Omar Sívori, una leyenda
Maestro de la gambeta, símbolo del potrero, ganador por naturaleza. El Cabezón fue uno de los más fantásticos futbolistas de la historia.
![](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/da/d6/dad6a2bf0b63ec97fc0244ac686e4846563fe88c.jpg)
Ningun adjetivo le quedó grande a Enrique Omar Sívori. El Cabezón fue un crack universal, de todos los tiempos. Un zurdito atorrante, hijo preferido del potrero, que la escondía debajo de la suela y comenzaba a dibujar genialidades como un Picasso con botines. Un espadachín del desparpajo, rebelde con o sin causa, que drenaba talento hasta con su look inconfundible, ése del pelo caprichosamente revuelto, las piernitas curvadas y las medias irrenunciablemente bajas, como riéndose de los trancazos impotentes que casi nunca lo alcanzaban.
Enrique Omar Sívori nació el 2 de octubre de 1935 en San Nicolás, Buenos Aires, y murió el 17 de febrero de 2005, a los 69 años.
Ninguna comparación podría esfumarle la autoestima a Enrique Omar Sívori. Chiquín, como le decían los amigos en la infancia humilde de San Nicolás, integra la primera línea de las gigantescas glorias del fútbol mundial. Un sitial mágico, reservado para exquisitos vip, que sólo tiene cinco habitantes: Maradona, Pelé, Di Stéfano, Cruyff y ese entreala izquierdo de definiciones picantes y certeras, atrevido y encarador, que encarnó el primer eslabón de la genialidad maradoniana sobre la tierra. Quienes tuvieron la fortuna de disfrutarlo en vivo, apretando el alambrado olímpico con la fuerza del asombro, detectaronpuntos de contacto en la destreza para la gambeta, en la explosión de la inventiva y en la personalidad ganadora, fortífisima ante cualquier coreografía adversa.
![Imagen En River participó del tricampeonato de 1955, 1956 y 1957.](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/34/f7/34f7cf6c1e974d330b055c8c0d1bd5d759fc5b3b.jpg)
![Imagen En su campo de San Nicolás, lógicamente bautizado La Juventus, en honor al club que le permitió acceder a la fama mundial.](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/7b/7e/7b7ef1e3716b869b64d8a1afeacd34eac9b62a82.jpg)
Aquel pibe de San Nicolás peloteaba de la mañana a la noche. Y en el baldío de la vuelta encontró un socio inesperado: una pared a medio hacer. “Era quien mejor me entendía, me la devolvía justa”, solía reír Sívori, capo del baby en el club Teatro Municipal, donde siempre pedía la pelota y llegaba a enojarse hasta las piñas si no se la pasaban.
Ni un minuto. Nada de nada dudó el maestro Renato Cesarini cuando lo vio. Y en 1952, a los 16 años, lo reclutó para River, donde brillaría como un crack entre cracks, atesorando el tricampeonato de 1955, 1956 y 1957. Con el devenir de los años, don Renato acuñaría un elogio inmenso: “Yo quiero un equipo con diez desconocidos. Después lo pongo a Sívori y ya estamos listos para salir campeones.”
En River (1954-1957) disputó 63 partidos y marcó 28 goles. Para la Juventus (1957-1965) señaló 134 en 215. En el Napoli (1965-1969), jugó 63 y marcó 12. Con Agentina jugó 19 partidos e hizo 9 goles. Para Italia disputó 9 y metió 8.
“¿Estás nervioso, pibe? Quedate tranquilo, que este partido lo gano yo solo…”, le dijo Walter Gómez un ratito antes de River-Lanús, que marcó su debut en Primera, el 4 de abril de 1954, a los 18 años. Cumplidor el Walter, ¿eh? Metió cuatro goles de movida. Y el pibe Sívori, que reemplazaba a Angelito Labruna, aquejado de hepatitis, hizo otro para sellar el 5-2. Algunas tardes después, fueron a la Bombonera para jugar contra Boca. Debutaba otro titiritero del talento, el Beto Menéndez. ¡Las cosas que hicieron juntos! Ridiculizaron a expertos de la neutralización, como Pescia, Colman y Mouriño. Y terminaron festejando la victoria por 1-0 adentro del arco, envueltos en las redes, de cara a los hinchas millonarios.
![Imagen Gol a Ecuador, en el Sudamericano de Lima. Un título que marcó su momento más feliz con la camiseta de la Selección.](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/8e/de/8edeed1b508d192aa8c943b2b57639bb7501a5e3.jpg)
![Imagen Junto a Juan Pablo II, en El Vaticano.](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/6c/c5/6cc554e3ef4d01d13e7f81b033a50d7117daea4e.jpg)
Su paso por la Selección fue vertiginoso y fulgurante. Junto a Maschio y Angelillo integró el trío inmortalizado como “Los carasucias”, una deliciosa maquinaria de goles y fantasías, en la que también interactuaban Corbatta y Cruz. Gracias a ellos, Argentina dio cátedra en el Sudamericano de Lima, en 1957, ganado con una brillantez pocas veces vista. Confudido como estaba, el fútbol argentino se dio el lujo de no utilizarlos en Suecia 58, donde fue vapuleado hasta que brotó la palabra desastre. “A esa banda –definió Sívori años después– no había con qué darle. Nunca integré un equipo tan lujoso. Hubiera ganado el Mundial tranquilamente. Pero lo desmantelaron después de Lima y a nadie le interesó rearmarlo.”
