1952. Sopla fuerte este Huracán
Por Borocotó. La crónica de un partido memorable entre quemeros y académicos, fue triunfo para el conjunto de Parque Patricios por 3 a 0 y de esta manera mantenía el invicto. Ricagni fue la gran figura.
En 1950 Huracán batió a Racing en le primera rueda; al año siguiente aconteció lo propio. Sin embarg4, los de Avellaneda fueron campeones y los de Parque de los Patricios sufrieron la angustia del descenso, del que zafaron por tercera vez consecutiva. Ahora Huracán ha vuelto a vencer al campeón, pero el equipo actual es muy otro. Cambios fundamentales en sus líneas le acordaron otra fuerza y, en especial modo, una característica bien definida: la pujanza. Merced a ello es el puntero del campeonato y el único invicto al presente. Si verdad es que cinco jornadas no dan asidero a vaticinio en lo que atañe a la conquista del título, puesto que hay mucho que andar todavía, puede afirmarse que las angustias vividas en los últimos tres años no volverán a hacerse presentes en el actual.
Este Huracán es otro, pero también Racing fue otro, aunque tiene plantel pera mejorar sensiblemente. Ye lo dirá el tiempo. Asomó algo del campeón en los primeros minutos en que superó a un rival ansioso, desarmado por su misma ansiedad. Más afiatado Racing, durante veinte minutos maniobró con soltura, con armonía, pero a los 22' se produjo el primer tanto local y a partir de ese momento, como si la ventaja serenara a sus componentes y les infundiera tranquilidad, Huracán comenzó a justificar la diferencia, a superar a su adversario netamente hasta lograr, sobre los finales del match, cifras categóricas y que no aceptan discusión alguna.
Fue a partir del primer tanto que advertimos en Racing debilidad defensiva. Su centro medio retrocedió y por allí penetró el adversario. Si bien Dellacha quedó como tapón final, no bastó para cerrar totalmente la brecha. Entonces, una primera impresión que teníamos del eje medio Balay se refirmó en nosotros. Lo sabíamos jugador de ataque, brillante en esa acción de llevar la pelota hacia adelante y apoyar al metro, pero de escaso quite, es decir, poco defensivo. No estábamos muy seguros de ello, pero el match con Huracán nos apuntaló aquella primera impresión que recibiéramos al verlo en la reserva contra Boca.
Es posible que un centrehalf brille y rinda mucho con esa característica de Balay, pero depende de las que tengan quienes le rodeen. Explicarlo, y con ejemplos, nos demandaría un espacio del que en estos momentos no disponemos y nos alejaría del comentario del match. Vimos, sí, que entre los 20 y los 30 minutos de la segunda etapa, cuando Racing reaccionó y fue en procura del empate, que Balay llevaba con soltura y elegancia juego hacia campo adversario y apoyaba al centímetro, pero en esos momentos a Racing le faltó ataque porque Norberto Méndez, lesionado en los instantes iniciales de ese período, se encontraba colocado de puntero izquierdo luego de haberlo estado a la derecha, todo lo cual motivó cambios fundamentales en el quinteto de Racing, que terminó jugando con la siguiente composición: Gagliardo, Cupo, Blanco, Boyé y Méndez.
Volvamos al primer gol del cotejo. Huracán, animoso de sí y animado por la conquista, avanzó su línea media en momentos en que retrocedía la rival. Sola se posesionó del centro del campo y desde allí, con una vitalidad magnífica y un juego que no es espectacular pero si de sumo rendimiento, levantó a toda su línea, la que comenzó a apoyar y a empujar a los delanteros. Entre éstos Ameal cumplía una tarea rendidora, yendo a buscarla y llevándola, realizando el juego que en un comienzo había estado a cargo de Méndez en el otro sector. Dellacha, múltiple y eficaz, era el tapón que cerraba la brecha abierta por el centro, pero un hombre, aunque haya jugado tanto como Dellacha, no es invulnerable. De ahí las intervenciones de Favalli y los peligros que rondaban cerca suyo.
Cuando antes y después de aquellos diez minutos entre los 20 y los 30 del segundo tiempo, en los que Racing emparejó el juego, volvió Sola a empujar, por el centro tornaron a penetrar sus delanteros y vinieron dos goles más logrados por Ricagni. Tardaron en llegar, pero no por ello dejaron de hacer justicia.
Cierto es que Racing concedió un apreciable handicap con la lesión de Méndez, pero no implica ello restarle méritos a un vencedor tan categórico como lo fue Huracán y quien, a triángulos posteriores similares, expuso superioridad en línea media y en la de forwards. Esta última es la menos afiatada y advertimos que Dezorzi, colocado en la punta derecha, necesitará de un tiempo para amoldarse a tal puesto. Creemos que posee condiciones para jugar en toda la línea, pero tendrá que observar la colocación correspondiente y frenar un poco sus ansias de goles, las que lo llevaron a shotear cuando tenía y cuando no tenía chance alguna. Ye el quinteto es codicioso de por sí, característica que no debe perder, pera tampoco aumentarla porque lo puede llevar a los esfuerzos puramente individuales, siempre fáciles de destruir. De ahí que la conducta de Ameal haya sido muy efectiva y en la que Héctor López lo acompañó sin buscar "un metro más". En esta ocasión la largó a tiempo, por lo que lo felicitamos, así como en otras ocasiones le anotamos el defecto.
No sabemos qué hará Racing, qué cambios introducirá. Posee plantel capaz. Todo está en armarlo y ensamblarlo. Por su parte, Huracán ha cumplido una excelente actuación en base a juego y pujanza, acaso más de esto que de aquello. Pero lo innegable es que sopla fuerte. Por eso decíamos que este Huracán es otro, como también el Racing que vimos el domingo es otro.
Por Borocotó (1952).