La insólita situación que emparenta a Iker Muniain con un crack francés
Recientemente retirada, una figura del fútbol galo protagonizó un hecho que trajo otro muy particular a la memoria.
RAPHAËL VARANE tiene apenas 31 años pero hace pocos meses decidió abandonar el fútbol debido a una lesión que le impidió cumplir con su contrato en Como, con el que había firmado por dos años y en el que sólo pudo disputar un partido. Fue campeón del Mundo con Francia en 2018 y capitán de Les Bleus, y se retiró de la Selección tras perder la final con Argentina en Qatar.
Quien brillara con la camiseta de Real Madrid no pudo cumplir su sueño de retirarse en Lens, el club que lo vio nacer y del que es hincha, pero eso no le impide asistir a expresar su fanatismo. De hecho lo hizo en ocasión del partido con PSG por la Copa de Francia, con la particularidad de que nadie se percató de su presencia.
El defensor se cubrió con un gorro y una bufanda que hacían imposible distinguirlo. Luego Varane publicó una imagen en sus redes sociales en la que se lo ve disfrutando, aunque sea de incógnito. "Vuelta a los orígenes... No intentes explicárselo, no lo entenderán. Ama el fútbol, las emociones. De eso se trata", manifestó.
El caso Muniain
La situación trae a colación otra bastante parecida y protagonizada por el vasco Iker Muniain, que se dio el gusto de jugar en el fútbol argentino como pretendía y lo hace con la camiseta de San Lorenzo, aunque en más de una oportunidad haya expresado su amor por River.
Tanto es así, que cuando se disputó la histórica final de la Copa Libertadores de 2018 en el Santiago Bernabeu de Madrid, el futbolista por entonces de Athletic de Bilbao concurrió disfrazado para no ser descubierto y expresar sus sentimientos por la Banda Roja.
Así lo contó el propio Muniain: “Era una final esperadísima. Yo soy muy fanático de River Plate. Entonces dije: 'Hostia, traen aquí el partido, tengo que ir a Madrid a verlo. Tengo que estar con mi equipo alentando'". Pero también recordó que "estábamos en descenso y habían echado al entrenador". El Bilbao tenía un partido al día siguiente y no era el mejor momento para que lo vieran como un hincha más en Madrid: "No podía ir así con la cara descubierta. Me cogí una peluca, unas gafas, una gorra y una bufanda y salimos a la calle. Fui como un barra brava".