BOCA desembarcó en la tarde del martes en Santa Fe, donde disputará en el estadio Brigadier López, de Colón, su primer partido oficial del año. Será por la Copa Argentina contra Deportivo Argentino de Monte Maíz, con un multitudinario marco deseoso de verlo atravesar con éxito la prueba.

El recibimiento para el equipo fue estremecedor, como ocurre cada vez que el Xeneize se desplaza hacia las distintas provincias. Una muchedumbre lo esperó en la puerta del hotel en el que se aloja y, por supuesto, los futbolistas accedieron a acercarse para tomarse fotos y firmar autógrafos.

Uno de ellos, por cierto de los más requeridos, fue Ander Herrera, el volante proveniente de España que llegó para aportarle jerarquía europea al plantel de Fernando Gago. El ex Athletic Club de Bilbao vivió la situación con gran simpatía y mucha felicidad, a juzgar por la sonrisa en su rostro. Respondió cada una de las requisitorias y así tuvo su primera prueba fehaciente de la envergadura del Xeneize, algo que ya sabía pero que no había experimentado en carne propia.

Se estima que Herrera irá al banco de suplentes para insertarse de a poco, pero quizá pueda tener algunos minutos para hacer su bautismo con la Azul y Oro en el pecho, a la espera del debut en la Bombonera en la que tanto soñó con jugar, el domingo próximo frente a Argentinos, por la primera fecha del Torneo Apertura.