ALEXANDER ZVEREV sintió el golpe. La dura derrota en Múnich, en su país, lo desconsoló. El número tres del mundo se despidió en su debut en los octavos de final del ATP 250 de su país después de perder 6-3 y 6-2 ante el danés Holger Rune, el joven invitado de la organización.

La versión de este año de Zverev es muy diferente de la que dibujó la temporada pasada, lapso que finalizó con seis títulos de nivel ATP y nada menos que 59 victorias. Por el momento 2022 resulta una pesadilla.

Lo primero que hizo después de perder ante Rune, de apenas 18 años, fue pedir perdón: "Lo siento mucho. Lo siento por los espectadores, lo siento por el torneo, lo siento por todos". La máxima figura del torneo de Múnich había permanecido apenas una hora y 40 minutos en el certamen.

Y prosiguió, en pleno llanto, con las lágrimas a flor de piel: "Si buscara una excusa no sería la persona más inteligente del mundo. Estaba increíblemente nervioso antes del partido. Era mi primera vez en Alemania frente a una multitud en varios años. La verdad es que habría perdido contra cualquier jugador".

Campeón en Múnich en las ediciones de 2017 y 2018, Zverev había ingresado a jugar el torneo directo en los octavos de final, mientras que el danés, invitado, venía de eliminar en la primera ronda al checo Jiri Lehecka (88º) por 7-6 (4) y 6-3. Los resultados más destacados para el alemán en lo que va de 2022 fueron la final de Montpellier y las semifinales de Montecarlo, ambas con sabor a poco para un jugador de su talla.