MARTÍN DEMICHELIS cumplió el pasado sábado un hermoso sueño: ser campeón del fútbol argentino en su primera experiencia como DT profesional y nada menos que al frente de su amado River, con el que logró una notable cosecha de puntos y un nivel de juego aplaudido por propios y extraños.

Fueron muy pocas las derrotas -sólo 4-, pero hubo una a manos de Talleres, su inmediato perseguidor en el campeonato y dirigido nada menos que por un amigo personal: Javier Gandolfi, con quien se conocen desde que jugaban juntos siendo niños en Renato Cesarini, de Rosario, aunque Cobija fuera oriundo de San Lorenzo, en Santa Fe, y Micho de Justiniano Posse, en Córdoba.

Después se reencontraron en River, donde cumplieron el sueño compartido de llegar a primera división. Nacidos los dos en 1980, compartieron mucho vestuario y concentraciones. Y aunque sus caminos en el fútbol transcurrieron caminos separados, lo vivido en la juventud fue tan fuerte que cimentaron un vínculo que se mantuvo por siempre.

Gandolfi debutó rápido (a los 17) pero jugó poco en River y después siguió su rumbo en Talleres, Arsenal, México y otra vez el equipo cordobés para retirarse. Demichelis tardó más para vestir la Banda Roja (a los 20), pero su nivel lo catapultó a Europa, donde brilló en Bayern Munich, Málaga, Atlético de Madrid, Manchester City, Español y de nuevo Málaga.

Ya detrás de la línea de cal, sus destinos volvieron a cruzarse. Cuando Demichelis asumió el desafiante reemplazo de Marcelo Gallardo, pensó en su amigo para que lo acompañe en el rol de ayudante de campo. Gandolfi, quien ocupaba el puesto de DT interino en la "T", afirmó. "Somos grandes amigos con Martín, vamos a escuchar, analizar y tomar la mejor decisión".

Pero el presidente de Talleres, Andrés Fassi, confirmó al ex central en su cargo y dio por tierra con la posibilidad de que emigre a Núñez. Luego protagonizó un hecho que hizo mucho ruido en medio de un acto con gente del club Tallarín: "Tal vez algún día tengas que buscarlo a él para que sea tu ayudante de campo", manifestó el dirigente.

La broma con tintes de chicana fue muy comentada y no cayó bien en River. Tan es así que su titular, Jorge Brito, lo dejó claro: “Fassi para hacer chistes es bastante malo. Lo respeto como dirigente, pero la frase fue desafortunada”.

En consonancia con ello, el ex Bayern Munich dijo lo suyo: "Me sorprendió porque lo conozco y en dos oportunidades me ofreció ser DT de Talleres. Llenó de mensajes y llamadas a mi representante. Y también lo hizo conmigo. Como dijo Brito: como cordobés que es, es muy mal contador de chistes".

Demichelis y Gandolfi se vieron las caras cuando en el Mario Kempes los locales vencieron a la escuadra riverplatense por 2 a 1, por la Liga Profesional que ya ganaron los de Núñez.

Este jueves, en Mendoza, los dos conjuntos dominantes del certamen local se enfrentarán de nuevo en lo que representará una suerte de revancha para el señorial River campeón y otra chance para su técnico de reencontrarse con su amigo en un día muy especial, en el que más allá del cariño mutuo buscarán torcerse el brazo en el plano futbolístico.