Lionel Scaloni y los abrazos del alma
Una vez obtenida la nueva estrella en su palmarés, el entrenador de la Selección que gana todo reconoció a sus mayores estandartes, Messi y Di María, con dos gestos que estremecieron.
LIONEL SCALONI vivió con una intensidad alta los 120 minutos de la final que le permitieron mostrar en mesa su póquer de títulos con la Selección Argentina: una copa del Mundo, la Finalissima y dos Copas América. Durante todo el partido dio indicaciones, protestó fallos y pergeñó la manera de doblegar a Colombia, hasta que una decisión maestra torció el rumbo del partido: entraron al mismo tiempo Leandro Paredes, Gio Lo Celso y Lautaro Martínez, los tres autores de la jugada que desembocó en el gol de la victoria, ese que no gritó y tras el cual se limitó a tomarse la cabeza porque su procesión fue por dentro.
Una vez terminado el partido se distendió y disfrutó con una amplia sonrisa de su nueva obra. Hasta se paseó como en una plaza dentro del campo junto con sus hijos y su esposa, con la que se quedó charlando sobre el césped irregular que a su juicio condicionó las prestaciones de sus jugadores.
Y hubo dos momentos profundamente conmovedores: sus largos y fuertes abrazos con Lionel Messi y Ángel Di María.
Al capitán lo estrujó entre sus brazos y lo levantó por el aire como queriendo evitar que apoye el maltrecho tobillo derecho, además de besarlo en la frente como a un hijo. Duró muchos segundos ese momento, matizado por un diálogo íntimo y sonriente entre ambos.
Después contaría sobre Messi que "tenía el tobillo a la miseria, no podía más. Pero él no quiere dejar al equipo y siguió jugando, eso es lo que transmite a sus compañeros y a todos: ese es Leo, no quiere salir no porque es egoísta sino porque piensa en el equipo".
El abrazo a Di María también fue muy significativo. Fue interminable la imagen de ambos entrelazados en un profundo apretón que parecía mezclar sus almas más que chocar sus cuerpos. A Fideo también lo levantó como si se tratara un trofeo, mientras que Angelito lo besaba. Otro diálogo casi en secreto entre ambos, que pareció una súplica del entrenador para que revea su decisión y una explicación hasta risueña del delantero que este domingo se despidió de la Albiceleste.
Cuando le consultaron si era cierto que le dijo al Fideo que disputara "uno más para la ovación", Scaloni fue claro: "sí, va a venir, lo vamos a traer para que se despida de la gente, en su país. No sé si quiere jugar o no, pero de última que salga y salude a la gente. Él terminó como una película, pero la película tiene que concluir en su país".
Hubo también un abrazo con el presidente de la AFA, Claudio Tapia, aquel con el que se rumoreó en algún momento que había cortocircuitos, sobre todo cuando la continuidad del técnico estaba en duda.
IMAGEN DE PORTADA: AFP