LIONEL SCALONI regresó a Pujato, su ciudad natal en la provincia de Santa Fe, donde una calle llevará su nombre, e insistió en que los futbolistas que él dirige juegan para la gente,
"Vamos aprendiendo de nuestro errores y de nuestros aciertos en esta carrera de entrenador, pero la clave de ella es no conformarse nunca"; destacó Scaloni, de 44 años, en una conferencia de prensa realizada en su lugar de nacimiento y donde transcurrió su infancia.
"No merecimos sufrir tanto contra Francia, porque se dio el triunfo al final en los penales, pero tendría que haber sido antes. Y después, cuando vi la reacción de mis jugadores me derrumbé y me largué a llorar", confió.
Previamente, en un acto público también soltó lágrimas de emoción y ante una nutrida concurrencia sostuvo que le hubiese "gustado que el ómnibus que ayer paseó al equipo por Buenos Aires lo hubiese hecho por todas las provincias del país". Una plaqueta que le entregó el intendente Daniel Quacquarini y el abrazo con "Chichita", su maestra de la primaria.
"Todo lo que soy se lo debo a mis padres, más allá de mi esposa, mis hijos y mi hermana que siempre están ahora", apuntó.
"Pero mi padre era mi hincha número uno y fue mi primer entrenador. Lamentablemente no pudo ir a Qatar pero yo estuve hoy con él y estaba muy feliz", contó con otro sesgo de visible emoción.
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