gustavo Bossio (1994-96)
Uno de los 9 arqueros utilizados por Passarella, el DT que más probó en su ciclo. Es uno de los símbolos de la inestabilidad en el puesto que signó estos últimos tiempos. De hecho, su trascendencia desde entonces fue casi nula.
![Imagen Bossio](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/6d/47/6d47c0067a7579014dd5cc19425ea15726c398ce.jpg)
Rolando Cristante (1995)
Antes de viajar a México, donde consolidó una importante trayectoria, Passarella lo probó en una Copa América y decidió descartarlo. Otro síntoma más de la escasez en la materia de los tiempos recientes.
![Imagen Cristante](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/87/ef/87ef069f74a355fda4898557de076100b05bcf82.jpg)
Oscar Passet (1995-96)
La convocatoria le llegó en su mejor momento, cuando hacía valer el peso de su experiencia en San Lorenzo. Fue el primer arquero en las eliminatorias de Passarella, pero no fue más allá del partido inicial. Y allí terminó su ciclo.
![Imagen Passet](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/67/8d/678da7d7665c2344a7b826da3f3ee50d2364270a.jpg)
German Burgos (1995-02)
Segundo en cantidad de partidos (36) detrás de Goyco, fue un “infaltable” en los dos últimos ciclos pero no atajó ni un minuto en los mundiales. De gran personalidad y reflejos, era capaz de cometer el error menos pensado.
![Imagen Burgos](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/2c/c0/2cc0376a16a776abcf822a2b1a54bf4960b198db.jpg)
Roberto Bonano (1996-03)
Tuvo su cuarto de hora en las últimas eliminatorias, pero no se afirmó. Su inactividad en el Barcelona le hizo perder el puesto con Cavallero en el Mundial. Buen atajador, siempre le faltó “algo” para dar el salto. Hoy es el 2º arquero.
![Imagen Bonano](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/15/cf/15cf3c922f71afe08578827690210a7c0088f274.jpg)
Pablo Cavallero (1996-03)
Es el actual dueño del arco, después de consolidarse en el Mundial, donde tuvo una buena actuación. Con experiencia europea y completo técnicamente, su pecado es la falta de carisma por haber jugado poco en Argentina.
![Imagen Cavallero](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/d7/42/d742814e3d4edaa02648338d255ba7280ba3ea8d.jpg)
Ignacio González (1997)
Fue convocado en el momento más caliente de las anteúltimas eliminatorias y participó activamente en el bochorno de La Paz (el día del corte de Cruz). Sus virtudes: gran temperamento y potencia para ejecutar penales.
![Imagen Ignacio González](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/b6/bc/b6bcb5624cd2d73381833534fad60bcfdbbe6a77.jpg)
Marcelo Ojeda (1997)
Passarella lo convocó para la Copa América de Bolivia junto a un equipo alternativo, cuando se rumoreaba que podía atajar para España. Pareció, más que nada, un gesto para asegurárselo para el país. El tiempo lo corroboró.
![Imagen Ojeda](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/e0/e4/e0e4c6749f54b468eb9f03b0b113f8715871d643.jpg)
Carlos Roa (1997-99)
Afiliado a los “atajadores” se destacó en el Mundial que le tocó ser titular (98), donde fue héroe en la definición contra Inglaterra. Cuando pintaba para quedarse con el arco por mucho tiempo, cambió el fútbol por la religión.
![Imagen Roa](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/f4/b8/f4b84ff2ebdd4b9c99d1d5b8416da0ad34304551.jpg)
Medidos por la misma vara
¿Qué tan monstruo del arco era José Luis Chilavert a la edad de Sebastián Saja? Para obtener la respuesta, no hay más que ver el cuadro comparativo de los logros alcanzados por ambos a los 23 años y ocho meses. Más de uno se va a sorprender...
Chilavert
1 título
El paraguayo logra su primer campeonato con Guaraní, su segundo club, en 1984. Los cuatro años anteriores los había jugado en Sportivo Luqueño, sin obtener lauros.
Goles convertidos
La historia goleadora de Chila comenzó cuando tenía 24 años, el 27/8/89. Ese día le hizo un gol de penal a Colombia, jugando para Paraguay. Meses después, marcó para Zaragoza.
Partidos en selección
Chilavert recién debutó en la selección guaraní con 24 años, ante Colombia, el mismo día en que señaló su primer gol de penal.
![Imagen Chilavert](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/dd/9f/dd9fa2add5844dc1e85017d61e0c1471265cd3b3.jpg)
Saja
Títulos
Con San Lorenzo lleva conquistado un título local, el Clausura 2001, y dos títulos internacionales: la Copa Mercosur 2001 y la Copa Sudamericana 2002.
Goles convertidos
Todos de penal. Cuatro por torneos locales (a Talleres, Estudiantes, Olimpo y Central) y 1 por copas internacionales (Nacional de Medellín). También marcó dos en definiciones ante Flamengo y Racing.
Partidos en selección
El Chino debutó a los 22, el 13/2/02, en el 1-1 de Gales y Argentina. En el arco de la Selección lleva tres victorias y un empate. Todavía no convirtió goles con el buzo de AFA.
Sello propio. Picado de honor
Todos los años, hay una cita de honor en La Doli, el barrio de Brandsen donde vive la familia Saja: juegan grandes contra pibes por un asado. Hay porristas, bombas de estruendo y todo. El Chino corre para Los Pibes –“Al arco no me dejan”–, que usan camiseta roja y amarilla. La última vez empataron 2-2 y perdieron por penales.
El cuarto poder
Saja se da maña para el arco, pero también se las arregla con el micrófono. Cuando San Lorenzo ganó la Sudamericana, le propusieron entrevistar a sus compañeros en pleno vestuario y la rompió. Manejó la transmisión de Fox Sports durante 40 minutos con ocurrencias dignas del más pícaro de los cronistas.
Asunto de polleras
A su mujer Noelia le debe la luna de miel. Se casó una noche de enero pasado, pero al día siguiente le tocó entrenarse con la Selección… Tiempo atrás tuvo que demorar su debut en reserva por ella. La noche anterior fue a verla a un boliche y perdió los documentos. Y sin documentos no dejan jugar…
De la cabeza
Le gusta vestir con sobriedad. Por lo general juega con buzos negros. Pero una vez, antes del debut en Primera, dejó a todos con la boca abierta: se tiñó el pelo de azul para emular al cantante Rodrigo. “A Ruggeri, que era el técnico, no le gustó nada. ‘Sacate eso porque no entrás más al entrenamiento’, me dijo.”
El obediente
Final de la Mercosur 2001. Definición por penales. El árbitro Oscar Ruiz pregunta quién patea y se sorprende: “Yo”, le dice Saja. “Bueno, vaya, meta ése y ataje el otro”, retruca el colombiano. Saja pateó y metió: “¿Qué otra cosa me pidió?”. “Que ataje el otro”. Y el Chino lo atajó… Luego metió el Coco Capria y San Lorenzo fue campeón.
Y volar, volar...
De una u otra manera, el destino de Saja era volar. Si no hubiera triunfado como arquero, igual andaría por el aire: de chico soñaba con ser piloto de avión.
Por Elias Perugino y Diego Borinsky (2003).
Estadísticas: Roberto Glucksmann.
Fotos: Martín Sorter.