Crawford-Indongo, por todos los cinturones

Por la cantidad de organismos, interinatos y títulos ficticios en cada categoría, no es tan normal que en el boxeo haya un campeón indiscutido en alguna división. Eso mismo sucederá mañana, en el Pinnacle Bank Arena de Lincoln, cuando se enfrenten los invictos Terence Crawford y Julius Indongo, con los títulos mundiales CMB, AMB, OMB y FIB del peso superligero. El ganador se quedará con todos los cinturones y será el rey de la categoría.

Crawford (31-0, con 22 KOs), nacido en Omaha hace 29 años, está considerado como uno de los mejores boxeadores libra por libra de la actualidad. Si bien no es dueño de un estilo tan espectacular, tiene un talento superlativo y en cada pelea saber hacer lo necesario para terminar llevándose el triunfo.

Le sacó el título mundial de peso ligero OMB al inglés Ricky Burns en 2014, como visitante, y lo defendió ante Yuriorkis Gamboa y Raymundo Beltrán. En 2015 subió a superligero y se proclamó campeón mundial de la OMB al noquear a Thomas Dulorme. Tras dos defensas accesibles (ante Dierry Jean y Henry Lundy), consiguió el triunfo más importante de su carrera en 2016, cuando se quedó también con el cinturón del CMB al vencer en una pelea unificatoria a Viktor Postol.

Expuso sus títulos satisfactoriamente ante John Molina Jr. y Félix Díaz y ahora irá por todos los cinturones ante Indongo. Es el claro favorito y, si se lleva la victoria, prácticamente habrá “limpiado” la categoría. A menos que se de el megacombate ante Mikey García, no le quedarán rivales de renombre en las 140 libras y deberá subir a peso welter, donde hay muchas figuras con las que podría protagonizar peleas muy atractivas.

Indongo (22-0, con 11 KOs), por su parte, nació en Namibia hace 34 años. Hasta el año pasado, solo había peleado en su país y era un verdadero desconocido para la gran industria del boxeo. Pero en diciembre del año pasado viajó a Rusia y dio un gran batacazo al conseguir un fulminante KO en el primer round ante el ascendente local Eduard Troyanovsky, que estaba invicto, venía de noquear dos veces al argentino César Cuenca y aparecía como uno de los nombres más temidos de la categoría.

Allí, Indongo se quedó con los títulos mundiales de la FIB y la IBO, a los que le agregó el cinturón de la AMB en su siguiente pelea, cuando venció a Ricky Burns (el mismo que perdió con Crawford), también como visitante. Mañana tendrá su primera presentación en Estados Unidos y enfrentando a una superestrella, por lo que va claramente de punto. Igualmente, nadie le quita la ilusión de volver a sacudir el mundo del boxeo con una nueva gran sorpresa.