ASHLEIGH BARTY anunció que dejará el tenis y la noticia, lejos de ser convencional, provocó un impacto en el mundo del deporte: la talentosa australiana se va ubicada en el número uno del mundo y con apenas 25 años.
Deja el tenis, según comunicó, porque ya cumplió todos sus sueños, en especial dos de ellos: ganar Wimbledon, torneo que conquistó en la edición de 2021, y completar sus anhelos como tenista con la copa del Abierto de Australia de este año, en su tierra, con su gente.
Así lo explicó: "Cuando trabajás toda la vida por un objetivo... Wimbledon era mi gran y único sueño; conseguirlo me cambió la perspectiva. Tuve el sentimiento de retirarme cuando gané allí; hablé con mi equipo sobre esto. Pero había una pequeña parte de mí que no estaba satisfecha. Entonces llegó el desafío del Abierto de Australia. Y esa fue la manera perfecta, mi manera perfecta, de celebrar el increíble viaje que fue mi carrera. Y ahora quiero buscar otros sueños".
Pero Barty ya había experimentado un retiro del tenis años atrás. Fue a principios de la temporada 2014, quemada por un arranque de una trayectoria plagado de elogios, buenas vibras y un sinfín de miradas. Tenía apenas 18 años y, al menos por un tiempo, decidió que no quería seguir en competencia. Y se dedicó a jugar al deporte nacional de Australia: el cricket.
Estuvo afuera del circuito durante casi dos años y, transcurrido ese lapso, regresó para hacerlo con más fuerza y energía. Volvió en 2016: arrancó como la 623ª del mundo y finalizó la temporada ubicada como la 272ª. Al año siguiente conquistó su primera corona WTA en Kuala Lumpur, Malasia, y el resto de la historia es más que conocido: número uno del mundo durante 113 semanas y tres veces ganadora de Grand Slam -Roland Garros 2019, Wimbledon 2021 y Australia 2022-.