En total, jugó 369 partidos y convirtió 191 goles. Promedio: 0,51 por partido.
Semejante demostración de talento provocó la inmediata venta del trío al fútbol italiano. El mundo hablaba de ellos y tradujo la valía de cada uno en una sencilla ecuación económica: Maschio y Angelillo fueron vendidos en 5 millones de pesos cada uno, mientras que Sívorí se fue a la Juventus por el doble: 10 millones, unos 250.000 dólares, récord para la época. Esa fortuna permitió que River construyera la tribuna que le faltaba para cerrar su estadio, hasta entonces conocido como la Herradura. Pero no todos enloquecieron de alegría. “Si hacemos la cuarta tribuna, es para llenarla de público. Y para eso necesitamos triunfos y campeonatos. Sin Sívori nos va a costar muchísimo…”, reflexionó el técnico José María Minella. Los 18 años posteriores, huérfanos de títulos, le dieron la razón a don Pepe...
![Imagen Su estampa en la Juventus, donde conquistó cinco títulos y fue ídolo indiscutido.](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/32/60/32605f7c4915dd1ec7d4423b6ed8a07879eb6651.jpg)
![Imagen Con la azzurra jugó el Mundial de Chile, luciéndose en el 3-0 frente a Suiza.](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/68/d4/68d4410821aef964ad9adcc3e5d9321a93b9288a.jpg)
![Imagen Con el Napoli logró un subcampeonato.](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/6f/a9/6fa96d5a9a6e4403260ea1f818a326d671dfb8fe.jpg)
Juventus fue la gran consagración internacional de Omar, con acento en la “o“, como lo llamaban en Italia. Tres ligas y dos Copas de Italia fueron algunos de los hitos que derritieron de amor a los tifosi, aunque el comienzo fue escabroso porque la oposición del presidente Umberto Agnelli sostenía que el club había pagado demasiado por un desconocido. Pero Sívori los calló muy rápido.
De arranque formó una dupla mortal con el galés Jhon Charles. Entre los dos metieron 52 goles para ganar el Scudetto de 1957/58. “El sólo hablaba inglés y yo castellano, pero adentro de la cancha hablábamos el mismo idioma. Y el tiempo nos hizo amigos de verdad”, recordó el Cabezón, que una tarde le metió seis goles, él solito, al poderosísimo Inter, en un 8-2 legendario. De a poco, las encuestas lo consagraban como el mejor jugador de Italia. Goleador en la temporada 1959/60, se adjudicó el Balón de Oro europeo y los defensores iniciaron la denominada “caza de Sívori”, una salvaje e infructuosa persecución a su talento, que en ocasiones supo defender a golpe de puño, camino directo a varias expulsiones.
Obtuvo 9 títulos: los campeonatos 1955, 1956 y 1957 con River; el Sudamericano 57 con Argentina; las ligas italianas 1957/58, 1959/60 y 1960/61, y las Copa de Italia 1959 y 1960, con la Juventus.
La presión mediática influyó para que vistiera la camiseta azzurra en Chile 62. Un orgullo y, a la vez, una espina en el corazón. Pocas cosas le dolieron más que lo ignoraran para la selección argentina desde su exilio inevitable. “Si pudiera ponerme de nuevo la celeste y blanca”, musitaba en aquellas épocas.
Su etapa en la Juve se acabó porque un técnico, Heriberto Herrera, quería un Sívori subordinado a las obligaciones tácticas, minimizando que su don era la libertad creativa. Entonces colonizó a Nápoles antes que Maradona. Diez mil personas lo esperaron en la estación sólo para verlo. La recaudación de dos partidos fue suficiente para cubrir el platal de su transferencia. Y en dupla con Altafini avanzó hasta el subcampeonato de 1967/68, altura impensada para los humildes del sur.
![Imagen ”Los carasucias” del 57 y sus compinches: Corbatta, Maschio, Angelillo, Sívori y Cruz.](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/25/1d/251ddd7c46348e0bf898ab87c9e9186986efec79.jpg)
![Imagen Reunión cumbre. En 1978, por iniciativa de El Gráfico, Sívori charló largamente con Maradona.](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/c6/36/c6363084019413a33441309e860ce31eb0f7ee59.jpg)
![Imagen Encuentro de dos de los cinco grandes: Sívori y Pelé.](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/de/f9/def9d2e1c3fdc5725360abdb012217858b55a830.jpg)
![Imagen Como DT de la Selección, logró la clasificación para Alemania 74.](http://2022.elgrafico.creatos.com/media/cache/pub_news_details_large/media/i/ba/ab/baabec32092ea3439603e0aa6bec3caafa1923b2.jpg)
Una operación de rodilla le anticipó el retiro en 1968. Entonces encaró la dirección técnica –River, Vélez, Racing, Central, Estudiantes, Racing de Córdoba, la selección que clasificó para Alemania 74, entre otros–, detectó talentos juveniles para la Juve y se hizo habitué de los estudios de la RAI para comentar fútbol. Siempre filoso, picante y certero. Siempre apasionado por el fútbol.
Una pancreatitis implacable lo hizo salir de gira el 17 de febrero pasado. Y el fútbol lo llora a mares. Enrique Omar Sívori fue uno de los más grandes de la historia. Algo muy parecido al alma de la pelota. Por todas las canchas debe corretear su duende, el pelo revuelto, las medias bajas y la picardía bien lustrada en el botín…
por Elias Perugino / fotos: Archivo El Gráfico